El propietario de Gaselec no se ha quedado contento con su ‘hazaña’ del pasado 29 de enero. Amenaza con realizar nuevos cortes en instalaciones de la Ciudad Autónoma si no recibe las cantidades que considera que le adeuda la Administración local. Gustavo Cabanillas no cree necesario acudir a los tribunales para defender sus derechos o los de su empresa. Sus argumentos no necesitan el respaldo de ningún código ni el criterio de los profesionales del Derecho. Él, que ya ha dictado sentencia porque está convencido de que la ley está de su lado, considera que su mejor arma es ‘amenazar’ con nuevos cortes. Y añade que su televisión privada desvelará todos los casos de corrupción que afecten a “cualquiera que no sea honrado”, de lo que se deduce que hasta ahora impedía a sus periodistas investigar esos casos o les obligaba a ocultarlos si los descubrían.
Y mientras Cabanillas continúa con sus bravatas, el resto de los ciudadanos nos vemos obligados a revisar nuestras facturas para saber si el ‘recto y honrado’ propietario de Gaselec nos ha cobrado de más. Las cantidades que puede haber recaudado indebidamente la empresa no están aún cuantificadas. El Gobierno local habla del cobro de “miles de euros” a “miles y miles de melillenses”. Sean más o menos los afectados, el camino a seguir por estos ciudadanos no será el tomado por Gustavo Cabanillas. Deberán acudir a los tribunales, presentar la correspondiente reclamación y dar tiempo a los jueces para que dictaminen si la razón está de su lado o del propietario de Gaselec. Y mientras llega la resolución judicial, el ‘justo’ Cabanillas permanecerá quieto como una momia. No moverá un dedo para devolver un euro hasta que una sentencia le obligue a ello. Probablemente piense que las razones para exigir por las bravas el pago a la Administración local no se las puede aplicar a sí mismo para devolver el dinero que supuestamente ha cobrado de más a los ciudadanos.