Los tiempos avanzan y las opciones de entretenimiento para los más pequeños de la casa van cambiando a causa de la aparición y el desarrollo de las nuevas tecnologías.
Esta coyuntura ha provocado que a los niños les cueste cada vez más sumergirse en la lectura de un cuento, una novela o un cómic.
El Día de Libro, que tuvo lugar ayer y que todavía hoy se celebra en Melilla con los puestos colocados en la plaza de las Culturas y las actividades para los ‘peques’, sirve de estímulo para esta nueva generación, acostumbrada ya a tratar con dispositivos electrónicos desde su nacimiento.
Además, mediante iniciativas como ésta, los chicos pueden conocer a Miguel de Cervantes, el escritor español más importante, que creó a uno de los principales personajes de la literatura universal, Don Quijote de la Mancha. Es sin duda importante que los más jóvenes conozcan esta parte de la historia de España.
La lectura, además, despierta capacidades muy beneficiosas para los niños y también supone un pilar fundamental para la cultura general, puesto que aunque las fuentes de procedencia de los conocimientos hayan cambiado, es evidente la importancia de este mundo literario en la sociedad.
También los mayores pueden aprovechar para retomar la lectura. Muchas veces, el frenético día a día hace que nos olvidemos de los hábitos literarios, y nunca está demás que éstos se recuperen, aunque sea gracias a un libro que se regala o se presta.
En Melilla, el mal tiempo obligó a aplazar la inauguración de los puestos en la plaza de las Culturas. Sin embargo, la lluvia parece haber dado una tregua para que numerosas familias disfruten de las actividades dirigidas a fomentar la lectura en la ciudad.
Que fomentar la lectura es algo importante parece innegable. Es por ello que los centros escolares de nuestra ciudad también se han puesto manos a la obra para explicar a los niños por qué es importante leer.
El CEIP Velázquez, por ejemplo, para acercar este mundo y hacerlo atractivo a los chicos, ha centrado las actividades de esta semana en los comics. Los niños se han hecho todos unos expertos en la materia y, casi sin querer, se han aficionado a la lectura y han comprendido por qué esta práctica lleva siglos enraizada en la sociedad.