La Fiscalía pidió ayer nueve meses y un día de internamiento en un centro psiquiátrico para un individuo que padece retraso mental moderado con trastorno del comportamiento. Según la acusación, el hombre cometió un delito de violencia de género: propinó dos guantazos a su mujer en presencia de sus hijos menores porque ella no le daba las pastillas que él requería. Estos hechos supuestamente tuvieron lugar el pasado día 17 en el interior de la vivienda familiar, que es propiedad de la madre del acusado.
Según expuso ayer la víctima ante el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla, el hombre trató de echarla del domicilio después de que su madre hubiera venido de viaje desde Canarias. “Tienes esta noche nada más, mañana no te quiero ver más”, le dijo él supuestamente. “Me dijo zorra y otras palabras más feas”, relató.
La mujer contó que el individuo le pedía las pastillas de su tratamiento, pero ella le decía que no las tenía. “Me dio dos manotazos en la cara, delante de los niños, que se pusieron a llorar”, dijo.
Aviso a la Policía
Según continuó contando la víctima, habló con su hermano por teléfono tras este episodio y le contó lo sucedido, entonces este llamó a la Policía para que acudiera a la vivienda familiar.
La madre del procesado, por el contrario, aseguró que es la mujer la que maltrata al acusado. Según expuso, cuando ella llegó a la casa, tras mantener una discusión, le dijo a la víctima que tenía que irse. “Tú no quieres a mi hijo”, le recriminó, según puso de manifiesto en la vista. Según continuó relatando, la mujer se fue y su hijo le pidió las pastillas del tratamiento. Luego, se fue a dormir. A los minutos, apareció la Policía en la vivienda, según contó la señora.
La testigo insistió al juez en que su hijo no pegó a su mujer. “Se lo juro por mi madre y mi hijo, por Dios, que es lo más grande”, le dijo. Aunque no se encontraban en la misma habitación, la mujer sostuvo que habría sabido si hubiese habido una agresión, porque en la vivienda se escucha todo.
Condición inimputable
Según expone la fiscal en su escrito acusatorio, la patología del encausado condiciona que su imputabilidad “se encuentre severamente disminuida o anulada”. Por ello, la representante del Ministerio Público no le reclama el ingreso en prisión, sino en un centro que sea acorde al tratamiento que necesita. También solicitó una orden de alejamiento respecto a la víctima por un periodo de dos años.
El procesado, en su derecho a la última palabra, antes de que diera por finalizado el juicio, aseguró al juez que era inocente.
Finalmente, el caso quedó visto por el titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla para el dictado de una resolución: condena o absolución.
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