Cristóbal Pérez fue galardonado el jueves con el primer premio del VIII Certamen de Pintura Rápida Ciudad de Melilla por una obra en la que reflejó una panorámica de la ciudad desde la perspectiva del Parador.
Cristóbal Pérez García obtuvo el pasado jueves el primer premio del VIII Certamen de Pintura Rápida de Melilla. Este joven malagueño licenciado en Bellas Artes ha visitado en otras dos ocasiones la ciudad siempre participando en este certamen. Pérez García comenta en ‘El Faro’ su sorpresa por obtener el primer premio y cómo se le ocurrió subir hasta las calles aledañas al Parador para retratar una panorámica de la ciudad.
–¿Se sorprendió en la noche del jueves cuando dijeron que la obra ganadora era la suya?
– En un certamen con tan buenos pintores no te puedes esperar nunca ganar un primer premio. Vengo a Melilla a pasármelo bien, porque es un regalo. Se trata de unas ‘vacaciones pagadas’ en las que vengo a pintar y a disfrutar de Melilla. Y si encima a eso le añadimos que me dieron el primer premio... Es una alegría y una sorpresa tremenda.
– ¿Es pintor profesional?
– He estado unos años dedicandome a la docencia, pero hace uno año y medio que lo dejé para dedicarme exclusivamente a la pintura. En estos tiempos difíciles ahí estamos, así que este tipo de ayuda nos viene muy bien a los pintores.
– ¿Había participado antes en este certamen?
– Sí, en otras dos ocasiones. En una de ella no me llevé ningún premio, pero el año pasado obtuve el tercero. Esto también anima a continuar viniendo. De todas formas, aún sin haber sido galardonado, el premio es el simple hecho de estar seleccionado para venir a este certamen.
– ¿Qué técnica utilizó para su obra y en dónde se ubicó para hacer esta panorámica de Melilla?
– La técnica con la que trabajo, sobre todo en estos dos últimos años, es la más clásica, óleo sobre lienzo de algodón, no sobre lino que está muy caro. Me funciona y estoy muy contento con esta técnica. Le da mucha viveza de color a la obra acabada y seguiré con ella. Y en cuanto al lugar, tenía una idea en la cabeza que era pintar en el casco antiguo. Pero el formato me condicionaba, porque traje un lienzo muy apaisado y requería una temática más concisa y concreta. Así, que me fui caminando con el maletín de pinturas y el lienzo bajo el brazo y eché a caminar por la ciudad, fue ahí cuando pensé en hacer una panorámica. Pregunté a muchos melillenses, pues hay zonas de la ciudad que desconozco aunque he estado un par de veces, que todos fueron muy amables y incluso uno de ellos me acompañó al sitio para hacer una buena panorámica de la ciudad en la que se reflejaran los edificios más importantes. Así fue como me llevaron a una zona muy cercana al Parador de Melilla. De hecho, la torre de este hotel sale en el margen izquierdo del cuadro. Me enamoré de esa vista y dije aquí me quedo.
–¿Cuánto tiempo invirtió en esta obra?
– Aproveché casi al límite todo el tiempo que te da el certamen. A las 9:00 sellé y estuve como una hora buscando el sitio, y a las 10:00 senté el caballete. Hasta las 17:00 horas estuve pintando con tan sólo media hora de descanso, ni si quiera paré a comer.
- ¿Cómo ha visto el nivel del certamen de este año?
- El nivel todos los años es altísimo. Hay una variedad muy grande de pintura. Cada vez salen más pintores y más buenos y la tendencia de este año ha sido la pintura suelta, no por ello más desmerecidos. Además, como este mundo es tan pequeño los pintores nos conocemos todos así sea uno de Lugo o de Málaga, como soy yo. Hay un compañerismo muy fuerte en esta profesión porque es un camino en el que vamos todos. Siempre viene bien ayudarnos unos a otros. La amistad es muy importante en este trabajo.
– ¿Cómo le ha cambiado la vida desde que dejó de lado la enseñanza para dedicarse de lleno a la pintura?
– Llevaba cinco años trabajando como docente, era interino y tenía la plaza, pero en realidad la docencia en Secundaria está muy difícil, sobre todo, disfrutar de ella. Creo que todos tenemos una pequeña vocación docente, pero cómo está el profesor, que no tiene autoridad, y no puede disfrutar de su trabajo. Me desanimé un poco y en realidad, siempre había querido ser pintor. Aproveché que había oposiciones para decir que ese año no las hacía. Me decía que me había aventurado y que estaba loco. En realidad no es una aventura, porque ya llevaba trabajando con galerías de arte seis o siete años y no estaba tan loco porque llevaba bastante tiempo dedicándome a ello. No era un salto al vacío. Lo único que sí es verdad es que las ventas han bajado un 70 por ciento y es muy difícil vender un cuadro hoy en día. Pero también es una oportunidad para dedicar este tiempo a producir obras, para dentro de un año, por ejemplo, sacarlas a la calle. Eso es lo que estoy haciendo, trabajando y yendo a algún concurso, porque siendo franco, es lo que llena la nevera.
–Muchos artistas odian que les hagan encargos y en el caso de este certamen hasta este año también se les indicaba el tema sobre el que pintar. ¿Ha sido mejor esta edición por tener una temática libre?
–La ciudad de Melilla es grande y hay rincones maravillosos a mucha distancia unos de otros, por lo que puedes pintar un parque maravilloso y en la otra punta de Melilla pintar un acantilado o una playa. Supongo que la idea de temática era congregar a los pintores en un mismo lugar y que los melillenses pudieran disfrutar de esa promoción artística sabiendo más o menos dónde estábamos ubicados. En realidad también me parece magnífico crear una temática. Este año hemos estado un poco más separados. Cada uno se ha puesto donde ha querido y más libertad no se puede pedir. Que haya temática no lo veo mal, porque lo de otros años han sido temáticas muy amplias, como el mar o los jardines
– ¿La pintura que lleva a cabo en su estudio se parece a la que está reflejada en ese cuadro que ganó el jueves el certamen?
-A veces tengo un encargo y puede que no me apetezca mucho hacerlo, pero tengo tanta suerte con poder dedicarme a la pintura que para mí eso es un mal menor. De hecho, el que venga alguien a encargarme una obra ya es un alago. Mi obra de estudio está relacionada con la pintura de paisaje, de hecho me dedico casi exclusivamente a esta pintura de paisaje. En unas ocasiones un poco más realista como es el caso de la panorámica de Melilla con muchos detalles, y otras veces con manchas más sueltas.