“El Gobierno tiene que esforzarse para lograr un pacto educativo”

• Entrevista a Pedro Jesús Oliva Jiménez, que fue condecorado la semana pasada por 43 años dedicados a la enseñanza

Tras 43 años dedicados a la enseñanza, Pedro Jesús Oliva Jiménez fue homenajeado el pasado lunes junto a otros 10 profesores que también se han jubilado a lo largo del curso escolar 2015-2016, por la Ciudad Autónoma en el Salón Dorado. De los 43 años, 21 años fue profesor en las aulas y los 22 restantes fue inspector de educación (desde 2005-2016 en Melilla). En su labor  ha controlado el cumplimiento de leyes como la LODE, LOGSE, LOE o la LOMCE. A pesar de los continuos cambios, explica que no se ha conseguido que se deje de pensar que lo más importante es que los alumnos aprueben.

–¿Por qué Melilla cuenta con una alta tasa de abandono escolar?

–El fracaso escolar está originado en un fracaso social. En Melilla tenemos que fijarnos en muchos más ámbitos que en el meramente educativo. Hay dos estudios elaborados por sociólogos que muestran que en los distritos IV, V y VI, es decir, donde se encuentran la población más vulnerable de la ciudad, se concentra el mayor fracaso escolar.

Otro factor que influye es la propia familia. Está demostrado que una mujer con dos niños que no tenga pareja ni un trabajo estable, automáticamente está conduciendo a sus hijos al fracaso escolar.

Luego está el entorno del alumno. Hay que diferenciar entre niños que viven en una casa  donde tienen a su disposición 50 o 100 libros, a una donde no tengan ninguno. No rendirá igual el que dispone de una habitación para estudiar que el que carezca de un espacio propio.

Tampoco podemos olvidarnos que hay padres ‘pro escuela’ es decir, que están pendientes de sus hijos, los animan y los llevan a actividades extraescolares, y que hay otros chavales, que lo único que pueden hacer es correr por las calles. Situaciones como las que he enumerado las están sufriendo niños de barrios marginados en Melilla. De este modo, cuando pasan a la Educación Secundaria, ya son carne de cañón. En muchos casos, se convertirán desgraciadamente, en personas sin oportunidades para integrarse, no podrán desarrollarse profesionalmente y acabarán en los barrios siendo seres marginados.

–¿El continuo cambio de las leyes educativas tiene culpa?

–Es otro factor que influye. Una ley educativa no se puede poner en marcha de la noche a la mañana. Requiere un largo plazo de formación de los propios profesores. Hay que ir por partes. El Ministerio no da un paso importante para garantizar que los profesores estén formados. Si hay fracaso escolar es porque algo está fallando en el Ministerio de Educación. No se pueden legislar una serie de contenidos, criterios o estándares de evaluación, dárselas al profesor y decirle “ponte en marcha”. Todo ello, sin escucharle, sin plantearle nada previamente y encima con una ratio de 33 alumnos.

–¿Se puede zanjar el problema?

–Bajo mi punto de vista, el Gobierno tiene que hacer un gran esfuerzo para lograr el pacto educativo. En España, los partidos políticos no pueden imponer unos criterios de lo que ellos entienden que es o debe ser la educación. Hay que pactar mucho y trabajar en conjunto. Los profesores, los alumnos y las familias también tienen que ser escuchados. Será imprescindible crear planes de formación e información.

–¿El sistema educativo español está basado en la memorización?

–Fundamentalmente si. No sólo en la memorización,  sino también en las notas y en los exámenes. La cultura de la evaluación es mucho más que eso. Muchos de los profesores son muy conscientes de ello, pero es más fácil determinar una serie de pruebas y evaluar en base a éstas si introducir otros métodos. Cómo vamos a poner, por ejemplo, a prueba la expresión oral de los niños, si no tienen tiempo para hablar en clase.

–¿Entonces no se está preparando bien a los alumnos?

–No es que no se esté preparando bien al alumno, pero los niños necesitan un auténtico plan de estudio. No nos podemos limitar a cambiar las leyes y contenidos si los niños no saben estudiar. Es fundamental que dominen técnicas de estudio. En Melilla, hemos preparado un total de 50 para la Educación Primaria.

–¿En qué consisten las técnicas?

–Hemos trabajado en la compresión tras la lectura de contenidos, así como en la interpretación de cualquier gráfico, ya sea matemático, geográfico o de ámbito social.

–¿Qué vicios educativos se siguen arrastrando?

–El cuaderno de clase. Hacemos el mismo uso de los cuadernos del que hacían nuestros abuelos. Llenarlos de contenido y ejercicios.  El aprendizaje no consiste en hacer 8 o 9 ejercicios. Tenemos que invitar al alumno a la reflexión.

–Hace unas semanas, padres de toda España le declararon la ‘guerra’ a los deberes. ¿Usted está a favor o en contra?

–No tengo una postura tajante al respecto. El niño podría hacer algún trabajo en casa. No tendría que ser a diario. Los deberes deben estar para que los alumnos investigaran o para completar lo que hacen en clase. No tienen la culpa de que el currículo sea largo. No tienen que acabar en casa lo que no da tiempo de hacer en clase. Tampoco nos gusta a los adultos finalizar nuestra jornada laboral y tener que seguir trabajando. Los deberes deben ser razonables y coordinados con las familias. En cuanto a la guerra que han iniciado algunas familias, diré que los padres y los colegios nunca deben estar enfrentados.

–¿Confia en un pacto educativo?

–Soy una persona positiva y abierta, por lo que estoy muy esperanzado. Es un buen momento. Hay una predisposición por parte de los políticos y de la propia sociedad. No espero ni un milagro, ni grandes maravillas, pero con el esfuerzo conjunto que se haga será más que suficiente para que el mundo educativo pueda conseguir mejores resultados para todos.

–Usted, aunque ya esté jubilado, ¿seguirá vigilante?

–Sí. Me interesa mucho cómo se seguirá desarrollando el sistema educativo. Tengo muchos compañeros que están dando clase en Melilla y deseo lo mejor para ellos. Además, creo que va a suponer una mejora para los alumnos que provienen de barrios más marginados. Será una compensación para el mundo tan precario que tienen, pero en líneas generales será bueno para todos.