Tras meses de obras, la calle General García Cabrelles parece ver la luz y recuperar la normalidad. Tal y como estaba previsto por la Consejería de Medio Ambiente, la reforma de García Cabrelles toca su fin en el mes de febrero, cinco meses después de lo previsto por el otrora consejero Manuel Ángel Quevedo.
También se ha abierto al tráfico la calle Valero Comisario que conecta con la plaza Ramón y Cajal y la calle Juan de Lanuza. Durante meses ha estado interrumpido el tráfico por periodos de tiempo, además de que las obras dificultaban el paso de los peatones por García Cabrelles. Ahora tanto tráfico rodado como peatonal circulan con normalidad.
Mientras las obras de General García Margallo continúan, se ha desdoblado la calle Gran Capitán para que sea en doble sentido y que el tráfico llegue a toda la zona de Martínez Campos, calle Toledo, Comandante Haya… Cabe recordar que esta fue una medida de la Consejería de Medio Ambiente para evitar afectar al menor número de comercios y vecinos posibles. De esta manera, a pesar de los tramos cortados y las obras, el tráfico puede seguir siendo fluido y llegar a todos los alrededores.
La obra de General Margallo está prevista que dure un total de 16 meses y se ha dividido en cinco fases, cada una de ellos con una duración de cuatro meses cada una (a excepción de la tercera, que se divide, a su vez, en una de tres meses y otra de un mes). La Ciudad insistió en que se había buscado todos los recorridos alternativos de vehículos para programar las obras lo mejor posible, pero sin olvidar que, al fin y al cabo, son obras y es normal que produzcan molestias, aunque el resultado final merecerá la pena.
Está previsto que General García Margallo luzca completamente distinta a cómo estaba antes y tenga una estética similar al centro. Las aceras son más amplias, habrá pasos elevados para los peatones y mejorará la recogida de aguas fecales y pluviales.
Junto a esta obra y la de Garcia Cabrelles, el barrio del Rastro comienza una modernización en sintonía con los planes que la Ciudad Autónoma tiene para la zona y su intención de regenerar el Rastro y convertirlo en un barrio patrimonial, tal y como aseguró Fadela Mohatar, consejera de Patrimonio Cultural.
Las obras en General Margallo han traído más de un quebradero de cabeza. Aunque se realizó un estudio detallado para producir las menores molestías, los comerciantes de la zona no tardaron en denunciar las consecuencias que traían para sus negocios esta actuación, como suciedad, escasa afluencia de clientes y pérdidas económicas de hasta el 80%.
También se vio afectado el mercadillo que se instalaba en la calle y que, provisionalmente, se encuentra en el primer tramo de García Cabrelles los martes y jueves, hasta que las obras de General Margallo concluyan y se abra al público.
Por otro lado, Medio Ambiente enfrentó críticas de los ecologistas por la falta de árboles que inicialmente recogía el proyecto de la obra y que dejaba la calzada sin un solo alcorque. Las quejas de estos y de los comerciantes consiguieron que la Consejería regulase y ahora se han dejado los huecos necesarios en la acera para poder plantar nuevos árboles y conseguir que General Margallo sea un poco más verde.
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