No entiendo cómo es que Gloria Rojas no ha dicho nada. En las elecciones de 2019 el cartel electoral de la socialista intentaba seducir al votante con el eslogan “La Melilla que quieres” y hace unos días el Partido Popular de Imbroda le hizo una especie de homenaje a la vicepresidenta. Fue en el Melilla Puerto y explica en gran medida por qué el PP actual no conecta con su electorado.
En ese acto del que os hablo, los primeros espadas de la formación de Imbroda lanzaron el anzuelo a su tropa con la misma consigna, pero en versión personalizada: “La Melilla que tú quiere”, que también puede verse en la web del PSOE, junto al programa electoral de la formación. Las dos opciones, la de Imbroda y la de Rojas, tienen un parecido más que razonable; significan lo mismo, dicen lo mismo y no es descabellado pensar que al PP le traicionó el subconsciente o deliberadamente bordeó el plagio.
Si ha habido intencionalidad, tendrán que explicarla porque a ojo de buen cubero lo único que diferencia a un cartel del otro es el rojo PSOE con la foto de Gloria Rojas y el azul PP con la gaviota. En mi opinión, lo que vale para un partido no puede valer para todos, a menos que se esté luchando por el mismo nicho de votos.
Dicen que en Estados Unidos nada se parece más a un demócrata que un republicano. El refrán podríamos perfectamente adaptarlo a esta curiosa situación que se ha dado en Melilla porque nada se parece más al eslogan del PSOE de Gloria Rojas que el del PP de Imbroda.
Sabíamos que Imbroda quiso pactar con el PSOE, pero creíamos que sólo buscaba un matrimonio de conveniencia con los socialistas para volver a gobernar en la Asamblea, a sabiendas de que CpM le está quitando votos al PSOE. Desde que gobiernan juntos, los cepemistas no hacen más que crecer. En el lado contrario de la balanza, los socialistas no consiguen recuperar lo perdido.
Imbroda no se cansa de advertirlo en Twitter, pero la vicepresidenta ni ve ni siente la amenaza. Tampoco creemos que note el pacto de no agresión que el PP de Imbroda parece tener con la delegada del Gobierno, Sabrina Moh. No la ataca ni cuando ella se lo pone fácil. Puede que sea porque no descartan poder llegar a un acuerdo de Gobierno si a la delegada se le pasara por la cabeza presentarse a las primarias del partido y reemplazar a Gloria Rojas. Su mano derecha, Fidel Moga, fue quien negoció con los populares la posibilidad de un pacto que finalmente no cuajó.
Muchos creímos que este tiempo en la oposición serviría al PP de Imbroda no sólo como una cura de humildad sino también como un tiempo de reflexión y de renovación. Pero si lo más innovador que tienen para seducir a los votantes es el eslogan con el que Gloria Rojas se presentó a las elecciones, apaga y vámonos.
Cuando vi el órdago que Isabel Díaz Ayuso lanzó a Pablo Casado, al anunciar su candidatura a la Presidencia del PP en Madrid, pensé que era más o menos lo mismo que había hecho Imbroda en Melilla. Luego, en frío, notamos grandes diferencias. Ella ha ganado unas elecciones, ha conseguido gobernar, se ha convertido en un modelo de hacer política y en azote de Pedro Sánchez y exige un tratamiento similar al que ya tiene, por ejemplo, el intocable Núñez Feijóo, en Galicia.
Imbroda lanzó su candidatura a la Presidencia del PP local tras ganar unas elecciones y no conseguir gobernar. No fue un traspié ocasional. Con él como cabeza de lista, en 2015 el PP de Melilla ya necesitó pactar con su enemigo número uno (PPL) para no perder la Presidencia de la Ciudad.
Yo no voy a juzgar el tirón que tienen o dejan de tener los imbrodistas en la ciudad, pero es una realidad que en redes sociales como Twitter están prácticamente solos. Hacen piña, es verdad, pero no llegan a la gente. No los apoyan ni sus simpatizantes. Tienen un problema de comunicación que se ha evidenciado en el corta-pega-y-retoca del cartel “La Melilla que tú quieres”.
Muy mal debe andar el departamento de marketing del partido cuando lo más ingenioso que se les ocurre es un eslogan básicamente igual al de un PSOE que sólo ha conseguido cuatro diputados en la Asamblea y que firmaría por repetir ese resultado.
Imbroda tiene una experiencia que el PP no puede desaprovechar. Incluso los que no le quieren bien reconocen que es un ‘animal político’ y que de verano para acá le ha dado un par de lecciones al Gobierno local con su ofrenda en el cementerio a los héroes de Annual y con el acto paralelo al institucional en el Día de la Ciudad.
Pero una cosa es poder contar con su experiencia y otra cosa es seguir haciendo política a su manera. Quizás debería dejar paso a gente joven que no tenga que leer un papel cuando se le pregunta por temas transversales de la ciudad.
A poco que el PP haga en materia de comunicación, le adelantará por la derecha al Gobierno local que hasta ahora no ha destacado por su buen hacer. Eso de convocar ruedas de prensa sin decir de qué van a hablar es una falta de respeto a los profesionales. Deberían darnos la posibilidad de decidir qué cubrimos y qué no nos interesa cubrir. Pero no se atreven a que elijamos porque más de uno sabe que corre el riesgo de abonarse a las fotonoticias o a las secciones sin comentarios.
En eso tienen mucho que aprender de Imbroda. El ex presidente nunca iba a un acto sólo a hacerse la foto. Si convocaba a la prensa, siempre daba titulares y en el discurso del Día de la Ciudad avanzaba sus planes de futuro. Con él siempre teníamos algo que contar. También disgustos, desde luego. Pero hay que reconocer que lo han hecho bueno.
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