Los sindicatos ACAIP-UGT, CSIF, APFP y trabajadores no afiliados han iniciado esta semana una recogida de firmas entre los empleados del centro penitenciario de Melilla para exigir la dimisión del director, Fracisco Rebollo, de este lugar. La gota que ha colmado el vaso ha sido la renuncia de éste a solicitar la productividad coyuntural asignada por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias en el ejercicio 2021 para el personal funcionario de la cárcel, es decir, que recibieran un plus económico por su trabajo. Fuentes consultadas aseguran que es el único director en España que ha tomado esta decisión.
Por el contrario, aseguran que el director sí que ha solicitado para él y su equipo directivo "una jugosa cuantía económica" en concepto de productividad coyuntural. Este hecho ha creado en la plantilla "una sensación de discriminación y discrecionalidad" por parte del director.
Creen que el director ha demostrado que profesa "el más absoluto desprecio" hacia el personal al renunciar a la productividad, una cuantía que piensan que era merecida después de un año "especialmente complicado", pues además de la pandemia del coronavirus, el director suspendió discrecionalmente durante un tempo cualquier tipo de permiso y licencia al que teníamos derecho como trabajadores, además de obligarnos a estar permanente localizables y a su disposición".
Explica que cuando se suspendieron los permisos, "más de la mitad de la plantilla" presentó absentismo laboral "por diversas y respetables circunstancias".
A ello, hay que sumarle el descontento que arrastraban los trabajadores desde hace tiempo. Aseguran que en numerosas ocasiones tuvieron que desempeñar su labor sin que la Administración les facilitara los equipos de protección contra el covid necesarios, como guantes o mascarillas.
"Todo esto presenciado por su parte encerrado en su despacho y sin prácticamente personarse en el resto de dependencias del centro para prestar el tan necesario respaldo que necesitaba su plantilla en tan difíciles y complicados momentos".
Afirman que Rebollo se limitó a seguir las instrucciones de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias con una actitud "absolutamente pasiva" y "esperando a que la situación se desarrollara por su propia inercia". Recalcan que esto provocaba una sensación de "abandono" entre la plantilla. Califican su gestión frente a la pandemia del coronavirus de "inmovilismo y desidia" e insiste en que éste ha permanecido "encerrado en su despacho durante el tiempo que duró el confinamiento".
Las firmas recogidas serán entregadas a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y a Delegación del Gobierno.
La tenemos con el director...y como funcionarios responsables "la mitad de la plantilla presentamos absentismo por diversas y respetables circunstancias ".
El déspota me niega el permiso y/o licencia y en vez de plantearlo sindicalmente o tratarlo por cauces administrativos ...me doy al piro y a desayunar a las terrazas y a tomar el sol como los gatitos.
Las Administraciones Públicas, en general, tienen un TIC que las asemeja a todas: la hipocresía.
Se les llena la boca de SERVICIOS Públicos, si o si, y resulta que son más inútil y déspota, en la gestión, que sus homónimos de la privada.
Este es un ejemplo de inutilidad y despotismo (desprecio), a la vez. Y, que conste, no es el único.