Opinión

Fracasa la elección de un nuevo director para el Puerto de Melilla

Estaba en el tercer punto del orden del día del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Melilla, pero no salió adelante. La elección del nuevo director del Puerto ha vuelto a encallar.

El presidente de la Autoridad Portuaria, Víctor Gamero, limpió cordialmente los cristales de su despacho en el edificio de la Avenida Marina Española 4 con la propuesta de los tres representantes del PSOE (Gregorio Escobar, Fidel Moga y Francisco Vizcaíno) apoyados por el capitán marítimo, José Miguel Tasende, proponiendo para dirigir el puerto a Carmen Pitarch o, alternativamente, a Jaime Bustillo.

Gamero se agarró a la Ley de Puertos del Estado, que en su artículo 33 es meridianamente clara: la propuesta del nombramiento del director de la Autoridad Portuaria corresponde única y exclusivamente al presidente de la Autoridad Portuaria. Por tanto, pese a que el ala socialista del Consejo de Administración del Puerto presentó las propuestas de Pitarch y Bustillo en el turno de ruegos y preguntas, esas candidaturas no fueron ni siquiera debatidas. No se tomaron en cuenta y quedaron en agua de borrajas.

Para sorpresa de los presentes, Víctor Gamero volvió a presentar este jueves como candidato a dirigir el puerto a Rafael De Linares, que ya fue rechazado en mayo pasado por el Consejo de Administración del Puerto por incumplir uno de los requisitos que se exigen para ostentar el cargo: tener una experiencia de al menos cinco años en temas portuarios.

Rafael de Linares, considerado por muchos el mejor ingeniero de Melilla y  ex decano del Colegio de Ingenieros de la ciudad, fue el nombre que propuso Gamero el mismo día que dimitió por problemas personales el hasta entonces director del Puerto, Luis Ayala, que había sido nombrado por el PP en el año 2017.

Como segunda opción a ocupar el cargo de director del Puerto, Gamero presentó la candidatura del ingeniero Ángel Weil, un nombre muy sonado en Melilla entre 2007 y 2008, cuando el entonces presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla, Arturo Esteban, investigado en el Caso Lezo, lo echó del Puerto. Él ganó el juicio en primer instancia y luego lo perdió, pero como era personal laboral tuvo que ser indemnizado.

Ahora Gamero lo quiere recuperar para dirigir el Puerto de Melilla. O sea, para ocupar algo así como un cargo político que no tiene nada que ver con sus antecedentes laborales en la Autoridad Portuaria aunque obviamente la experiencia cuenta.

Al parecer, la candidatura de Ángel Weil tenía el visto bueno de Puertos del Estado hasta la víspera de celebrarse el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Melilla, pero la propuesta fue rechazada en el último momento, probablemente por una decisión que no se tomó en Madrid.

Supongo que pesó el hecho de que a Ángel Weil se le relaciona con el antiguo PPL de Ignacio Velázquez y es quizás uno de los hombres que más dolores de cabeza dio al PP de Imbroda. La votación de su candidatura se encontró con la oposición del ala socialista en el Consejo de Administración del Puerto, que junto al capitán marítimo, José Miguel Tasende, presentaron sus propios candidatos. Pero también la oposición de Puertos del Estado, Abogacía del Estado y Comisiones Obreras.

En este último caso, el sindicato tomó la decisión de abstenerse en la votación de la candidatura de Weil por temor a que una vez en el cargo puedan verse afectados los trabajadores vinculados a su expulsión del Puerto. Es algo improbable, pero ante la más mínima posibilidad de que eso ocurra, decidieron que si salía director no lo haría con el voto de Comisiones Obreras.

El caso es que ninguno de los dos candidatos que presentó Víctor Gamero salió adelante en la votación de este jueves. Es la segunda vez que esto pasa y previsiblemente la situación no cambiará en los próximos meses porque si CpM tiene al PSOE en contra en la Autoridad Portuaria no sacará a ningún candidato ni ahora ni mañana ni después.

Puede que Gamero no tenga entre manos a los candidatos correctos. Pero también puede que ninguno lo sea a ojos de su socio de Gobierno que de aquí a final de la legislatura estaría por la labor de boicotear todo lo que no sean propuestas propias. 

Esto me recuerda a los jefes que aseguran que saben trabajar en equipo y de hecho lo hacen, siempre y cuando el equipo lo dirijan ellos.

No estamos hablando de dirigir una pequeña empresa local. Estamos hablando de la Dirección de una de las dos infraestructuras más importantes de Melilla, que está descabezada desde mayo pasado.

El propio Plan Estratégico Integral aprobado esta semana por el Gobierno central define al puerto como factor clave en el desarrollo económico de la ciudad y contempla como medidas estratégicas la ampliación y mejora de las infraestructuras existentes, con el objetivo de adaptarlo a nuevas actividades productivas.

También propone la creación de una naviera pública; la reducción del precio de los billetes y la creación de un registro para expedientes sancionadores de Marina Mercante.

Pero si no somos capaces de ponernos de acuerdo para nombrar un director por el procedimiento que se ha utilizado siempre, cómo vamos a ser capaces de sacar adelante partidas presupuestarias para acometer los cambios que necesita el puerto agonizante de Melilla.

Porque de eso hablamos: de una infraestructura en números rojos, duramente golpeada por el hostigamiento marroquí. Estamos enfrentados por dirigir un barco que hace aguas. Y esto no es bueno para nadie, especialmente para el Partido Socialista, tenga o no la razón.

Usemos la regla de tres: El PSOE está enfrentado en Madrid con PP por la renovación del Consejo General del Poder Judicial y en Melilla con CpM por la renovación de la Dirección del Puerto. Eso significa que en ambos casos son parte del problema y no de la solución y a siete meses de las elecciones hay que andarse con cuidado porque gestos como éste atentan contra la ya deteriorada imagen del partido.

No voy a hacer sangre con el PSOE porque esta semana creo que se han anotado un golazo con el adelanto de la aprobación del Plan Estratégico de Melilla. Podemos discutir si es o no un documento que nace muerto con inversiones que ya estaban adjudicadas, pero como instrumento político ha sido una respuesta contundente a Marruecos.

Ellos nos atacan llamando a Melilla presidio ocupado en la ONU y el PSOE responde con un anuncio de inversiones por valor de 356 millones de euros. Si nos ponemos a contar, igual son menos, pero el titular está ahí y la reacción de Marruecos también. Nasser Bourita canceló la Reunión de Alto Nivel que tenía previsto celebrar con España en Rabat en noviembre próximo. Y lo ha hecho el mismo día que el Consejo de Ministros aprobó su plan de rescate para Melilla. Eso ha dolido. Han dado en el clavo.

Lo dicho, seguimos sin director en el Puerto y yo, en la piel del PSOE, le daría un repensado a esa estrategia. Solo hay que ver quiénes encabezan la iniciativa: Gregorio Escobar, ex secretario general del partido y ex delegado del Gobierno; Francisco Vizcaíno, ex viceconsejero del Gobierno y Fidel Moga, asesor de la delegada del Gobierno que vista su candidatura a un cargo de dirección en el Ingesa, da la impresión de que está donde no quiere estar, haciendo lo que no quiere hacer.

A veces, más que en lo que es o no es justo, hay que pensar en qué es lo mejor para el partido: o sea, para todos.

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