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“Hay que educar a los niños para que valoren y sean agradecidos”

El consumismo es un mal del que padecen muchos jóvenes y no tan jóvenes hoy. El Faro de Melilla conversa con el economista Carlos Medrano, autor de libros como Guía práctica para tomar decisiones y actuar, Cómo consolidar el crecimiento de tu empresa, El dinero no cae del cielo. Sale de tu bolsillo.

-¿Los adolescentes tienen que oír a sus padres conversando de dinero?

-Sí, absolutamente. Esto normaliza ese tabú social que es hablar del dinero y les ayuda a entender la importancia de gestionar las finanzas de manera responsable desde una edad temprana. Escuchar a sus padres hablar de presupuestos, ahorros, inversiones y gastos les proporciona modelos prácticos y realistas sobre cómo manejar el dinero en el futuro. Pero ojo, solo se predica con el ejemplo, así que cuidado con los excesos consumistas en los que algunos caen, nuestros hijos nos tienen que ver ahorrando e invirtiendo.

-¿A qué edad es conveniente empezar a dar dinero a un niño?

-Yo recomendaría empezar a dar dinero a los niños alrededor de los 6 o 7 años. A esa edad, ya entienden conceptos básicos como el intercambio de dinero por bienes o servicios. No me gusta mucho la idea de una pequeña asignación semanal, aunque puede servir para enseñarles a gestionar su propio dinero y tomar decisiones financieras. Que tengan una hucha para cuando reciben la paga de los abuelos o tíos. Es más, les animo a ahorrar para comprar algo de su interés que supere el dinero que tienen para que tengan la contención de guardar el consumo para más adelante.

-Si ven que los padres ahorran y dan valor al ahorro ellos lo aprenden por ósmosis.

-Es lo que hicieron mis padres conmigo cuando me quise comprar un sintetizador musical, en mi caso tenía 60.000 pesetas y vimos uno que me gustaba, pero mi madre me preguntó ¿no te gusta más este Yamaha que es tu marca preferida? Yo le dije que no porque no me llegaba el dinero, pero ella y mi padre acudieron a la tienda y me compraron el que valía el doble para premiar mi capacidad de ahorro.

-¿Cómo enseñar a un chaval a ahorrar?

-Para enseñar a un niño a ahorrar puedes empezar con algo tan sencillo como regalar huchas. Ahora hay unas muy graciosas en las que pones la moneda y sale la pata de un gato y te la quita… es algo divertido que les anima a ir acumulando. También es bueno abrir una cuenta de ahorros para niños.

Al principio no entienden el ahorro y se enfadan en algún caso, pero luego se encuentran con un dinero considerable cuando son adolescentes. En mi familia guardamos todas las “paguillas” que recibieron desde la comunión y se llevaron ese dinero cuando hicieron un curso escolar en USA y bien que les vino para tener dinero para sus gastos.

-Si a un niño se le compran muchas cosas, al final, no aprecia nada, ¿no?

-Exactamente. Si un niño recibe todo lo que pide sin esfuerzo es probable que no aprenda a valorar las cosas. Es importante enseñarles que las cosas tienen un coste y que es necesario trabajar y ahorrar para obtenerlas. Esto les ayuda a desarrollar un sentido de gratitud y aprecio por lo que tienen. Yo pongo el ejemplo de Veruca Salt, que consigue la muy deseada entrada para la Fábrica de Chocolate (la película) deWilly Wonka https://www.youtube.com/watch?v=9_s-OrWz_Z8 y cuando su padre se la da, ella le mira y le pide un pony nuevo. Hay que enseñar a los hijos a tener bastante, como dice el psicólogo Rafael Santandreu, hay que enseñar “la bastantidad” o como decía San Francisco de Asís “cada vez necesito menos cosas, y las pocas cosas que necesito las necesito menos”. Como decía la canción: salud, dinero y amor.

-¿Cree usted que los padres enseñan conceptos básicos de economía a los hijos?

-¿Cómo van a enseñar sobre finanzas si en España somos analfabetos financieros? No hay más que ver que el 48% de los españoles no saben qué es la inflación (datos de encuestas del Banco de España). Pues, en general, muchos padres no abordan la educación financiera de manera sistemática, a menudo porque ellos mismos no han recibido una formación adecuada en este ámbito. Sin embargo, los padres son los principales modelos a seguir, como he dicho, solo se predica con el ejemplo; no puedes decirle a tu hijo que no se vaya de tiendas cuando tú te pegas toda la tarde del sábado comprando en el centro comercial.

-¿Qué conceptos deben quedar claros a los adolescentes sobre economía?

