Como director general de Medio Ambiente “nunca vi cómo Maldonado hacía su trabajo ni me tenía que dar explicaciones”. Dos testigos aseguran que el jefe de Industria inspeccionó ‘in situ’ camiones y bateas frente a la Casa Mercedes.
La tercera jornada del juicio del caso del fraude de la ITV fue mucho más favorable para el principla acusado, el jefe de Industria de la Ciudad, Ricardo Maldonado, pues por la sala de vistas de la Sección 7º de la Audiencia Provincial de Málaga en Melilla pasaron los testigos llamados por su abogado defensor. La declaración más esperada de la jornada fue la del ex consejero de Medio Ambiente, Ramón Gavilán, quien hasta 2003 era director general del área, por tanto el superior más inmediato de Maldonado en la Consejería. Gavilán dijo no conocer cómo el jefe de Industria hacía su trabajo y por tanto tampoco podía tener constancia de supuestas irregularidades en la Inspección Técnica de Vehículos, de la que Maldonado era el único responsable.
Afirmó que únicamente atendía las reclamaciones que pudieran suscitarse en las diferentes áreas de la Consejería, pero no especificó si recibió alguna del área de Industria. En todo caso, Gavilán declaró que Maldonado nunca le dio explicaciones de su trabajo, pues consideró que no tenía que dárselas. “Nunca vi cómo hacía su trabajo, como a ningún inspector de la Consejería. Sólo atendía las reclamaciones, si las hubiere”, recordó Gavilán.
La declaración del ex consejero sirvió al jurado para ilustrarle sobre cómo funcionaba la ITV en aquellos años y los cambios que ésta sufrió por las nuevas legislaciones al respecto. Tal y como explicó el pasado lunes el propio Maldonado y ayer corroboró Gavilán, el reglamento de la ITV del 85 con el que contaba Melilla permitía las inspecciones de camiones y bateas fuera de las instalaciones de la Casa Mercedes, entonces sede oficial de la ITV, al carecer éstas de las infraestructuras necesarias.
Sin embargo, Gavilán aseguró que no había por parte suya y de la Consejería un “permiso expreso”, fuera oral o por escrito, que permitiera a Maldonado hacer las inspecciones en cualquier punto de la ciudad, si bien el mismo reglamento amparaba las inspecciones visuales en la vía pública.
Curiosamente, tras la detención de Maldonado, Gavilán ascendió en 2003 a consejero de Medio Ambiente y se empezaron a hacer gestiones para adecuar el servicio de la ITV en Melilla a la nueva legislación. Ésta exigía que las estaciones de ITV no fueran talleres de marcas comerciales, por lo que se buscó una empresa privada que gestionara este servicio en la ciudad. Tres años después y tras las obras pertinentes de lo que hoy es la estación de ITV de Melilla, comenzó a funcionar el servicio, gestionado por una empresa andaluza que quería instalarse en la ciudad, tal y como relató Gavilán.
Este cambio supuso que los camiones ya tuvieran las instalaciones necesarias para pasar la ITV como el resto de turismos y motocicletas. A preguntas de la Fiscalía, Gavilán insistió en que Maldonado realizaba sus funciones en el servicio de la ITV de la misma forma en la que lo hacía el Ministerio de Industria antes de transferir las competencias a la Ciudad Autónoma en el año 1996.
Un compañero de Maldonado en la Consejería de Medio Ambiente, A.A.M., acudió como testigo y dijo conocer que el jefe de Industria inspeccionaba camiones en cualquier punto de la ciudad, pues en la Casa Mercedes no se podía hacer y en la vía pública podía “colapsar” el tráfico. Además, afirmó que el sello oficial de la ITV y demás material del servicio técnico quedaba todos los días guardado en un cajón de la Consejería y custodiado por otro funcionario de la Ciudad.
La Casa Mercedes
Dos trabajadores de la Casa Mercedes aseguraron ante el jurado que la cantidad de camiones que pasaban su ITV en la puerta de la nave era un “número poco significativo a la semana, en relación a los turismos que por allí pasaban”. Uno de los empleados, J.P.S., dijo que acompañó a Maldonado en las inspecciones que realizaba en la puerta de la Casa Mercedes y dijo suponer que éste no certificaba la inspección de forma favorable si el mecánico observaba en el vehículo defectos graves visibles. Otra empleada, encargada de la cumplimentación de los formularios para pasar la ITV también dijo haber visto a Maldonado “pasar revista” a camiones en la vía pública.
