Miguel Marín analiza su paso por la Consejería de Obras Públicas, que ha dirigido políticamente durante los últimos ocho años, y trasmite sus primeras impresiones en sus nuevas responsabilidades de gobierno.
Miguel Marín no es nuevo en el Gobierno local. Continua como vicepresidente primero del Ejecutivo melillense, tal cual ha venido ejerciendo en los últimos ocho años, pero ha variado por completo el área de responsabilidad a su cargo. De consejero de Administraciones Públicas ha pasado a dirigir la nueva macroconsejería de Fomento, Deporte y Juventud. De todo ello, hablamos con quien además ejerce en estos días de vacaciones de la primera autoridad local como presidente accidental de la Ciudad.
-¿Cómo ve este nuevo mandato electoral?
-Ilusionante desde el punto de vista personal, porque me permite iniciar una nueva etapa con nuevas responsabilidades. Desde el punto de vista del Gobierno también creo que va a ser una etapa ilusionante porque se avecina un próximo cambio en el Gobierno de España y entiendo que esto va a ser vital para el desarrollo socioeconómico de Melilla, ya que en estos últimos ocho años hemos estado totalmente abandonados. En todo este tiempo, el Gobierno central no ha presentado ni un solo proyecto nuevo para Melilla, a excepción del Hospital, que lo prometió Zapatero el 30 de enero de 2006 y que aún está lejos de terminarse. Después de tantos años sin hacerse absolutamente nada, sin resolverse lo problemas endémicos de la ciudad, como son el paro y los problemas con los transportes o la vivienda, se avecina un tiempo ilusionante, porque los máximos responsables del PP nacional están totalmente comprometidos con Melilla. De hecho, tanto Rajoy como Cristóbal Montoro, que con toda probabilidad será el vicepresidente económico, ya han dado el visto bueno al documento que hemos presentado conjuntamente con Ceuta en el que se ponen encima de la mesa soluciones para poner fin a esos problemas endémicos.
-¿Cómo ha sido su aterrizaje en la Consejería de Fomento?
-Estoy muy motivado porque hablamos de competencias muy importantes. Es el área que lleva todo el desarrollo urbanístico y de infraestructuras importantes, y más aún en estos momentos previos al inicio en septiembre próximo de los trámites para el inicio del nuevo Plan General de Ordenación Urbana que, como se sabe, es el instrumento que tiene cualquier comunidad o región para su desarrollo socioeconómico, y por tanto hablamos de un área de gran envergadura y mucha responsabilidad pero a la vez muy gratificante porque es determinante para el desarrollo de Melilla.
-¿Y del área de Juventud, ahora también bajo su cargo, qué me dice?
-Es un área trasversal, en la que están implicadas todas las Consejerías que conforman el Gobierno local, porque abarca por igual temas de vivienda, de formación, de ocio… y, por tanto, engloba a toda la estructura del Ejecutivo. Nuestra pretensión es trabajar en aquello que más importa a los jóvenes, porque además de las actividades de ocio y diversión que podamos proponer, entendemos que lo más importante para los jóvenes es la formación, la educación y el empleo. Sufrimos la más alta tasa de desempleo juvenil y fracaso escolar de toda España y por ello nuestra actuación se centrará fundamentalmente en favorecer una mayor formación, mediante más posibilidades de cursar estudios en Melilla a través de nuevas titulaciones, con vistas a combatir ese alto índice de desempleo, porque cuanta mayor formación tengan los jóvenes, mayores oportunidades tendrán de encontrar un trabajo en mejores condiciones.
-¿Y en el área de Deporte, qué va a pasar?
