La Guardia Civil ha desarticulado por completo en Melilla una organización dedicada al tráfico de seres humanos a la que atribuye la entrada irregular en territorio nacional de unos 200 inmigrantes escondidos en dobles fondos de vehículos, para lo que utilizaba a mujeres y niños de corta edad para simular el viaje de una familia.
En una nota de prensa, la Guardia Civil ha informado de que en la Operación Azhira, cuya última fase se desarrolló la semana pasada, han sido detenidas tres personas de nacionalidad marroquí, consideradas como integrantes más relevantes de esta organización, que cobraba 4.500 euros a cada inmigrante.
Con esta operación, dirigida y tutelada por el Juzgado de Instrucción número 2 de Melilla, la Guardia Civil da por desarticulada esta red, tras la detención de un total de 52 personas desde que la inició, en enero de 207.
Introducían en Melilla a inmigrantes de procedencia subsahariana ocultos en dobles fondos de vehículos y sus miembros trataban de dar apariencia de normalidad simulando ser una familia, para lo que sentaban a las mujeres en los asientos delanteros junto al conductor y en los traseros a niños de corta edad, justo en el lugar donde debajo iban los inmigrantes ocultos "en situaciones lamentables".
La Guardia Civil subraya el "serio riesgo" que había para la integridad física de los inmigrantes por asfixia, cortes o inhalación de gases, lo cual requería en muchas ocasiones su auxilio, rescate y asistencia médica in situ y su derivación a centros hospitalarios debido al "peligroso procedimiento" empleado.
Los inmigrantes eran transportados semidesnudos y, tras ser extraídos en distintos puntos de Melilla, "alejados de miradas indiscretas y con grandes medidas de seguridad para no ser descubiertos", los traficantes "los tiraban como mercancía, les arrojaban ropa y dejaban a su suerte", huyendo rápidamente del lugar.
Los componentes de la organización criminal amenazaban a las víctimas con infligir daño a sus familiares o a ellos mismos si colaboraban con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
La organización tenía un rápido poder de recuperación ante las distintas intervenciones asestadas por la Guardia Civil, que en la última fase de la Operación Azhira, realizada en tres meses, ha detenido a nueve personas, intervenido cuatro vehículos y neutralizado su infraestructura logística.
Con esos vehículos, en sólo esos tres últimos meses se presume que han introducido en Melilla a 44 personas, a las que cobraban 4.500 euros a cada una, con un beneficio neto de unos 200.000 euros.
Desde el inicio de la investigación de la organización, en enero de 2017, se les han neutralizado 40 vehículos dedicados al transporte de personas ocultas en dobles fondos y han sido 52 las personas detenidas, todas ellas de nacionalidad marroquí, como presuntos autores de Delitos Contra los Derechos de los Ciudadanos Extranjeros.
Se estima que los beneficios obtenidos rondan los 800.000 euros, según los cálculos de la Guardia Civil, que atribuye a esta organización la introducción en Melilla de cerca de 200 personas por ese "peligroso procedimiento".
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