La asociación Guelaya-Ecologistas en Acción demandan que se haga un control efectivo de la población de la gaviota patiamarilla en el casco urbano de Melilla.
Desde esta asociación sostienen que este control debe llevarse a cabo de forma "efectiva y metódica", mediante la aplicación de muchos más medios. Además, alegan que debe realizarse en los primeros meses de primavera para actuar en los huevos. De esta forma, afirman, el ave volverá a criar en la costa.
En declaraciones a El Faro, el presidente de la asociación, Manuel Tapia, manifestó que desde Guelaya llevan monitorizando la expansión de la gaviota patiamarilla en la ciudad desde hace varios años.
La gaviota patiamarilla (larus michahellis) es una especie silvestre que no goza de régimen de protección específico que viene provocando numerosas quejas de los vecinos desde hace varios años.
Tapia recordó que la explosión demográfica de esta ave en Melilla es un fenómeno reciente y con origen antropogénico, que comenzó a producirse a raíz de unas obras que se hicieron en la costa, las cuales afectaron a una zona de cría de esta especie y que provocaron que la gaviota patiamarilla se introdujera en el casco urbano.
Al igual que lo que ha ocurrido en otras ciudades, esta especie descubrió que la ciudad ofrecía unas buenas oportunidades de cría, como es la falta de depredadores naturales, la abundancia de alimento debido a los vertederos al aire libre o incluso la comida que se abandona en los centros educativos melillenses tras los recreos. "Tenemos que recordar que las gaviotas saben los horarios de los recreos, en busca de los bocadillos que se abandonan".
Tapia recalcó que las gaviotas se componen de muchas especies, las cuales dependiendo del tamaño, pueden especializarse en la pesca o en otras formas de alimentación.
En el caso de la gaviota patiamarilla, por su mayor tamaño, se especializa en la depredación. "Hablamos de una gaviota grande y de pocos enemigos. Aprovecha su tamaño para robar la comida a otras especies de la fauna urbana o incluso depredar los pollos o huevos".
El presidente de Guelaya recordó que la problemática con la expansión de las gaviotas patiamarillas no es exclusivo de Melilla, sino que ya afecta a otras muchas ciudades de nuestro país.
La asociación envió hace unos años un informe a la Consejería de Medio Ambiente, donde solicitaban que se tomaran las medidas oportunas contra la expansión de estas gaviotas. Unas actuaciones que, por otra parte, ya se estaban tomando en Chafarinas, debido a la depredación de estas especies sobre otras, como las gaviotas de pico rojo.
El informe recogía algunos ataques de estas gaviotas a otras especies como el cárabo, gavilán, cernícalo, vencejo. Especies, dijo Tapia, aliadas y beneficiosas para la ciudad, algunas de las cuales han llegado a desaparecer del casco urbano de Melilla.
No en vano, desde Guelaya recuerdan que fue la primera asociación que promovió desde el principio que hubiera un protocolo para el control de la población de gaviota patiamarilla, entre otras cosas, porque afectaban a la biodiversidad local.
Por parte de la Ciudad Autónoma se estableció en su momento un protocolo. Sin embargo, Tapia lamentó que este no ha funcionado como debía. Desde Guelaya apelan a actuar en el control de la población en los primeros meses de la primavera, cuando las gaviotas aún están poniendo los huevos. Para esta asociación, la actuación se debe desarrollar sobre los huevos en vez de los pollos para tratar de no hacerlo de forma "cruenta". La actuación puede seguir distintos métodos, como el parafinado de los huevos o la retirada de los mismos.
"Si se actúa sobre los huevos, la gaviota termina abandonando los tejados en los que anidan. Si se actúa tarde, cuando los pollos ya han nacido, esas gaviotas se vuelven agresivas, porque al final están defendiendo a sus crías".
Por otro lado, Tapia denunció que muchos melillenses no obtienen respuesta a las llamadas de emergencia por incidencias con gaviotas o directamente se les comunica que "no se puede hacer nada".
No quiso dejar pasar el hecho, que calificó como "preocupante", de las confusiones que generalmente se producen entre especies de gaviota patiamarilla y gaviota de pico rojo. Pese a que sus características son distintas, existen algunos rasgos comunes, como las manchas en el pico de la primera especie.
No obstante, Tapia recordó que ambas especies no tienen nada que ver una con la otra, puesto que la gaviota de pico rojo vive ligada al mar en pequeñas colonias, protegida en zonas concretas de la costa, mientras que la patiamarilla es una gaviota urbana que se alimenta de carroña. Además, la gaviota de pico rojo también sufre las consecuencias de la explosión demográfica de la gaviota patiamarilla con la depredación en sus nidos.
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