La Granja Escuela de Melilla, a examen

Situada entre el Parque Forestal y el aeropuerto, la Granja Escuela se postula como uno de esos lugares de encuentro de la ciudadanía con la naturaleza. Cerdos vietnamitas, pollos, cabras, distintas especies de aves, equinos o una vaca son algunas de las especies que pueden verse en el recinto. También hay huertos, una zona reservada para un proyecto con la Universidad de Granada y un museo de fósiles, entre más elementos.

Paqui Maeso, consejera de Políticas Sociales, Salud Pública y Bienestar Animal, asumió las competencias de la Granja en enero de este tras ser nombrada viceconsejera en el Gobierno, y resaltó en una entrevista a El Faro que está muy implicada en la labor que se está llevando a cabo ahí. Ante las críticas que suele recibir el lugar el estado de los animales, entre otros aspectos, dijo que ella no va a “decir ni que sí ni que no. Yo me voy a poner a trabajar, si hay algo que cambiar para mejorar, se va a hacer”.

En este sentido, la consejera resaltó doce paquetes de actuaciones que van a cubrir todo el mantenimiento de la Granja. Algunos de ellos son un servicio de limpieza de las dependencias, cuidado y mantenimiento de los animales y fauna diversa, azafatas para el Museo de Fósiles, el mantenimiento de recursos hídricos y el del sistema eléctrico o un taller de Naturoterapia, entre otros. Este lote se encuentra en licitación por 929.475 euros. Por su lado, la Granja tiene unos gastos anuales en torno a los 500.000 euros entre personal y su mantenimiento. Además, quiso resaltar que el estanque de los patos se está adecuando.

En enero de este año, se presentó una denuncia ante el Seprona (Guardia Civil) por la situación de los animales de la Granja. “Todos los ciudadanos de Melilla somos conscientes de lo que está pasando con los animales”, afirmó Óscar Gaztelumendi, miembro de Podemos, a El Faro. Recalcó que la Granja ha recibido un millón de euros de subvenciones, por lo que no entiende que pueda haber problemas para los cuidados que requieren los animales y se preguntó qué empresas se están beneficiando de ello. Aseguró que vieron sarna en la vaca, en la mula y en los caballos y ya se han puesto en contacto con Sergio Torres, director general de Derechos de los Animales.

Por su lado, Maeso informó de que la denuncia fue archivada y que las imágenes que se usaron para señalar el malestar de los animales eran antiguas. “No eran capaces de venir a hacer críticas con fotos actuales; ya cada uno, si quiere utilizar este tema tan sensible con intenciones políticas, yo ahí no puedo entrar”, señaló. Lo que sí ha hecho, quiso resaltar la consejera, es poner un buzón de sugerencias para que aquellas personas que viesen una incidencia pudiesen comunicarlo. Además, recalcó que se ha contratado a un auxiliar de veterinaria para que, además de sus labores propias, comunique cualquier problema que haya en la Granja.

Maeso cree que hay intereses detrás de las críticas para destruir la gestión y cree que es algo “peligroso porque la gente sufre, la gente se lo cree y no todo el mundo posee el momento para poder venir y verlo”. Y es que la consejera dijo haber recibido llamadas de ciudadanos preocupados a los que calmó explicándoles la situación. Es por ello que después de que El Faro le solicitase una entrevista, Maeso invitó a este medio a la Granja para conocer de primera mano la situación.

¿Y qué piensan organizaciones como Guelaya o SEO Birdlife sobre la Granja. Manuel Tapia de Guelaya lo tiene claro. “Mostrar animales en jaulones no es la forma correcta en la que los niños deben entrar en contacto con la naturaleza”, expresó en una entrevista con El Faro. Piensa que el aspecto de ciertos animales es fruto de que “no están bien cuidados” y señaló que si se va a tener un núcleo zoológico en la ciudad, se tiene que contar con todas las garantías de que los animales van a estar en condiciones, que van a tener espacio y van a tener atención. “Parece ser que la Consejería ya ha notado, ha reconocido que hay una carencia porque este año se ha presupuestado una plaza en el ámbito de la veterinaria”, pues tiene entendido que se contaba con la ayuda de un veterinario privado que iba cuando se le requería.

