Una treintena de sirios se concentró ayer frente a la Consejería tras reclamar en los juzgados que les dejen vivir en el CETI con sus hijos hasta que lleguen las pruebas de ADN de Granada.
Las familias sirias que han sido separadas de sus hijos al entrar en Melilla, además de protestar en la Plaza de España, han recurrido a los juzgados para reclamar que les devuelvan a sus menores.
Ayer la Fiscalía pidió a la Consejería de Bienestar Social que deje que padres e hijos, que conservan el Libro de Familia y los documentos de identificación de sus menores, convivan juntos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) hasta que lleguen los resultados de los tests de paternidad que les han realizado y que previsiblemente confirmarán el grado de filiación que les une. De hecho, hasta ahora todos los análisis han demostrado que los niños eran hijos de quienes los reclaman como padres.
La Fiscalía responde con esta medida a la denuncia interpuesta por una familia siria. Además, también había recibido un documento firmado por núcleos familiares afectados por el protocolo de Bienestar Social y que CGT, Prodein y Derechos Humanos entregaron en los juzgados.
En la carta venían a decir que es absurdo que la Ciudad Autónoma mantenga a las familias separadas si éstas quieren vivir juntas en el CETI, tienen documentos que acreditan la filiación y de Melilla no pueden salir hasta que lleguen los resultados de las pruebas de paternidad.
En principio estaba previsto que Bienestar Social accediera ayer a la petición, pero el abogado Mohamed Nusian Mohamed, que está representando voluntariamente a los sirios, tuvo que hacer varios viajes de la Consejería a los Juzgados hasta conseguir que el departamento de María Antonia Garbín cediera.
El Faro se puso ayer en contacto con la consejera para conocer su versión, pero ésta declinó hacer ningún tipo de declaración “hasta que no esté todo el asunto cerrado”.
Mayores de edad, bajo tutela
Hay casos en los que la Consejería está pecando de precavida. La ley le exige que proteja a todos los menores de edad que entran solos en Melilla, pero la cautela le ha llevado a internar en centros de menores a mayores de edad. Es el caso de Sarham Hamdo, que tiene 20 años y está separado de su madre, residente en el CETI.
La mujer muestra a El Faro una fotocopia ajada, en la que se puede leer la fecha de nacimiento de Hamdo y asegura que no tiene otra documentación. “Olvidan que venimos huyendo de la guerra. Nosotros hemos salido de casa con lo puesto. Atrás no queda nada. Todo se ha quemado”, apunta en medio de la protesta protagonizada ayer por una treintena de sirios, a las puertas de la Consejería de Bienestar Social.
También se da el caso de hombres casados con menores de edad, que conservan el Libro de Familia que demuestra que el matrimonio es legal y que han sido separados de su mujer y su hijo.
En esta situación está Huossin Aldankar, nacido en Siria el 20 de febrero de 1989 y padre de un niño de un año (Nehal Aldankar). Su esposa, Ghana Albattah, tiene 17 años y junto a su pequeño está bajo la tutela de la Ciudad, en un centro de menores, separada de él, que está en el CETI.
Es más o menos lo mismo que le sucede a Sabri Alsarhan. Su mujer tiene 16 años y está en La Gota de Leche, donde se puso de parto y, según asegura, los trabajadores sociales no la llevaban al hospital porque decían que no le tocaba parir hasta una semana más tarde.
Sin embargo, en cuanto llegó al Hospital Comarcal dio a luz en menos de veinte minutos. Ahora vive con su bebé en el centro de menores y su marido reclama a la Ciudad Autónoma que reconozca su matrimonio y no rompa la familia.
Apoyando a las mujeres que han sido separadas de sus hijos y maridos, estaba ayer frente a Bienestar Social Marzouka Alfahl, que vive en el CETI junto a su hija Muna Alnaasan. Ella está enferma y apenas puede andar porque sufre de una hernia discal. Según explicó a El Faro, gracias a la traducción de Rajae Idrissi, una voluntaria que colabora desinteresadamente con los sirios, en el CETI no tienen agua caliente y ella se ve obligada a hacer la cola del comedor de pie. Además, se queja de que cuando va a la Enfermería del centro le dan dos pastillas y ya está. “La atención es regular”, dice.
Diez familias sirias van a recuperar hoy a sus hijos
Diez familias sirias tienen previsto recibir esta mañana la autorización de Bienestar Social para sacar a sus hijos de los centros de acogida de la Ciudad Autónoma e ir a vivir con ellos al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) hasta que lleguen los resultados de las pruebas de paternidad que les han practicado. Así lo confirmó ayer a El Faro el abogado Mohamed Busian Mohamed, que ha conseguido que la Fiscalía de Menores y la Consejería de María Antonia Garbín cambien el protocolo de actuación con los sirios.
Hasta ahora, explica el letrado, en cuanto una familia siria llegaba a Melilla, la Ciudad Autónoma se hacía cargo de los menores, les practicaba pruebas de paternidad y una vez demostrada la filiación, devolvía los niños a sus padres.
A partir de hoy, el protocolo cambia. Los tests de ADN se seguirán practicando a los sirios para evitar que se den casos de tráfico de menores, pero los niños podrán seguir viviendo con sus padres, siempre que éstos conserven la documentación que acredita el grado de consanguinidad que les une, explica Busian.
Esta decisión se ha tomado no sólo por la denuncia interpuesta en los juzgados por una familia siria y las protestas del colectivo de afectados en la Plaza de España sino también porque hasta ahora todas las pruebas de paternidad practicadas a familias sirias han dado positivas. “Es normal que la Administración extreme las precauciones, pero en entre los sirios no se ha dado ningún caso de una falsa paternidad”, apunta Busian.
El caso de las menores casadas
El abogado de los sirios, Mohamed Busian Mohamed, señaló ayer a El Faro que ahora queda por delante resolver el caso de las menores sirias que están casadas y la Ciudad Autónoma las mantiene en centros de acogida.
Según Busian, la legislación española es clara al respecto. Si una menor de edad tiene marido y el matrimonio puede acreditarse, la adolescente se da por emancipada. “En los casos en los que se pueda demostrar que están legalmente casadas, cesará la tutela de la Ciudad”, destacó.
Cambia el protocolo
Las familias no serán separadas en Melilla
La Consejería de Bienestar Social y la Fiscalía de Menores han cambiado el protocolo a aplicar a las familias sirias que entran en Melilla con sus hijos. Les seguirán haciendo pruebas de ADN, pero si tienen documentación que acredite la filiación, les permitirán vivir juntos en el CETI hasta que lleguen los resultados de las pruebas de ADN practicadas para evitar que se den casos de tráfico de menores.
menores casadas
Si demuestran su estado civil, cesará la tutela
El abogado de los sirios, Mohamed Busian Mohamed asegura que la legislación española da por emancipada a las menores de edad que han contraído matrimonio. Según explicó a El Faro, las adolescentes sirias que puedan demostrar su estado civil, dejarán de estar bajo la tutela de la Ciudad Autónoma. En cualquier caso se trata de un tema que está por negociar con la Fiscalía y Bienestar Social.
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