Cuando el reloj apenas marcaba las 20:30 horas, se abrieron las puertas del patio lateral del Palacio de la Asamblea, sede del Gobierno local, y comenzó la procesión de la Cofradía Castrense del Cristo Humillado.
Por primera vez, la cofradía pierde el momento mágico de la salida desde la parroquia Castrense donde los portadores debían ponerse en cuclillas para sacar el trono desde el interior del templo.
Sin embargo, fue la nota de color y distinta de un Martes Santo envuelto en un aire entre incienso y solemnidad. Un ambiente que pudo crear perfectamente la simbiosis entre el respeto de la hermandad y el repertorio fúnebre de la Banda de Música Ciudad de Melilla, que acompañó al Humillado.
Poco después de su salida, la comitiva se dirigió hasta las puertas de su parroquia donde aguardaban los representantes institucionales y la directora de COPE, Paloma Suárez, que hizo la lectura el acto de Desagravio.
En un calvario rojo
En el centro, sobre un calvario de claveles rojos, se encontraba Nuestro Padre Jesús Humillado vistiendo con clamide púrpura, una caña a modo de cetro real y un cordón de prisionero. Además, dentro del exorno floral cuidado al mínimo detalle por los hermanos y hermanas de la cofradía se podían ver anturios rosas entremezclados con variadas flores rojas.
Cortejo procesional
Bien acompañado fue en su procesión el Cristo Humillado. Más de 40 nazarenos se unían a los 40 niños y niñas que conformaron la guardería de este cortejo procesional, una de las más mayoritarias de la Semana Santa melillense.
Además, en torno a unos 52 portadores llevaron sobre sus hombros a este Cristo de la parroquia Castrense. Delante, unas doce mantillas precedían a los representantes institucionales y cofrades de honor de la hermandad entre los que se encuentran todos los jefes de Unidades y Estacionamientos. En total, procesionaron unas 150 personas.
Rey de reyes
“Y de este modo, el ‘Rey de reyes’ cambiará de título por voluntad de los que dirigen la ceremonia de toma de posesión de su nuevo reino en el pretorio de la chanza. Ahora será el ‘Humillado entre los humillados’ el que por capa regia lleve un manto carmesí rasgado, el que por corona real, unos espinos trenzados, y por bastón de mando, una caña en mano”. Con estas palabras se refirió el pregonero de la Semana Santa de Melilla a este Cristo de la Cofradía Castrense.
La crisis humanitaria y la lucha contra el terrorismo, presente en el Desagravio
Con el pensamiento en la crisis humanitaria, en los refugiados y en la lucha contra el terrorismo, muy presente en el día de ayer, la directora de COPE, Paloma Suárez, acometió su discurso en el acto de Desagravio de la Cofradía Castrense del Cristo Humillado que realizó su estación de penitencia en la noche del Martes Santo de Melilla.
La protagonista de este simbólico acto tuvo un gesto con las desgracias que copan titulares cada día en los medios de comunicación tales como la crisis humanitaria de los refugiados o la lucha contra el terrorismo.
No se arregla en despachos
Suárez pidió perdón en su discurso por todas las personas que piensan que la crisis humanitaria que padece el mundo “se puede resolver en los despachos”. “Por creer que es una cuestión de cuotas y no de personas o vidas”, aseguró. Además, parafraseó al Papa Francisco cuando pronunció que esta crisis humanitaria “se puede medir en cifras”, pero que querían medirla “por nombres”, añadió la periodista.
En su recuerdo al terrorismo, ayer, precisamente, fue un buen día para tener esta mención en un acto cofrade y religioso como éste. En Bruselas tuvo lugar un atentado terrorista que dejó al menos 34 muertos. Además, este ataque ha tenido lugar no mucho después del que ocurrió en París hace algunos meses.
Tras leer el Desagravio, el hermano mayor de la cofradía, Francisco Durán, le entregó un detalle de recuerdo y agradecimiento por protagonizar este acto en el que estuvo acompañada, entre otros, por el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda.