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La gaviota de Audouin: entre la conservación y la desaparición

Es un trabajo de años, en concreto, desde 2014. Fran J. Pérez, coordinador de SEO/Birdlife acude junto con un pequeño equipo de personas a la Zona de Especial Conservación, de acceso restringido en los cortados de Aguadú. El objetivo es ver si los polluelos de la gaviota de Audouin (Larus audouinii) han logrado llegar al mar, uno de los pasos que siguen a medida que van creciendo. Pérez explicó que esto era muy importante, ya que hace dos semanas anillaron 69 polluelos, una cantidad inferior a la esperaba, y ahora les toca comprobar cuántos de ellos han sobrevivido. “Es la parte final de todo el control que hemos hecho, censo y anillamiento, de la gaviota de Audouin”, dijo. Los polluelos tienen los nidos en lo alto del acuartelamiento ‘Capitán Arenas’ y para llegar hasta al mar y formar grupos del balsas, tienen que sortear una valla, un momento difícil para los pequeños. “Este año teníamos la duda, dada la población tan debilitada que ha nacido, si iban a ser capaces”, expresó.

Para las personas que aún no tengan claro cuál es la gaviota de Audouin y sus diferencias con las que solemos ver los humanos, que es la patiamarilla, Pérez explica que es una especie un poco más pequeña que la clásica y que está protegida por la población tan debilitada que hay en el Mediterráneo, su zona natural. El 90% está en territorio español y dentro del mar de Alborán, Melilla tiene “por desgracia” el mayor núcleo de esta especie. Pérez explicó que esto no es buena señal porque se han perdido colonias muy importantes en las islas Chafarinas, en la isla de Alborán y en Ceuta,. Sobre la bajada de la población en Melilla, estiman que un 30% de ella se debe a la competencia con la patiamarilla, que en estos momento ha ocupado gran parte de la zona ZEC y cuando hace años se veían apenas unas 100, en estos momentos hay casi 500 y ahora hay que sumar los polluelos que han nacido durante la cría de este año.

Sobre la Adouin, Pérez relató que era muy delicada a la hora de nidificar, que depende de los descartes de pesca de los barcos y necesitan lugares tranquilos, como la ZEC. Esta zona está protegida, no solo en tierra, sino también en el mar por conservar especies en peligro de extinción o en riesgo que encuentran una tranquilidad que no tienen en la ciudad, ya que el acceso de personas está restringido.

Anillar

Para tener localizadas a las aves, se le colocan dos anillas en las patas para tenerlas localizadas. "El anillamiento científico es básicamente un marcaje, en este caso a las aves, por el cual le colocamos dos anillas", explicó Pérez. "Básicamente es colocarles un DNI" con una anilla pequeña y metálica y otra blanca más grande con unos números y letras que son visibles con prismáticos o telescopios, llamada 'PVC'. Así pueden observar hasta dónde llegan las aves. El año pasado, desde un observatorio de Ghana divisaron a varias de las gaviotas que se anidaron en Melilla. Estos datos, además de dar información sobre las aves, también permiten tener un mejor conocimiento sobre el cambio climático o cambios sociales o geopolítocos, dado que las aves eligen donde migrar según la situación de cada lugar. Pérez aseguró que este es uno de los instrumentos más valiosos con los que trabajan y que, además, las anillas son inocuas para las aves porque están hechas a medida para que no les moleste ni tampoco se les caiga.

"En Melilla tenemos que empezar a ver el medio ambiente como patrimonio natural", aseguró diciendo que dicho patrimonio es la envidia de muchos lugares siendo una ciudad tan pequeña y puso el ejemplo de la gaviota de Audouin, gracias a la cual Melilla aparece en el mapa científico por tener la población más sana del mar de Alborán y segundo por tener un plan de conservación de la especie "que es único en la demarcación del Alborán" y que va a servir de marco para otras zonas. Quiere trasmitir el mensaje de que las especies que hay en los 12 kilómetros son parte del patrimonio natural y no tienen por qué tener ninguna correlación con el hombre ni están por estar. "La pérdida o el colapso de la biodiversidad nos lleva al final a problemas", un ejemplo de ello es el gran número de gaviotas patiamarillas que hay por la ciudad y explicó que la existencia de otras especies de gaviota, como la Audouin, ayudan a mantener a la especie a raya. "El equilibrio está por algo y mantenerlo es algo que tenemos que hacer todos en nuestro día a día", manifestó.

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