El diputado subraya que la idea es recortar 20.000 efectivos gradualmente hasta el año 2025, aunque considera “que afectaría a guarniciones menos sensibles que la de Melilla”.
El diputado a Cortes del Partido Popular (PP), Antonio Gutiérrez, se pronunció en la jornada de ayer sobre la hipotética reducción de efectivos militares a nivel nacional, dejando claro que por el momento se trata de una iniciativa que está en fase de estudio y que supondría redimensionar las Fuerzas Armadas de manera progresiva hasta el año 2025.
En declaraciones realizadas a El Faro, el parlamentario popular subrayó que la aprobación de esta medida dependerá de lo que se determine el próximo 24 de julio, cuando se decidirá el techo de gasto del Ministerio de Defensa para los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del año que viene. “Todo lo que se ha dicho hasta el momento son meras hipótesis”, aseveró Gutiérrez, quien consideró que es “frívolo” pensar en cómo afectaría a Melilla este recorte en las Fuerzas Armadas antes de que se confirme.
“Todo se está meditando y es imposible saber cómo se aplicará esta medida. De momento, todo lo que se ha hablado es que es posible que haya una reducción de 20.000 efectivos militares, la cual se iría llevando a cabo de manera gradual durante los próximos trece años, así como una disminución de las tropas que se encuentran destinadas en el extranjero”, añadió.
En lo que respecta Melilla, íntimamente ligada histórica y socialmente a las Fuerzas Armadas, Gutiérrez se mostró “confiado y convencido” de que la cúpula militar será comprensible y la disminución de efectivos no afectará a la ciudad autónoma. “Ya hubo situaciones similares en el pasado”, señaló en relación al Plan de Transición de la anterior legislatura. “Cuando se conozca de manera precisa cuáles son las intenciones concretas del Ministerio de Defensa, realizaré las gestiones necesarias”.
En cualquier caso, el diputado dejó claro que su postura es la misma que defiende el Gobierno autonómico y que aboga porque la presencia de las Fuerzas Armadas en Melilla continúe siendo la misma. “Siempre he sido partidario de que el Estado tenga la mayor presencia posible en la ciudad autónoma. Lo defendí incluso cuando cerró la sede del Banco de España”, recordó Gutiérrez. En este sentido, recordó que Melilla ha estado siempre ligada, por distintas razones, al mundo castrense, por lo que la defensa de que no se reduzcan los efectivos militares es primordial. “La relación entre ambas ya es histórica”, añadió.
Así pues, recalcó que ha tomado buena nota de las posibilidades que está barajando el Ministerio de Defensa y que tiene margen de maniobra suficiente para realizar las gestiones necesarias si finalmente se confirma que habrá menos presencia militar en la ciudad autónoma. “Plantearé las enmiendas correspondientes para evitarlo, en caso de que fuera necesario”, subrayó. No obstante, reiteró que está convencido de que la medida afectaría a otras guarniciones destinadas a zonas “menos sensibles”.
Desde el punto de vista de la seguridad, el diputado a Cortes destacó que la intención del PP es incluso reforzarla en la ciudad autónoma destinando más Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y que así lo planteará en el Congreso.
“Estoy en completo desacuerdo con que se reduzca la plantilla, pero tengo que insistir en que es poco probable que algo así llegue a suceder”, reiteró el popular. En cualquier caso, su postura coincide de lleno con la del Ejecutivo melillense, cuyo vicepresidente Miguel Marín, señaló el pasado miércoles que estaba totalmente en contra de que recortaran los efectivos militares en la ciudad autónoma y que protestarían al Gobierno central si llegaba a confirmarse dicha medida.
El antecendente más claro: El Plan de Transición.
Tanto el diputado popular como el Ejecutivo de Melilla han recordado el mismo caso para mostrar su confianza en que finalmente no se reducirá el número de fuerzas militares en Melilla. En el año 2008 comenzó a hablarse del llamado Plan de Transición, según el cual podrían abandonar la ciudad un total 7.000 efectivos, lo que hubiera supuesto un duro varapalo para la economía local, ya que buena parte de la población depende de las Fuerzas Armadas.
Asimismo, se vio en el posible descenso de efectivos militares una bajada de guardia ante las pretensiones anexionistas de Marruecos. Al conocer las intenciones del Ministerio de Defensa, Melilla se puso manos a la obra para informarse sobre cómo afectaría a la ciudad dicha medida, así como tratar de paliarla. Todas las gestiones se realizaron en cooperación con Ceuta, también afectada por estos recortes. El resultado final de dichas gestiones fue que la propia ministra, Carme Chacón en aquel entonces, se dirigió por carta al presidente Imbroda para asegurarle que la reestructuración que pensaba llevar a cabo Defensa no provocaría un descenso de la presencia militar en la ciudad autónoma.
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