-Teniendo en cuenta que estamos en tiempos de crisis, que debemos recortar en presupuestos, ya he trasladado a los distintos equipos en categoría nacional que van a disponer de menos presupuesto, pero para el Gobierno y para mí va a ser una prioridad el deporte base y lo que conocemos como el deporte de salud o deporte para todos, por lo que intentaremos dar la oportunidad de hacer actividad física a quienes quieran mejorar su salud y calidad de vida. No recortaremos ni un euro en deporte base, invertiremos más en actividades de deporte para todos y recortaremos en aquellos equipos estrictamente profesionales. No es posible recortar a los juveniles, que no cuentan con medios prácticamente, pero favorecemos a los equipos que tengan jugadores de Melilla mientras que recortaremos las subvenciones a los estrictamente profesionales, que o bien deberán optar por fichar a menos jugadores o por reducirles el sueldo, porque obligatoriamente tenemos que hacer recortes.
-¿Qué balance hace de su paso por Administraciones Públicas?
-Me he quedado con un grato recuerdo, porque han sido ocho años en los que se ha trabajado en dos líneas de actuación bien diferenciadas y en las que creo que hemos logrado dar un cambio radical respecto de lo que existía. En materia de gestión pura y dura de los recursos humanos de la Administración autónoma de Melilla, decir con orgullo que nos adelantamos a los acontecimientos. Desde el primer día que tomé posesión e hice un análisis de la situación que me encontré, trasladé al presidente la necesidad imperiosa de externalizar servicios. Es decir, el debate sobre la reducción de empleados públicos que ahora están realizando numerosas comunidades y otras autonomías, nosotros ya nos lo planteamos hace ocho años y elaboramos un plan de contención de la plantilla de empleados públicos, en beneficio de externalizar unos servicios que, de esta forma, nos costaban la mitad. Gracias a eso, hoy en día el capítulo de personal dentro de los presupuestos de la Ciudad Autónoma representa tan sólo el 28%, mientras que el de Ceuta, por ejemplo, está en diez puntos por encima hoy en día, y en otras administraciones alcanza hasta el 40%. Y todo esto se ha logrado si haber recortado derechos a los funcionarios públicos. Por esto ha habido en estos últimos años una paz social evidente.
-Su gestión también ha sido importante en la relación administración-ciudadanos o usuarios ¿Qué destacaría a este respecto?
-Pues también estoy muy orgulloso de haber trasformado la forma de atender a los ciudadanos, porque prácticamente se les atendía en un hueco de escalera sin acceso por supuesto para los discapacitados y sin condiciones adecuadas tampoco para el conjunto de la ciudadanía; y de eso hemos pasado a una red de oficinas de atención al ciudadano repartidas por toda la ciudad, en las que el ciudadano sin salir de su barrio puede hacer todos los trámites administrativos. Además, hemos puesto herramientas a través de Internet que permiten también realizar muchos trámites de manera gratuita desde el propio hogar de cada uno, incluido el volante de empadronamiento por ejemplo. Hasta es posible ver la situación personal de los trámites administrativos si se cuenta con los correspondientes certificados digitales. Pero, además, a través del teléfono de información 010 se informa de los distintos trámites e incluso se envía al domicilio el volante de empadronamiento, que es uno de los trámites más demandados. También para mayores de 70 años y personas de movilidad reducida, sin salir de su casa, inscribiéndose en el programa de atención administrativa domiciliada, la administración va a las casas y gestiona los trámites sin necesidad de que los usuarios tengan que desplazarse a ninguna parte. Se ha dado un giro de 180 grados conforme a la política de cercanía a los ciudadanos que comprometió el presidente Imbroda.
-¿Qué opina de las críticas de los que sostienen que el actual Gobierno no se ha reducido respecto del anterior pese a lo prometido?
-Son argumentos demagógicos y para cotarlos y anularlos hay un dato de mucho peso, y es que los melillenses no pagan ni un solo euro de su bolsillo a este Gobierno, gracias a la gestión que realizó el presidente Imbroda ante el anterior Gobierno central del Partido Popular, de modo que es la Administración central la que se hace cargo del coste del Ejecutivo. Y, dicho esto y una vez demostrado que el Gobierno se ha reducido, hay que pensar que no tenemos una estructura como la de Valencia, Madrid o la Generalitat de Cataluña, en que tras cada consejero hay un equipo mastodóntico. Aquí se reduce un consejero y nada más, porque la estructura administrativa sigue siendo la misma, los empleados públicos siguen siendo los mismos, y sí además resulta que el coste de ese consejero quien lo paga es la Administración General del Estado, pues resulta que para el melillense no nos ahorramos ni un euro con la supresión de cargos ejecutivos.