Desde SEO, Francisco Pérez, expone la que idea inicial de la Granja era buena como una forma de acercar el mundo rural, inexistente en Melilla, pero que en este momento, “este lugar "ni es granja ni es escuela", es un mini zoológico qué mezcla animales de granja con exóticos y dónde nadie explica nada a sus visitantes”.

Aves

Sobre el tema de aves, Pérez cree que no hay necesidad de tener palomas encerradas y que el aviario está “en unas condiciones deplorables”. Acerca del guacamayo Churri, piensa que en primer lugar, en vez de tenerlo expuesto al público, deberían haberlo llevado a la enfermería para que lo curasen. Además, señaló que hasta ahora no había ninguna explicación sobre qué le ocurre al ave y critica que su jaula “sea un almacén” al haber distintos utensilios. También señaló la mezcla de especies que hay en el jaulón de las aves exóticas. “Es todo un despropósito, nos encontramos una colección de jaulas con lo que teníamos a mano, que son esos animales que la gente tenía en sus casas y ha ido trayendo; pero no son las condiciones y no se hace educación con esto”.

Desde un punto de vista contrario, Maeso defiende que el guacamayo ha sido una de sus principales preocupaciones desde que se hizo cargo y que está siendo bien cuidado. Explicó que tenía un dueño particular, pero cambiaron las circunstancias para este y no podía darle al guacamayo la atención necesaria. “Vino a pedirnos ayuda para ver cómo él se podía sentir más acompañado puesto que esa situación le había afectado”, dijo Maeso. Al ser cambiado de lugar, se estresó más aún y Maeso ha querido poner un cartel informativo, para que los visitantes no se asusten, señalando que el ave padece un cuadro de ansiedad.

La consejera también cree que con el refuerzo que ofrece la auxiliar de veterinaria se puede informar mejor a las personas que vean a Churri. Por su lado, Pedro Paredes, responsable de la Granja, explicó que el tratamiento que está llevando el guacamayo es que “esté en contacto con mucha gente, por eso está en un sitio de la Granja donde hay mucho paso y ya vemos que ha aumentado su vocabulario, las ganas de hablar y de comunicarse con mucha gente”. También dijo que se le está mejorando todo lo que es la alimentación y el contacto con las personas; además de que la recuperación es lenta. Maeso aseguró que ha visto mejora y cree que “la medicación es lo último”. “Yo creo que como cualquier situación en cualquier persona es muy individualizado cómo reacciona ante los tratamientos de estrés”, dijo la consejera. Sin embargo, no se sabe si recuperará el plumaje interior.

Por su lado, Tapia, de Guelaya, piensa que no se puede mostrar a los animales “de forma caótica, los de granja mezclados con los exóticos” y que el lugar se acabe convirtiendo en sitio donde los ciudadanos depositan los animales que no quieren. Además, resaltó que debería explicarse que Churri tiene estrés porque no está en la naturaleza y vive encerrado en una jaula y sin pareja. Si se quiere educar en cómo tener a los animales, subraya que esta no es la manera correcta. Apuntó a que Melilla, lo que necesita, es un Centro de Recuperación de Especies Amenazadas y que hay presupuesto para ello.

Ante el argumento de que la Granja sirve de lugar de acogida para aquellos animales que no tienen hogar, Pérez señaló también a un centro especializado como solución con personal formado y especializado cuya única función no sea solo exponer los animales, sino cuidarlos y recuperarlos y que además cuente un convenio con el Colegio de Veterinarios de Melilla “que permita que todos los animales que puedan ser salvados se salven y que todos los animales que puedan llevar una vida digna la tenga”.