El gobierno local está apunto de cumplir un año y a punto de irse. El ejecutivo al que se llegó con el acuerdo de tres fuerzas políticas para que Imbroda no gobernarse. No desarrolló nunca un programa conjunto para dar una alternativa a la ciudad. Como ha demostrado el transcurrir del tiempo nunca fue un gobierno compacto. Pronto se convirtió en el gobierno de dos más uno. Los recelos de los 4 frente a los de 8 (y viceversa) han sido la tónica de una historia que no tenía sentido. Ninguno de los dos grupos tenía un proyecto de trasformar la ciudad. Los proyectos han sido personales, lo que se les ocurría. Tener buenas intenciones en política no es suficiente. No han sabido gestionar nada, se han dejado llevar por la rutina de los hechos, no la iniciativa de los mismos. Yo diría que hemos tenido (bueno tenemos) un gobierno de lánguidos
Este gobierno ha durado demasiado y “se les rompió el poder de no usarlo” (parodiando a la gran Rocío Jurado). Además de la bisoñez de los nuevos gobernantes estaba, y está, un gran tiburón preparado para hacerse con el poder de nuevo. El PP no ha parado de hacer cantos de sirena a los socialistas hasta que han caído en sus redes. Consigna pepera: no atacar nada que haga el Psoe, aunque sea contraria a nuestros principios, porque el principal y único principio es recuperar el poder.
Las negociaciones entre PP y Psoe vienen de hace tiempo. Los interlocutores de ambas formaciones han tenido diferentes encuentros hasta llegar al día de hoy. Los máximos responsables delegados de las dos formaciones ya negocian directamente.
Gloria Rojas ha intentado mantenerse firme en sus ideales socialistas, pero sus compañeros sociolistos le han ido minando su moral (que tampoco tiene mucha consistencia ideológica, sino más bien romántica o decimonónica). Ha coqueteado con Miguel Marín, políticamente, no como hicieron en sus tiempos mozos.
Los dos defensores de este acuerdo, con cargo público, han sido la secretaria de organización Sabrina Moh (delegada de negociaciones de Gobierno) y el consejero Mohamed Mohamed.
Han sido los dos adversarios que ha tenido CpM para que no gobiernen. Se ha dado una guerra clara entre bereberes, que son los que ocupan actualmente el poder en todos los ámbitos.
Mohamed ha sido la estrella rutilante de la pandemia. Y se lo ha creído por su provocadora juventud. Se ha dado cuenta de la erótica del poder. Se ha dejado seducir y aspira a más, aunque su gestión cotidiana de sus cargos la ha tenido en un segundo plano o en ninguno. Su aspiración, si su amiga Sabrina no fuera la delegada, sería ocupar la Delegación del Gobierno. La amistad en política es efímera, si no que me lo digan a mí. Él se siente el vice delegado. En el minuto de silencio por los muertos por la Covid19 ( mi recuerdo más sincero hacia ellos) estaba en la Delegación del Gobierno junto a la titular, el comisario de Policía y el coronel de la Guarda Civil, y no en la puerta del Ayuntamiento que era su sitio como consejero de la Ciudad. Sabrina sabe que en las redes sociales el líder es Mohamed, pero yo lo diría, como dijo Michael Corleone en El Padrino II: “Mantén a tus amigos cerca, y a tus enemigos aún más”. La ambición convierte a los amigos en enemigos.
Según fuentes del PP, las negociaciones van muy bien y el reparto de poder está prácticamente decidido, pendiente de algunos flecos:
Presidenta: Gloria Rojas
Vicepresidente y consejero de Urbanismo: Miguel Marín
Consejera de Seguridad Ciudadana: Paz Velázquez
Consejero de Medio Ambiente: Manuel Ángel Quevedo, si no se va a la Presidencia de la Autoridad Portuaria
Consejera de Cultura e Igualdad: Elena Fernández Treviño, si no dimite debido a su desacuerdo con el pacto.
Consejero de Presidencia y Administraciones Públicas: Daniel Conesa
Consejera de Hacienda: Esther Donoso
Consejero de Economía, Empleo y Turismo: Mohamed Mohamed, posible portavoz del Gobierno.
Consejera de Salud Pública y Servicios Sociales: Fadela Mohatar
Consejera de Educación: María del Mar Alfaya
Consejera de Juventud y Deportes: Isabel Moreno Mohamed
Viceconsejero de Movilidad y Recursos Hídricos. Francisco Vizcaíno
Viceconsejero de Familia y Menor: Javier Lence
Los escollos que están teniendo, al margen de un cambio de nombre o puesto, es en el procedimiento. El PP quiere moción de censura y el Psoe, no. Gloria Rojas desde su bondad ingenua no quiere quitar así a Eduardo de Castro, prefiere que dimita. Imbroda quiere la moción para echarlo, y no solamente por eso, sino que neutralizaría una posible moción de censura a futuro. Es decir, el Psoe no podría firmarla y así se garantiza la permanencia en el poder. Él sabe que el gobierno popular-socialista no tiene futuro.
Los puntos fuertes para el PP son echar a Eduardo de Castro, alejar del poder a Aberchán y cargarse la Consejería de Distritos. La recuperación de la Presidencia no hace viable el pacto. Gloria Rojas acepta todo, siempre que la presidenta sea ella, porque su orgullo sería ser la primera mujer presidenta de Melilla. El programa económico y la frontera no están en las conversaciones.
Juanjo Imbroda se quedaría como reina madre, al igual que ha hecho Aberchán con el gobierno actual.
P.D.: Cualquier parecido con la realidad es una coherente coincidencia. Por cierto, para reconocer al nuevo gobierno vendrá del PP, Cayetana Álvarez de Toledo y en representación del gobierno de España, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.
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