Un futuro que mira hacia el aeropuerto

La economía melillense lleva varias décadas pidiendo un cambio de paradigma sin mucho éxito y el gran impacto que ha tenido la pandemia del coronavirus ha acelerado la necesidad de buscar nuevos nichos económicos y Javier González tiene una idea para ello. Se trata de un piloto melillense que trabaja en una aerolínea comercial y desde hace más de 20 años pide la ampliación de la pista de Melilla e incluso ha elaborado un informe que entregó a las autoridades detallando esta propuesta.

“El aeropuerto es el punto más importante, el pilar fundamental de esta ciudad”, asegura, por lo que apunta a que el Gobierno local y el nacional “deberían apuntar a este sentido”.

Cuenta que esta es una reclamación que está durante más 20 años y la idea es que los aviones de tipo C, es decir, los que llevan un motor a reacción, puedan aterrizar y despegar del aeropuerto de Melilla, algo que no pueden hacer en este momento porque la pista no es lo suficientemente larga.

González expone que los cuatro pilares de la ciudad son su régimen fiscal, el puerto, el aeropuerto y la frontera. Ahora que esta última cerrada, cree que si Melilla amplia su puerta de entrada por el aeropuerto, la ciudad tendrá la oportunidad para que aviones más grandes vengan y salga y se podrá viajar más lejos, ya que, según explica, la longitud de pista también influye en las distancias a las que se pueden llegar. “Los beneficios son sobre todo sociales y económicos, ya que Melilla lleva décadas atascada”.

Vuelve atrás en los años para recordar que Aena tenía un proyecto de ampliación del puerto, pero el accidente aéreo de en 1998 en el cabo de Tres Forcas “marcó un antes y un después”.

También menciona el Aeropuerto de Nador, que tiene una pista de tres kilómetros y el sistema instrumental de aproximación ILS, lo que permite aterrizar con poca visibilidad o de noche, explica González.

Si Melilla desarrollase su aeropuerto, podría competir con el de Nador y subraya que el área de influencia no sería solo la ciudad autónoma, sino que también la región de alrededor. “Cuanto mayor sea la oferta y la competencia, mejor para los usuarios. No está solo destinado a que los melillenses podamos viajar, sino también a atraer el turismo de fuera, a buscar mercados nuevos, a crear nuevas sinergias y poder tener vuelos chárter en verano”, dijo.

Aparecer en el mapa

Además, subrayó que con la ampliación de la pista, Melilla “aparecería en el mapa” de las compañías aéreas, pues según dijo, alrededor del 80% de la flota europea consiste en aviones tipo Airbus 320 y Boeing 737. A partir de la ampliación de la pista, ya se podría trabajar con las compañías aéreas, eso sí, con una gran implicación del Gobierno local y por ende, el Ejecutivo nacional, apuntó.

“No es una obra faraónica”, afirmó. En Melilla tendría que ampliarse 350 metros hacía el norte y otros 270 metros hacia el sur, lo que daría lugar a una pista de 2100 metros de asfalto.

González no es la única voz que se alza en esta dirección. Son numerosos los melillenses que están a favor de esta obra y sobre todo aquellos que son cercanos a la aviación, como Pedro, un ciudadano de Melilla que piensa que también se debería solucionar el hecho de que se acorten los horarios de los vuelos cuando llega el invierno y con este la oscuridad, algo que dificulta la movilidad con la península y más cuando hay numerosas personas que se van un fin de semana a un lado o a Melilla. “Es un atraso” asegura.

Apunta que en Ceuta tienen el helipuerto abierto hasta las 22:00 horas y tiene buenas conexiones nocturnas para aprovechar el día fuera de la ciudad. “Es lo primero que se debería solucionar” y asegura que el aeropuerto está equipado para tener vuelos nocturnos.

Aún así, matiza que tiene que añadir un sistema de aproximación mejor. La ampliación de la pista la valora como una oportunidad para aumentar las posibilidades de los melillenses.

Otro ciudadano, Pepe, explica que no tiene problemas con el servicio y no cree que sean necesarias más conexiones porque aunque haya que hacer conexión con Madrid o Málaga, estos dos aeropuerto ofrecen una gran variedad de destinos. Lo que sí cree que habría que mejorar es que se pueda aterrizar incluso si hay poca visibilidad, como suele ocurrir en numerosas ocasiones.

Rafael está de acuerdo en este punto. “Todo lo que sea mejorar el aeropuerto me parece muy bien y lo considero necesario. Es increíble que porque haya nubes bajas se cancele un vuelo cuando en el resto del mundo, los vuelos hacen sus rutas con cielos nubosos, con lluvia o nieve”, dijo.

También cree que si vienen aviones más grandes supondría un abaratamiento de costes al haber más plazas y más destinos lo que permitiría a los melillenses viajar a más destinos y al revés, atraer a más turistas, una asignatura pendiente en la ciudad, “aunque con la situación del covid creo que hablar del aeropuerto y sus mejoras lamentablemente ha quedado en un segundo plano”.