La fiscalía marroquí ordenó expulsar del país a 42 de los 57 migrantes detenidos el pasado miércoles en la ciudad de Uchda, situada a 150 kilómetros de Melilla y fronteriza con Argelia, y llevarlos de vuelta a la frontera desde la que entraron a Marruecos.
Fuentes de seguridad informaron a EFE de que el fiscal competente decretó además el ingreso en un centro de los 13 menores detenidos y mantuvo bajo custodia policial a dos a los que se les acusa de organizar un intento de cruce a Melilla, que este sábado tienen previsto volver a declarar ante el ministerio público.
La ciudad donde fueron detenidas estas 57 personas está a ocho kilómetros de la frontera con Argelia, por donde habitualmente entran migrantes de manera irregular saltando la valla que separa ambos países o a través de túneles.
Los arrestos se produjeron en una operación en la que los agentes marroquíes se incautaron en una vivienda de 274 ganchos artesanales usados habitualmente para trepar vallas metálicas.
Se suman a las decenas de detenciones llevadas a cabo desde el pasado sábado en el monte Gurugú fronterizo con Melilla, en la localidad de Nador situada a sus faldas, así como en las cercanas de Zaio, Berkán y Uchda, dentro de una serie de redadas contra los migrantes.
Las autoridades emprendieron estas operaciones en vista de que centenares de migrantes se estaban congregando en esas ciudades desde hacía unas dos semanas para intentar un nuevo cruce a Melilla, después del ocurrido el 24 de junio, en el que entre 1.700 y 2.000 migrantes, la mayoría sudaneses, intentaron saltar la valla.
Se trató del cruce más mortal registrado en la valla entre Marruecos y la ciudad española, con al menos 23 migrantes muertos y 77 heridos aplastados, asfixiados por gases lacrimógenos y por los golpes de las autoridades marroquíes.
Los detenidos en Uchda son de nacionalidad sudanesa, chadiana y argelina, y a dos de ellos, de 28 y 37 años y originarios de Sudán, las autoridades marroquíes les atribuye organizar un intento de trepar la valla de Melilla.
Las redadas que Marruecos está llevando a cabo en la región de Nador y en Uchda afectan también a los migrantes que llevan años residiendo en esas ciudades, a los que la policía ha pedido que salgan de sus casas y exigido a sus caseros que los echen de las viviendas.
Es el caso de un ghanés, un camerunés y un matrimonio nigeriano peticionarios de asilo con los que ha hablado EFE, que llevan años viviendo en Berkán -situada entre Nador y Uchda- y a los que sus caseros han pedido salir de sus casas.
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