Melilla se conoce con el sobrenombre de la Ciudad de las Cuatro Culturas, a pesar de que realmente son más. La quinta es la cultura gitana y la comunidad calé melillense celebró ayer el Día Internacional del Pueblo Gitano con su tradicional ceremonia del Río, donde no faltaron flores y velas. Tampoco olvidaron un homenaje a las víctimas del holocausto y la celebración de la llegada de esta etnia a Occidente, tras su éxodo milenario desde la India.
La bandera
El acto comenzó con el izado de la bandera gitana ante el Palacio de la Asamblea. El portavoz de la comunidad gitana de Melilla, José Heredia, presidió el evento, al que asistieron numerosas autoridades, entre las que se encontraban el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, la consejera de Cultura, Fadela Mohatar, la viceconsejera del Mayor, Carmina San Martín, el director de la Casa Sefarad, Miguel de Lucas y el vicepresidente del Instituto de las Culturas, Juan José Torreblanca.
Heredia explicó los colores de la bandera gitana: el verde representa el campo, que siempre ha acogido a los gitanos, el azul simboliza el cielo, bajo el cual se han protegido sus compañeros, y la rueda central de la bandera representa el carácter itinerante de esta comunidad.
La encargada de izar la bandera fue la señora Encarnación, una mujer mayor reconocida entre los miembros de la comunidad gitana por su papel de ‘madre’ de todos ellos. Mientras la matriarca izaba lentamente la bandera, sonaba el himno de su etnia, el ‘Yeli, yeli (‘Anduve, anduve’), que canta la historia nómada de los gitanos. Tras el izado, se hizo un minuto de silencio como homenaje a los gitanos asesinados en el holocausto nazi.
La ceremonia del Río
La celebración del Día Internacional del Pueblo Gitano prosiguió con la ceremonia del Río. Los asistentes al acto se desplazaron desde la puerta del Palacio de la Asamblea hacia la fuente central de plaza España. Allí, algunas mujeres de la comunidad gitana, así como las representantes institucionales, volcaron pétalos de rosa al agua de la fuente como recuerdo a la migración que realizaron los gitanos desde la India hasta Occidente hace casi mil años.
Tras ellas, algunos hombres gitanos y otros representantes de la Ciudad situaron, al pie de la fuente, numerosas velas en conmemoración a los calés que murieron en el holocausto nazi.
Por último, miembros de la comunidad repartieron entre los participantes el libro ‘Con nombre propio. Historia y pautas de identidad de la comunidad gitana de Melilla’, escrito por José Heredia Carmona. Este volumen explica los orígenes de este colectivo en la ciudad autónoma y los signos distintivos de su etnia.
Heredia recordó que más de mil personas forman parte de la población gitana melillense y agradeció a los ‘payos’ allí presentes, el ejemplo de solidaridad, hermandad y tolerancia que demuestran cada día.
Según el portavoz de la comunidad gitana de la ciudad, en Melilla no se conoce la discriminación, y celebró la buena convivencia entre todos los vecinos, dejando de lado “las diferencias culturales, que nos enriquecen como personas y nos hacen más tolerantes”. Heredia se mostró orgulloso de poder celebrar el 8 de abril como un día festivo.
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