Después de todo lo debatido y trabajado en el Plan Estratégico de Melilla –y a la espera de ver el próximo verano las conclusiones a las que llega la consultora pública TRAGSATEC– me permito adelantar que, si no solucionamos el problema del coste de los transportes con nuestra ciudad, ni atraeremos turismo, ni inversores ni talento foráneo para desarrollar las nuevas actividades relacionadas con la economía del conocimiento, los servicios digitales y otras actividades de base tecnológica que son la nueva ‘piedra filosofal’ para el futuro desarrollo económico de Melilla.
Un vuelo entre Madrid y Melilla para los no residentes –en condiciones normales– oscila entre los 607 euros para el día 3 de enero y los 341 euros del día 6. Este precio contrasta con el que Iberia –a través de Air Nostrum– con el mismo aparato ATR72 que cubre la línea con Melilla ofrece a 59 euros dos veces por semana desde Andorra a Madrid. Cierto es que el Gobierno de Andorra parece que subvenciona con 630.000 euros para asegurar ese precio para 41 plazas (menos del 60% de la capacidad del aparato) en 210 vuelos anuales. Ello implica que cada salto tiene una subvención de 3.000 euros, unos 42 euros por pax. Si multiplicamos la cifra de 59 euros por los 72 posibles pasajeros sale un posible ingreso de 4.248 euros a los que añadir los 3.000 euros de la subvención lo que hace un total de ingresos 7.248 euros por salto.
En el caso de Melilla, de coger el precio más barato que se oferta en la web de Iberia, saldría una cifra de ingresos por salto muy superior: 24.552 euros para el precio más barato y de 43.704 euros para el más caro. La diferencia es tan solo de 45 millas más en el trayecto con Melilla frente al de Andorra. Me gustaría saber a qué espera el Ministerio de Transporte para iniciar una investigación sobre esto, pues está permitiendo que se embolsen con cargo al Estado el 75% de estos precios -a mi juicio, abusivos- cuando está claro que el coste operativo debe ser muy similar al de Andorra-Madrid y la diferencia en el precio del billete es escandalosa.
No sé a cuánto asciende el importe de las bonificaciones a los residentes que usan esta línea de Madrid-Melilla, pero me temo que es mucho más que los 3.000 euros por salto que aporta el Gobierno de Andorra a su línea con Madrid. Quizás sea el momento de cambiar el sistema y en vez de bonificar al residente se decidan por sacar un contrato de OSP que fije un precio similar al de Andorra (59 euros) y darle a la aerolínea que se lo adjudique los mismos 42 euros de la subvención –o algo más, incluso– que recibe de los gobernantes andorranos.
Pienso que los melillenses nos conformaríamos con que no nos aplicaran el descuento sobre los precios ofertados y pagar un precio de 75 euros por trayecto si a cambio conseguimos que vengan turistas desde Madrid. Lógicamente, los vuelos desde Málaga deberían fijarse en un precio bastante inferior que no suponga perjuicio al residente y beneficie la llegada de turistas. Si no conseguimos esto, más vale que quitemos del Plan Estratégico y de los Presupuestos de la CAM las inversiones para fomentar el turismo a nuestra Ciudad.
Si partimos de los datos que se han publicado de la OSP con Sevilla-Almería y Granada podemos ver que se ofertan un total de 97.344 posibles pax en 1.352 saltos anuales con una subvención conjunta (no dispongo del detalle) de 2.090.733 euros lo que sale a 21,48 euros por pax ofertado. Mi propuesta seria ofrecer una subvención de 55 euros por pax ofertado para la ruta de Madrid y de 35 euros para la de Málaga. Con ello y fijando un precio de 75 euros el billete para Madrid y de 50 euros para el de Málaga la compañía podría ofrecer 2 saltos a Madrid 5 veces por semana y 3 vuelos diarios durante toda la semana a Málaga. Se asegurarían unos ingresos de 9,6 millones de la subvención y podría ingresar además unos 10,1 millones por los billetes con un 75% de ocupación y hasta de 13,5 millones por la venta de billetes con el 100% de ocupación.
Ahora toca que el Gobierno o la consultora del Estado que han contratado recientemente desde el Ministerio de Política Territorial haga los estudios comparativos necesarios, analice los costes operativos estimados y los ingresos previstos como han hecho para fijar la subvención en el contrato marítimo. Por otra parte, si se consigue el cambio de clasificación de nuestra pista y se hace la mínima ampliación necesaria para que aterricen aviones tipo A319 el coste operativo por pasajero se podría ver reducido y ampliado el rango de operaciones a otros destinos. ¿Es posible? Según algunos expertos, lo es.
Del segundo ‘mejor contrato’ de la historia –el primero fue el de 2021– no hace falta que comente mucho más de lo que ya se ha escrito en la prensa y en las redes sociales. La propaganda que hacen desde la Delegación del Gobierno o desde el partido que la sustenta no se sostiene por más tiempo. Ni es el mejor, ni es suficiente ni es lo que merecemos los melillenses y el resto de los españoles que quieran venir a visitarnos.
Y en cuanto al transporte de mercancías, tres cuartas parte de lo mismo. Llevamos con las bonificaciones aprobadas desde 2017 y aún no se han puesto a estudiar y redactar el RD que debe desarrollarla. Ni el Gobierno de Rajoy ni el de Sánchez han podido o, más bien, han querido hacerlo. ¿Es mera desgana o incompetencia? Pueden elegir la opción que más les guste. A este paso, con la bajada del tráfico de mercancías que ha sufrido nuestro puerto, no va ha haber muchos transportes que bonificar. Solo espero que las navieras no suban los fletes que se van a subvencionar como han hecho las aerolíneas con sus precios cuando pasó la bonificación del 50 al 75%. Lo malo es que, mientras tanto, el coste de traer mercancías básicas para el sustento diario de la población o los materiales para la construcción es brutal y no digo nada del coste que supone poder mandar mercancías a la Península. ¿Cómo vamos a desarrollar pequeñas industrias transformadoras o artesanía local si tenemos que traer las materias primas o los productos semielaborados para luego exportarlos con estos costes de transporte? Otra utopía que habría que eliminar del Plan Estratégico si no se abaratan los costes del transporte de mercancías.
Por tanto, la primera asignatura a resolver de nuestro Plan Estratégico o del de Recuperación y Resiliencia que propugna el Gobierno central es abaratar de verdad el precio de los transportes marítimos y aéreos con nuestra ciudad. Los más de 1.000 asesores, por cierto, nombrados a dedo, que tiene el Gobierno deberían ponerse a trabajar ya en la solución, buscando los fondos que se requieran en donde sea y fijando los fundamentos legales que sean necesarios para que no sean rechazadas las ayudas por nuestra querida y nunca bien ponderada Europa. Luego ya, si eso otro día, hablamos de la necesaria y demandada entrada en la Unión Aduanera “para ser más España y más Europa” que parece ser el único argumento que tienen muchos que apuestan por ella como panacea a nuestros problemas.
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