El presidente de la Comunidad Israelita de Melilla, Mordejay Guahnich Bitan, es una persona muy conocida de la ciudad porque lleva años dedicado a la difusión de la cultura judía y la investigación de la historia de la ciudad incluyendo a un equipo multidisciplinar en su Asociación Mem Guímel. Ahora trabajará desde otro aspecto para la comunidad hebrea y explica a El Faro cuáles son sus proyectos.
En estos días ha tenido la oportunidad de abordar con las autoridades, como el presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, y la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, esos planes que tiene la nueva directiva con esta institución.
“Todo el mundo de conoce y sabe que el diálogo es una de mis capacidades. Voy a seguir con este diálogo, con la empatía hacia la sociedad. Con esto es con lo que me quedo”, aseveró el presidente de la Comunidad Judía de la ciudad, que apuntó que se ha buscado con el cambio de directiva solo eso, un cambio, que no será ni a mejor ni a peor, sino con otras actuaciones y formas de trabajar.
–¿Cómo surge su presidencia para la Comunidad Israelita?
–He estado durante 14 años participando en diferentes puestos de varias juntas directivas de la entidad. Ya cuento con esta experiencia. Además, siempre he estado vinculado al voluntariado dentro de la comunidad desde muy joven. Y tanto desde mi experiencia profesional como desde el punto de vista de la cultura, he sido siempre una persona comprometida con los demás y mi ciudad, así como con mi comunidad.
Creo que es el momento, dispongo del tiempo y cuento con la experiencia para poder hacerme cargo de la comunidad. Además, quiero aportar a mi comunidad, a mi ciudad y al mundo judío en su totalidad lo que pueda ser útil.
Y mi presidencia reunió un poco de todo porque me animaron, pero yo ya estaba pensando en hacerlo. Pero un grupo de personas me dieron ese pequeño empujoncito. Las escuché y entre todos ellos, la realidad es que yo era el que tenía más tiempo y me ‘engatusaron’. Asumí esta responsabilidad.
Pero esto surge de un proyecto mucho mayor que yo y que la presidencia de la comunidad. Me he hecho de un gran equipo de personas profesionales y algunos de ellos son muy jóvenes, pero tienen una gran sensatez, saben de nuevas tecnologías y de lo que es la proyección hacia el futuro porque hay que afrontar los retos para la comunidad hoy y también después del covid. Necesitamos esa balanza de la experiencia de los mayores y del empuje de los nuevas generaciones que dan lo mejor de ello. Y esto es lo que he intentado compaginar en la directiva.
Ahora mismo hay muchos proyectos en la mesa, pero aún no le puedo contar cuál de ellos se va a desarrollar, puesto que nos estamos asentando ahora en la directiva. También estamos analizando las necesidades de la comunidad. Y es que desde fuera se ven las cosas de una forma, pero el día a día de la comunidad marca el trabajo que hay que hacer. Además, el reto de superar la pandemia también esta en la agenda, porque ha dejado pendientes temas económicos y sociales.
–¿Cuáles son las líneas de trabajo de la directiva?
–Hay varias, como son nuestros jóvenes, la educación, los valores, y también hacia aquellas personas que más les debemos, como son nuestros mayores.
–Y ha indicado alguno, pero ¿cuáles son esos retos a los que se enfrenta esta directiva?
–Pues son muchos y variados. Pero tengo la compañía y están al frente de la directiva personas muy cualificadas que van a saber llevarlo bien y llegar a un buen puerto. Hay retos económicos, también los que deja la post pandemia porque la comunidad judía forma parte de la sociedad y los va a sufrir, como la búsqueda de empleo o los emocionales. Y es que en esta pandemia ha habido personas mayores que han estado sola durante mucho tiempo. Finalmente serán los mismos retos que los que tiene la sociedad en general de nuestra ciudad.
–¿Qué proyectos desean poner en marcha y nos destacaría alguno sobre jóvenes o mayores, dos de los colectivos en los que se van a centrar?
–Vamos a realizar proyectos para todos, pero es que creo que hay dos sectores, uno muy vulnerable, como es el de las personas mayores, y otro al que hay que dar todo, como son los jóvenes para formar una sociedad comprometida, competitiva y con aspiraciones a mejor. Además, a nuestros mayores les debemos todos. Debemos respetarlas y ayudarlas. Hay que buscarles un espacio.
–¿Cómo se está viviendo en la comunidad la pandemia?
–Pues con tristeza por las muertes y por las personas afectadas. Al fin y al cabo es un espejo más de los que tiene la ciudad. Hemos sufrido igual que el resto de comunidades y de personas que forman parte de la sociedad melillense. No hay persona que no haya tenido un familiar o amigo que haya fallecido o que haya sufrido mucho por el coronavirus. Toda la sociedad debemos de preocuparnos muchísimo por las personas que aún tienen secuelas por la Covid-19 y hay que ayudarlas.
–¿Melilla permite el desarrollo de la comunidad? ¿Es más fácil aquí la convivencia con otras?
–Melilla, dentro de las comunidades judías de España, es la que tiene mayor vida social, cultural y religiosa que podemos encontrar. Es una comunidad integrada completamente en la sociedad melillense. Con lo cuál sus miembros hacen todo tipo de trabajo profesionales y están completamente integrados en la sociedad. Además, la comunidad luego tiene su espacio interno y sus actividades que son a lo que se dedica especialmente desde la Comunidad Israelita de Melilla, es decir, dar cabida a nuestras tradiciones y costumbres. Somos una comunidad con una gran tradición y legado judío y debemos de mantenerlo.
Además, debemos seguir exportando todo esto. Los judíos melillenses que se van fuera están muy bien valorados por todos esos valores que aprendieron en nuestra ciudad.
