Ejercer la responsabilidad de gobernar no es imponer las normas, aunque sean justas. Toda decisión, toda ley tiene sus excepciones y sus interpretaciones. El gobernante debe saber que un criterio general no es dogma de fe. Si la historia de la humanidad se rigiera por la fuerza de la ley no habríamos avanzado o progresado, estaríamos todavía en el inicio (con taparrabos) y sin derechos civiles. Hegel describió perfectamente la evolución social : tesis, antítesis, síntesis. No voy abundar en la historia social de la humanidad, porque este gobierno no se entera de nada, qué saben ellos quién es Hegel.
Esta reflexión inicial viene a cuento por las normas emanadas de la fase tres. En ella se contempla visitar a las personas mayores en las residencias, tan sólo por familiares sin excepción y siempre el mismo. Los mayores han estado aislados más de noventa días de sus seres queridos. Perfectamente atendidos por sus cuidadores, pero sin el calor de las personas que más quieren. Estas normas elaboradas por nuestra autoridades son insolentes como poco. Un régimen penitenciario es más amable, quien las haya elaborado es una persona insensible y desconoce por completo a las personas mayores.
Los gobernantes dan normas muy rígidas para convertirlas en éxito personal. Presumen que sus normas han ido más allá que en otros sitios. Pero han carecido de sensibilidad. Cuando dicen que han hecho por los mayores todo lo posible, no es verdad. Los han secuestrado en su soledad, en la ausencia del cariño. Una persona mayor es muy agradecida si le demuestras tu afecto y cercanía.
El otro día fuí a visitar al Centro Asistencial (previa cita y concedida) a una señora que atiendo sin ser familiar, pero que no tiene a nadie. Iba con toda mi ilusión y con unos regalitos que le encantan a ella, porque es mayor y se siente joven. Le gusta estar siempre vestida y pintada como para ir de boda (esto es lo que le digo yo). Al llegar a la puerta me prohibieron la entrada por no ser familiar. Evidente no soy familiar, pero soy la única persona que viene a verla periódicamente (todos los que allí habitan me reciben con cariño tanto los trabajadores como los mayores). Si se leen las normas establecidas desde la Delegación del Gobierno verán que son inhumanas en el trato a nuestros mayores. Estas normas deberían ser aplicables tan sólo para la residencia del IMSERSO donde es competente la Delegación del Gobierno y no para el Centro Asistencial que depende de la Ciudad Autónoma, pero el invisible presidente y su consejero, que tienen todas las competencias en esta fase no las ejercen, actúan miméticamente.
Los gobernantes deben saber que la unidad familiar es un concepto caduco en nuestra sociedad actual, pues hay otros modelos de relacionarse sin que existan vínculos de sangre. Y a veces estos son más verdaderos.
Leo en el periódico una propuesta de los taxistas para ayudar a relacionarse las personas mayores. Me parece muy acertada. La señora que atiendo la conocen todos los taxistas, ha sido una gran usuaria de este transporte. Ellos saben quién es.
Este gobierno cumple un año y no recuerdo nada a favor de los mayores, como por ejemplo la propuesta de CpM del servicio odontológico para mayores. Las propuestas son para llegar al poder, otra cosa es cumplirlas.
He de reconocer que el trato que reciben los ancianos en el Centro Asistencial es excelente. Todas las personas que trabajan allí son unos competentes profesionales.
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