Este testigo fue el único que arrojó un poco de luz al precio de las tasas que se tenían que pagar en la época para cumplir con la revisión de la ITV. Afirmó que la tasa para turismos era de 21,20 euros, mientras que la de camiones era de 26,20. Hasta ayer los testigos que afirmaron haber pasado la ITV de sus vehículos en Melilla no supieron concretar la cuantía y declararon siempre números aproximados. Por último, esta empleada aseguró que la cantidad de camiones con matricula penínsular que pasaba la ITV en la Casa Mercedes no era en un número “que llamara la atención”.
Sin embargo, uno de los primeros testigos de la mañana aseguró que su hermano pagó entre 10.000 y 15.000 pesetas para que su vehículo pasara la ITV. Concretó, además, que sólo viajó a Melilla la documentación del mismo.
El punto de intercambio de sobres
Dos responsables de una empresa melillense que se dedica al despacho de aduanas testificaron ayer ante el jurado. Lo hicieron al ser la sede de esta empresa uno de los puntos de intercambio de sobres entre los intermediarios y Maldonado, según sostuvieron los instructores de la investigación. S.P.L. y J.P.S. aseguraron que ni conductores ni transportistas acudían a su empresa para dejar sobres con el encargo de que fueran entregados al jefe de Industria. Ambos coincidieron en recordar que “sólo una vez” el propio Maldonado fue a ellos para dejar un sobre para un camionero que lo recogería en los días siguientes.
Las fotografías tomadas por los guardias civiles de la investigación en las que se veía a Maldonado en la puerta de esta empresa con un sobre o papeles en la mano no fueron concluyentes ni reveladores para los responsables de la empresa para afirmar que su empresa era punto de referencia del intercambio de documentaciones para pasar la ITV en sobres blancos. “Si hubiera sobres para Maldonado en una cantidad reseñable, yo lo sabría porque estoy allí prácticamente todos los días”, aseguró S.P.L.
ITV masiva
Otro de los testigos afirmó que Maldonado le pasó la ITV de 34 vehículos de la flota de su empresa de una vez, pues a todos estos camiones y bateas les tocaba pasar la inspección en las mismas fechas. Por ello, dijo que no era extraño que le enviara a Maldonado a su domicilio, dada la relación estrecha que tiene con él, las documentaciones de sus vehículos, de los cuales, la mayoría tenían “residencia en Melilla, aunque no todos tenía matrícula de la ciudad”. Además, afirmó que no solamente enviaba la documentación a Maldonado para pasar la ITV, pues la inspección ocular la podía pasar en las mismas instalaciones de su empresa.
‘El Mellao’ vuelve, pero no consigue ser identificado
Uno de los testigos de la mañana de ayer aseguró que entregó a ‘El Mellao’ en Málaga la documentación de su vehículo para pasar la ITV así como 20 ó 30 euros. “Era un sueldecito por hacer la gestión”, aseveró ante el jurado, en el que no se incluía el precio de las tasas, que iba a parte. El caso es que este testigo recibió su documentación con la ITV favorable y dijo no recordar si el sello era de la inspección técnica de Melilla o de Málaga, aunque en un primer momento afirmó que creía que ‘El Mellao’ le pasaría la ITV de su camión en Málaga. Preguntado por la identidad de ‘El Mellao’, el testigo únicamente refirió que le conocía de su trabajo con camiones y “otras cosas”, pero en todo caso era “un trabajador que iba por libre”. En esta ocasión, ni el Ministerio Fiscal ni los abogados defensores pidieron a este testigo, que declaró a través de videoconferencia, si la identidad de ‘El Mellao’ coincidía con la del segundo acusado en el caso. Identificación que sí pidieron a otro de los testigos que declaró el pasado martes y que fue el primero en mencionar a ‘El Mellao’ e identificarlo como uno de los contactos para pasar la ITV de camiones en Melilla.