Gran acogida de 'La Traviata' este fin de semana

El teatro Kursaal-Fernando Arrabal albergó este fin de semana un gran espectáculo: 'La Traviata'. Se trata de una versión de esta ópera que ha realizado la Orquesta y Coro 'Ciudad de Melilla' y que tuvo una gran acogida por parte de la ciudadanía estos días 10 y 11 de febrero.

Bajo la dirección de escena de Antonio Torres y la dirección musical de Ángel Lasheras, más de cien personas han estado trabajando durante meses para traer a la vida esta fantástica ópera de Verdi. Un espectáculo para hacer que el público asistente disfrutase del género lírico en su máximo esplendor.

Además de la Asociación de Orquesta, Banda y Coro 'Ciudad de Melilla' (Asbanor) también colaboraron para traer a la vida este proyecto de tal envergadura el Ballet Colores de Merche Hurtado, Sibila Teatro, el estudio de baile 'Las Turranas', 'Antón Producciones', José Luis Reboul y el Rinconcito de Silvia, además del equipo técnico del Teatro Kursaal. Asimismo, Asbanor agradeció enormemente a todo el equipo de músicos el compromiso y esfuerzo para poder llevar a cabo esta obra.

'La Traviata' (título original en italiano) es una ópera de Giuseppe Verdi dividida en tres actos, respetando la estructura tradicional de presentación, desarrollo y desenlace. Está basada en la novela de Alejandro Duma, 'La dama de las camelias' (1852). En esta ocasión, el eje dramático de la obra se ha centrado en la protagonista, Violetta Valéry, interpretada por María del Carmen Gálvez, mientras que su amante Alfredo Germont fue representado por Javier Agulló.

La ópera se estrenó por primera vez en 1853 en el teatro La Fenice de Venecia y junto con 'Rigoletto' y 'El trovador' forma parte de la trilogía popular operística que compuso Verdi a mitad de su carrera. En un principio fue titulada 'Violetta', haciendo referencia al personaje principal y se cree que está basada en la vida de una cortesana parisiense.

Cuando se estrenó no tuvo éxito y el público se burló de la representación varias veces. A pesar de ello, el primer acto se ganó un aplauso al final. A partir del segundo, sin embargo, los espectadores comenzaron a volverse en contra de la representación. Finalmente, cuando estaba concluyendo, el público rió a carcajadas sin apreciar el trágico final de la obra.

Después de algunas revisiones entre 1853 y mayo de 1854, que afectaron principalmente los actos II y III, la ópera se representó de nuevo en Venecia, esta vez en el Teatro San Benedetto, siendo un éxito de crítica.

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