La ONG considera que incrementaría el riesgo de catástrofe en caso de riadas y recuerda que el cauce es “poco controlable” al tener un tramo un Marruecos.
El proyecto de cubrir el Río de Oro no ha recibido el visto bueno de la asociación Guelaya – Ecologistas en Acción, ya que consideran que la obra puede tener consecuencias de “alto riesgo” para Melilla. Así lo indicó el máximo dirigente de la agrupación ecologista, Manuel Soria, a ‘El Faro’, al tiempo que recalcó que no es conveniente “situar elementos artificiales en el cauce del río”, ya que esas son las directrices del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).
Soria afirma que el principal motivo de peligro para el soterrado es la posibilidad de que el río se desborde si se producen lluvias torrenciales. En tal caso, los pilares y las planchas de hormigón situadas en el cauce podrían provocar el empeoramiento de la situación. “Cuando un río se desborda de manera natural, los daños suelen ser naturales”, agregó el ecologista, “mientras que con elementos artificiales en juego la catástrofe puede ser mayor, ya que estaríamos hablando de la hipotética destrucción de estructuras de hormigón”.
En este sentido, destacó que si nos remontamos a décadas atrás, se aprecia que en Melilla la riadas son de carácter cíclico, un dato que demuestra que el riesgo está presente. “En caso de riadas, los daños son siempre mayores cuando se rompen elementos artificiales”, añadió.
Además, recordó un elemento a tener en cuenta, y es que Melilla no tiene el control completo sobre la cuenca del río, ya que gran parte de ésta se sitúa en Marruecos. “Siempre comparan el proyecto con el caso de Almería, donde se desarrolló una iniciativa similar”, subrayó el dirigente de Guelaya, “pero hay que recordar que en esa zona el control sobre el cauce es total. Ya hemos visto en ocasiones anteriores como las aguas arrastran chatarra y áridos procedentes de Marruecos cuando se dan fuertes precipitaciones. Si a esto le sumamos los grandes desniveles que presenta el Río de Oro, el peligro de que algún pilar se venga abajo es aún mayor”.
En manos del Ministerio
En cuanto a la petición que la Ciudad Autónoma ha presentado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para comenzar con la planificación del proyecto, Soria auguró que no recibirá el visto bueno.
Así, destacó que si la intención del Gobierno local es “ocultar los residuos de la desembocadura o ganar terreno al río”, la mejor opción es intensificar las labores de limpieza y realizar un plan de restauración paisajística.
Actualmente, los primeros informes se encuentran en poder de la Confederación Hidrográfica, dependiente del MARM, tal y como destacó el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, en días pasados, y tan sólo hace falta que se le dé luz verde para continuar estudiando la viabilidad de la iniciativa. Además, y pese a que el tema ha vuelto a saltar a la palestra de la actualidad política, Imbroda advirtió que se trataba de una idea a poner en práctica a largo plazo, ya que sólo los trabajos de soterrado se extenderían más allá de un año.