–Se tiene la idea de que la Comunidad Judía es reservada. ¿Se verá ahora una mayor apertura?
–Yo creo que eso es incierto. Creo que es una etiqueta que se le ha puesto la comunidad. No creo que tenga que ser más o menos abierta o tenga que producirse una apertura. Hay diferentes organismos y cada uno de ellos se dedica a una cuestión en concreto. Hay entidades que se dedican difundir la cultura de cara al exterior; otras hacen un trabajo de colaboración con otras comunidades; y también hay instituciones que trabaja de cara a la propia comunidad.
Yo creo que esa etiqueta se ha puesto a la comunidad y no es cierta. Creo que es un estigma.
No creo que haya que pensar en un mayor aperturismo de la comunidad, sino seguir la labor social, comunitaria y religiosa que se ha venido desarrollando hasta ahora.
Yo ahora estoy haciendo esta entrevista y el anterior presidente, Jaime Azancot, también ha intervenido en todos aquellos actos en los que se ha requerido de su presencia como representante de todos los judíos de Melilla.
También es cierto que con el paso de los años ha ido a menos el número de judíos en la ciudad. Pero si hacemos una regla de porcentajes, los judíos siempre han estado presentes en actos y eventos y en una proporción más alta de su número de ciudadanos.
–¿Cómo ha ido la presentación de la nueva directiva a las autoridades?
–Tanto el presidente De Castro como la delegada del Gobierno nos han recibido con una total cordialidad. A ambos les hemos explicado los problemas que tiene la comunidad, los retos a los que nos enfrentamos y las ayudas que podríamos recibir de diferentes entidades. También en esas reuniones han surgido ideas, pero no se ha podido materializar aún. Pero espero contar con algunos proyectos en marcha en breve.
Y quiero dar las gracias desde la comunidad toda la colaboración que recibimos de las diferentes instituciones.
–¿Nos contaría alguno de los proyectos que presentó a las autoridades?
–Queremos desarrollar un proyecto educativo. También tenemos otros proyectos relacionados con el cementerio y mantuvimos una reunión de trabajo con el consejero de Medio Ambiente, Hassan Mohatar, y saldrá en breve adelante. También queremos que el cementerio de San Carlos sea visitable y promocionarlo. Y además, tenemos un gran proyecto turístico. Queremos que vengan a Melilla el turismo judío para generar riqueza. Hay mucho turismo judío que visita la península y se llama el turismo de raíces. Queremos que Melilla sea parte del destino de estas personas que llegan a la península. Y para ello también hemos tenido una reunión con el consejero de Políticas Sociales, Mohamed Mohamed Mohand. La idea es promocionar y fomentar que el turismo judío llegue a la ciudad. Ahora es el momento de trabajar para cuando se abra la posibilidad de recibir a estas personas. Melilla tiene ahora que mirar al turismo.
–¿La Federación Sefardí tendrá vinculación con la Comunidad Israelita de Melilla? Fue hace unas semanas cuando se creó para estudiar el legado histórico y cultural del pueblo judío.
–No nada que ver. La Comunidad es una entidad superior a cualquier órgano judío que pueda haber en Melilla. Además, la Federación Sefardí simplemente tiene un carácter cultural. Las dos instituciones pueden tener puntos de convergencia, claro, pero son independientes. Nada tiene que ver una con la otra. Son espacios diferentes lo que abordan y también persiguen objetivos diferentes.
La Comunidad Israelita de Melilla trabajará para nuestra comunidad en la ciudad y la Federación Sefardí es andaluza y abordará cuestiones culturales.
–Y llama la atención que sea en Melilla donde se firme la constitución de la federación.
–Ahí se demuestra que no somos una comunidad cerrada y que se trata de un estigma. Con la firma aquí de la creación de la federación se rompe esa etiqueta.
–¿Y qué planes tiene para Mem Guímel?
–Pues va a seguir adelante. Todo tendrán que engranar. Además es pronto para avanzar qué pueda pasar con la asociación, puesto que quizás tenga que buscar a gente que me ayude o incluso buscar un relevo. Pero no se va a quedar abandonada. Vamos a seguir trabajando en ella.
Creo que Mem Guímel ha hecho mucho por la ciudad y va a seguir aportando a Melilla.
Por otro lado, la Federación Sefardí va a ser un empuje importante de cara al exterior.
Por ello, le decía antes que hay organismos que se dedican más a los aspectos culturales, otros que están abiertos al exterior y luego tenemos la Comunidad Israelita de Melilla que se dedicará más al trabajo interno.
Ninguna de ellas son un palo en la rueda para las otras. Al contrario, son puertas abiertas que nos van a ayudar a avanzar en pro del judaísmo sefardí, en pro del gran legado judío que hay en la ciudad y que seguimos aportando y en pro también de una sociedad mejor y de mayor convivencia para Melilla y como no puede ser de otra forma.
–Y, por último, ¿tienen idea de qué va a pasar con la mesa interconfesional?
–Pues yo soy partidario de desvincularla de las comunidades. Bajo mi punto de vista debe ser una entidad libre para actuar y no estar subyugado a nade ni vinculado con nadie. Pero no hemos hablado nada de la mesa interconfesional ni he intercambiado opiniones con otros de sus miembros sobre el futuro de esta entidad. Sí que el anterior presidente ha participado en acciones y actividades que se han emprendido por esta mesa. Pero para mí debe ser un espacio de diálogo interreligioso que no tiene por qué intervenir el presidente de la Comunidad Judía, e incluso, sería bueno que se desvinculara de las comunidades. Pero insisto en que es una idea y creo que es pronto aún para tomar ninguna decisión.
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