-Este año le toca liderar también la organización de la Semana Náutica ¿cómo se presenta la nueva edición?
-En principio muy bien, con un nivel de inscripciones muy bueno. Pero quiero hacer hincapié en la reducción de gastos, que se ha venido realizando ya en las pasadas elecciones y que este año continúa reduciéndose con el ánimo de rebajar los costes de la organización para las arcas locales. Como el año pasado, en la entrega de premios no habrá más que una copa a cargo de patrocinadores y firmas colaboradoras, lo que no supondrá ni un euro de coste para la Ciudad, al tiempo que se fomenta el consumo en los locales de Hostelería.
-¿Y qué destacaría de la Semana Náutica?
-Pues el perfil por el que se ha apostado y con el que la Semana Náutica se ha consolidado. Hablo del regatista amateur que viene con sus familiares y amigos, que suele llegar antes de iniciarse la Regata, y que es el que consume, disfruta y hace turismo en la ciudad además de participar lógicamente en la prueba deportiva. Vienen a disfrutar de Melilla, se muestran encantados con nuestra ciudad y la costa que nos rodea. Hacen vida en nuestra ciudad y dejan dinero, con lo que se consigue una promoción de Melilla que le da un enorme valor añadido a la Semana Náutica.
-Por último, ¿cómo podemos contrarrestar esa forma recurrente de agresión marroquí mediante la presión migratoria sobre Ceuta y Melilla?
-Siempre hemos defendido que las relaciones con Marruecos deben ser muy buenas, pero también desde la base del respeto y la cooperación mutua. Creo que por parte de España ese respeto siempre se ha puesto de manifiesto y por eso pedimos al vecino país la misma consideración que España tiene hacia Marruecos. Por eso, cuando se pide una y otra vez y no hay correspondencia, desde el Gobierno de España hay que dejar de pedirlo y empezar a exigirlo para que se cumplan los acuerdos de buena vecindad y cooperación firmados por ambos países. Para esto primero deben respetarse nuestro status como ciudad española y evitar una presión migratoria extrema sobre nuestras dos ciudades, porque la experiencia nos demuestra que cuando Marruecos quiere esa presión se controla.
Orgulloso y motivado con su nueva responsabilidad
Diplomado en Relaciones Laborales, colegiado como graduado social, aunque no ejerciente, y máster en asesoría laboral por la Escuela de Formación Empresarial, Miguel Marín, a sus 42 años, ya acumula más de diez años de experiencia como cargo del gobierno en la Ciudad Autónoma. En mayo de 2000, entró a formar parte del primer Ejecutivo presidido por Juan José Imbroda en el puesto de viceconsejero de Sanidad. Después de las elecciones de 2003, fue nombrado consejero de Administraciones Públicas y vicepresidente primero del Gobierno melillense. Ha mantenido los mismos cargos en los últimos ocho años y, ahora, tras la última cita electoral, cambia de responsabilidad, al situarse al frente de la nueva macroconsejería de Fomento, Deporte y Juventud, y seguir manteniendo el puesto de vicepresidente primero del Gobierno de la Ciudad.
En estos días, de vacaciones para la primera autoridad local, ejerce además como presidente accidental.
Su despacho, en el antiguo mercado del Mantelele, es un ir y venir de melillenses de muy variados sectores. Ha llegado con las tijeras de los recortes, a tono con los tiempos de crisis, pero en su caso las nuevas tendencias en la gestión administrativa no son una novedad. Se siente orgulloso de haber recortado costes como consejero de Administraciones Públicas externalizando servicios que, antaño, en su dependencia directa de la Administración local acumulaban una casuística que encarecían en exceso su coste. Orgulloso también de haber dado un giro de 180 grados a las relaciones entre la Administración y los usuarios, se encuentra ahora al borde de un nuevo reto que le motiva e ilusiona.