“Suliman no tuvo posibilidad de defenderse; hay alevosía”. Así se expresó ayer el Ministerio Fiscal que ejerce la acusación pública en el caso del crimen del pub Angelo. La vista oral del juicio, que comenzó el pasado lunes, concluyó ayer sobre las 21:00 horas tras presentar las partes su alegación final ante el tribunal del jurado.
El fiscal considera probado que la madrugada del 24 de enero de 2015 el acusado en este proceso, Tufik M., asesinó de un disparo a Suliman O., un joven marroquí de 23 años que se encontraba esa noche en el citado local. El asesinato implica “alevosía”, es decir, “asegurar” la comisión del delito, según explicó el ministerio público a los integrantes del jurado.
Petición de condena
En este juicio, celebrado en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Málaga, cuya sede permanente está en los Juzgados de Melilla, el fiscal mantuvo en su alegato final la petición de 16 años de prisión para el inculpado por asesinato. De ser condenado, reclama que se añadan a esa pena tres años por un delito de amenazas y otros tres por uso de armas sin disponer de licencia para ello.
La acusación pública sostuvo que Tufik M. es “un sujeto muy peligroso”. “Que quede en libertad es un peligro para la sociedad”, agregó.
Además, destacó que fue “vilmente asesinada una persona joven” y aseveró que el inculpado fue “plenamente consciente de lo que había hecho” tras apretar el gatillo y segar la vida de la víctima.
Insistiendo en este asunto, el fiscal destacó que Tufik M. reconoció cuando fue entrevistado por el médico forense que había sido “consciente” del acto que había llevado a cabo. En la mañana de ayer declaró este facultativo en la prueba pericial, quien, a preguntas de la propia parte acusadora, señaló que no había apreciado “alteración mental” en el inculpado.
Amenazas
La acusación pública tampoco olvidó que, antes de disparar al joven, Tufik M. apuntó con la pistola a la cabeza de uno de los compañeros de la víctima. Asimismo, después del tiro, el supuesto autor del crimen se dirigió al otro amigo del fallecido, también apuntándolo con el arma homicida. Tras unos instantes, abandonó el local en compañía de S. M., acusado de encubrimiento por quitar a Tufik M. la pistola y ocultarla entre sus ropas.
Adicción a las drogas
En la estrategia de la defensa del acusado ha sido fundamental afirmar que su cliente padecía adicción a las drogas y al alcohol. El fiscal rechaza este argumento, afirma que Tufik M. era “dueño de sus facultades mentales” y sostiene que los problemas con los estupefacientes deben ser “acreditados” por un “informe forense” que, según aseguró, no ha sido presentado.
El responsable de la acusación pública negó también que el inculpado ejecutara el crimen por padecer “manía persecutoria”. Señaló que si la víctima y sus dos acompañantes lo hubieran “humillado” y él hubiese sentido “miedo”, no habría vuelto a entrar en el bar para “pedirles explicaciones”.
“Es un auténtico asesino y un peligro para ustedes, para mí y para la sociedad”, dijo el fiscal al jurado, no sin antes reiterar que Tufik M. pudo haber causado “una auténtica masacre” en el Angelo.
Acusación particular
El abogado de la acusación particular destacó que el acusado se deshizo de la pistola tras el crimen.
Esta mañana comenzarán las deliberaciones del jurado.
Dentro de su alegato final ante el jurado, el Ministerio Fiscal aseguró que si Tufik M., el acusado de matar de un tiro a un joven en el pub Angelo en enero de 2015, “no hubiera querido matarlo, no habría cargado el arma”.
En las cámaras de videovigilancia del local está registrado lo ocurrido aquella noche. En las imágenes, que ayer fueron visionadas por el jurado, se observa cómo el inculpado entra en el local con una pistola y la carga allí dentro antes de amenazar y disparar.
Las imágenes de las cámaras de videovigilancia del pub Angelo muestran cómo Tufik M. entró en el local, del que había salido instantes antes, con una pistola provista de silenciador. A ojos del Ministerio Fiscal, la aplicación de ese disposivo al arma “descarta la legítima defensa”.
El acusado y varios testigos habían declarado durante el juicio que uno de los compañeros del joven muerto de un disparo le había mostrado a Tufik M. una navaja en tono amenazante. El fiscal no dio credibilidad a esta versión y consideró que el inculpado tenía ánimo de matar al aplicar un silenciador a su pistola.
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