-Conceptos básicos e imprescindibles para funcionar por la vida. Bueno, hay varios conceptos clave. Primero, el ahorro. Es básico para poder funcionar bien a lo largo de la vida. Retrasar el consumo a futuro requiere autocontrol, que es una buena habilidad a desarrollar. También está bien que conozcan el presupuesto familiar y que traten de aplicarlo a ellos mismos. Es fundamental que sepan cómo planificar sus ingresos y gastos, entendiendo que no pueden gastar más de lo que ganan.

-Algún otro concepto básico...

-Otro concepto importante es el de la deuda. Deben entender los riesgos y responsabilidades que conlleva adquirir una deuda, saber cuándo es apropiado pedir un préstamo y cómo manejarlo de manera responsable. También deberían tener una idea básica sobre inversiones, cómo funcionan y cómo pueden ayudar a hacer crecer su dinero a largo plazo. Para eso, lo mejor es enseñarles qué es el interés compuesto y cómo pueden tener rentabilidades exponenciales si lo invierten bien y reinvierten lo ganado.

-Y a que compren con cabeza ¿no?

-Efectivamente es importante inculcarles el valor del consumo responsable. En un mundo lleno de tentaciones para el gasto impulsivo, es esencial que aprendan a valorar las cosas y a gastar de manera consciente y reflexiva. Los adolescentes deben entender varios conceptos clave como el presupuesto, es decir, saber cómo planificar ingresos y gastos. El ahorro, la importancia de ahorrar una parte de sus ingresos para el futuro. La deuda: entender los riesgos y responsabilidades de adquirir deuda. Las inversiones: conocer los conceptos básicos sobre cómo hacer crecer su dinero. El interés compuesto: comprender cómo funciona y su impacto a largo plazo. El consumo responsable, valorar las cosas y evitar el gasto impulsivo.

-Que aprendan trabajando el valor de las cosas...

-El trabajo sí y que trabajen desde los 16 años si es posible y a los 18 años a trabajar sí o sí, que busquen un trabajo que les agrade y si no que cambien, pero a trabajar, como lo hice yo que con 14 años ayudaba en el campo, o con 16 años me hice charanguero, o con 20 años fui becario en la universidad. Deben ganar para sus gastos, pero el primer objetivo es que sean personas trabajadoras.

-Hoy día Amazon te lleva lo que quieres a casa. ¿Cómo enseñar a un hijo el valor de las cosas?

-Es crucial enseñar a los hijos el valor de las cosas en un mundo donde la gratificación instantánea es tan común. Involucra a los niños en el proceso de compra explicándoles cómo el dinero gastado proviene del trabajo. También es útil hacer que los niños participen en el ahorro para algo que desean, así comprenden el esfuerzo y el tiempo que se necesita para obtenerlo.

-Hoy día está de moda el concepto de solidaridad y sostenibilidad. ¿Cómo enseñar a los hijos que se puede compartir?

-Enseñar solidaridad y sostenibilidad puede comenzar con ejemplos prácticos en casa. Involucrar a los hijos en actividades como donar juguetes viejos, participar en voluntariados o reciclar puede ser muy educativo. Y que nos vean a nosotros colaborar con la comunidad, no sólo dando dinero sino también dedicando tiempo.

-Se predica con el ejemplo, eso está claro como el agua, si no el mensaje no llega. Somos el mensaje.

-Yo me los llevo, cuando ellos pueden, a ver mis charlas de educación financiera, que es algo que hago altruístamente en ocasiones que me lo piden ONGs o personas con necesidades para que aprendan a saber manejar el dinero. En casa tenemos una máxima que es: a este mundo hemos venido a mejorar como personas y a ayudar a los demás a que mejoren también.

-Un lema que, si todas las familias lo tuvieran, el mundo cambiaría...

-Este año uno de mis hijos ha ido todas las tardes a dar clases de gimnasia a personas en recuperación tras una depresión, para mí (y se lo he dicho) es lo mejor que ha podido hacer este año en el que ha cumplido los 18. Lo segundo mejor que va a hacer es trabajar este verano, ya tiene alguna opción para empezar en el mercado laboral. Y que lo que gane se lo quede pero ojo, sin consumir en exceso, el consumismo es un mal del que padecen muchos jóvenes y no tan jóvenes hoy. Así que ese será el límite que le pondremos mientras viva en casa. Por otro lado, le animaré a que ahorre mucho y que una parte comience a invertirla en conocimientos financieros y la otra parte que se lance a comprar algunas acciones o algún tipo de inversión adecuada a él.

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