Categorías: Cultura y Tradiciones

Guardianes de las tradiciones

Un año más, Sebastián García y María Dolores Arjonilla muestran su belén a los amigos y vecinos. El matrimonio se ha empeñado en que no se pierda una de las tradiciones más bonitas de esta época, pasar el rato en convivencia con su gente para celebrar la Navidad.

 

La ilusión navideña se dejó ayer sentir en la calle Sargento Argucia. Este es el undécimo año en el que el matrimonio formado por Sebastián García y María Dolores Arjonilla montan una auténtica fiesta, con coro rociero incluido, para celebrar las Pascuas con los suyos. Abrieron las puertas de su casa para compartir con los vecinos y los amigos algunas de sus reliquias más preciadas, las que forman parte de un belén repleto de historia. “Esto lo hacemos porque es una tradición muy bonita que no debe perderse”, sostiene Arjonilla a El Faro.

Bastó con sacar algunas sillas, taburetes y mesas a la calle: lo suficiente para montar el ‘tinglado’ un año más. No faltaron el vino, los refrescos ni los bocadillos. Ni, por supuesto, los villancicos y las ganas de pasarlo en grande. En un ambiente muy cercano, pasaron buena parte de la mañana entonando canciones propias de esta época, como ‘Campana sobre campana’ o ‘Los peces en el río’.

“Lo más bonito de esta cita es el buen rato que pasamos juntos, es una manera de fomentar la convivencia y de recuperar algo que parecía que ya se había perdido”, cuenta el matrimonio. Aunque la fiesta dio comienzo sobre la una del mediodía, muchos de los asistentes se quedaron allí, cantando y pasando el rato entre amigos hasta que cuerpo aguantó. “Al principio viene más gente y ya luego nos quedamos con una fiesta que es más íntima”, explica Arjonilla.

Esta tradición, que comenzó de una forma muy natural entre unos cuantos amigos íntimos, cada año ha ido congregando a más personas. Tanto es así que para la fiesta de este año, los anfitriones prepararon hasta 300 bocadillos y “dos ollas grandes” de callos. “La verdad es que nos sentimos muy orgullosos de ver la respuesta, el cariño y lo bien que lo pasamos todos juntos”, señala la pareja.

Como apunta García, una vez que pasa esta cita comienzan a preparar la Cruz de Mayo, en la que la calle vuelve a acoger una auténtica fiesta para asegurarse de que la tradición siga sin perderse.

Imágenes con historia

El matrimonio explica con orgullo que algunas de las imágenes que integran su belén tienen más de un siglo de historia, como una virgen de hace 150 años. “Salió de un pozo, con una pala”, afirma García. Pero esta no es la única reliquia con un pasado curioso. También cuentan con un crucifico que apareció cuando se estaba construyendo el auditorio Carvajal. “Aquí tenemos mucha historia por eso nos gusta compartirla con la gente”, sostienen.

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