Esta nueva edición se ha visto afectada, como no podía ser de otra manera, por la crisis sanitaria del coronavirus COVID-19, debiendo tomar la Fundación Sociocultural y Deportiva de la Real Federación Melillense de Fútbol una serie de medidas de higiene para evitar cualquier posible contagio entre los participantes, no habiéndose dado ningún positivo.
La Escuela de Verano 2020, una iniciativa puesta en marcha por la Fundación Sociocultural y Deportiva de la Real Federación Melillense de Fútbol (RFMF), llega hoy a su término, tras dos intensos meses de actividades en las instalaciones del campo de La Espiguera. Esta iniciativa de carácter social y no lucrativa, enfocada a niños y niñas de 3 a 12 años, se ha desarrollado de lunes a viernes en horario de 9’00 a 14’00 horas, aunque pudo ampliarse el mismo en una hora (de 8’00 a 14’00 o de 9’00 a 15’00) o incluso en dos para los padres que así lo necesitasen (de 8’00 a 15’00). En este sentido, desde la entidad que dirige Javier Ventaja se ha querido hacer hincapié en que con la realización de esta actividad se ha facilitado la conciliación familiar, ofreciéndoles la posibilidad a madres y padres de poder cumplir con sus obligaciones laborales, a la vez que a los pequeños se les daba una oportunidad de aprendizaje y ocio.
Cabe reseñar que finalmente han sido medio centenar de participantes los que han pasado por las dependencias federativas desde el pasado 1 de julio, aunque el cupo máximo establecido por semana era de treinta. En lo que se refiere a la programación de la Escuela de Verano 2020, la organización diseñó actividades de carácter individual al aire libre, juegos con material reciclado, actividades multideportivas y talleres de diversos tipos. Sin duda, se trata siempre de actividades muy gratificantes para los jóvenes melillenses y más teniendo en cuenta que las vacaciones escolares son, además, un momento muy propicio para que ellos trabajen aspectos de su formación y de su desarrollo, directamente relacionados con su propia autonomía personal, con su capacidad de relación y convivencia con otros chavales de su misma edad y con su actitud personal hacia el medioambiente. En lo que se refiere a las medidas adoptadas para evitar que se produjera algún caso de coronavirus COVID-19, la Fundación de la RFMF tomó todas las precauciones posibles.
Así, los chavales accedían todas las mañanas al campo de La Espiguera por la puerta trasera, donde se les ha tomado uno a uno la temperatura y se les ha echado gel hidroalcohólico, así como un spray desinfectante para las suelas de los zapatos.
Una vez ya todos dentro, se sentaban en las gradas del campo anexo de esta instalación, separados por la distancia mínima de seguridad de dos metros, para explicarles los juegos a realizar. De este modo, los niños quedaban divididos en grupos de diez con dos monitores a cargo de cada uno de los mismos -el ratio de monitores por alumnos ha sido de cinco-. A la hora del desayuno, recibían una bolsa individual, en la que se había introducido una pieza de fruta y un zumo. De igual forma, tanto en los juegos de agua como en el aula también se dividían los alumnos en grupos de diez. Incluso en el aula, cada uno ha dispuesto de una caja con material exclusivo para él, habiendo estado todos separados de cada compañero por dos metros de distancia. Afortunadamente, todas estas medidas han dado sus frutos, ya que no se ha dado ningún positivo entre los alumnos y sus responsables.
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