Este fin de semana comienzan los conciertos de ‘Música en el balcón de la ensenada’ con el concierto acústico de Vega. FaroTV ha charlado con la consejera de Cultura, Elena Fernández Treviño que ha estado dando detalles de este nuevo ciclo de conciertos que traen a nuestra ciudad a varios artistas nacionales a los rincones de Melilla la Vieja. Hablamos también de medidas de seguridad y de la importancia de proteger al sector de la cultura y mostrar la riqueza patrimonial de la ciudad.
– Arranca este sábado el nuevo ciclo de ‘Música en el balcón de la ensenada’ con el concierto de Vega. ¿Cómo surgió la idea de crear ciclo de artistas nacionales?
–La verdad es que cuando retomamos también el ciclo de ‘Música a la Luna’, que se hacía en el propio contexto de Melilla la Viaja, pensamos que por qué no crear también otros espacios en Melilla. Especialmente en El Pueblo porque nos parecía un lugar idílico y tiene un contexto maravilloso, un contexto patrimonial y cultural que dice mucho de nuestra ciudad y que también transmite una imagen que creo que llega mucho al exterior. Entonces estuvimos indagando en otros espacios que podían ser idóneos para hacer algún tipo de ciclo de música, incluso teatro y monólogos. Estuvimos pensando en otro tipo de eventos e indagando incluso en la propia playita de abajo, la de la ensenada, porque nos parecía también un lugar donde se podía llegar a actos culturales. Al final por razones de aforo y el covid, nos pareció que la plaza de Armas en la parte de arriba y situando el escenario de otra manera y con la muralla de Melilla la Vieja al fondo que era un lugar ideal para celebrar este tipo de conciertos y que inaugurábamos un ciclo así nuevo dándole al Pueblo como otro cariz. Es decir, enseñándolo desde otro punto de vista, porque también la idea es, no solo que se proyecte luz e imagen al fondo de la muralla Melilla la Vieja, sino disfrutar de la belleza patrimonial que tenemos a la par que hacemos música.
–¿Es un ciclo que viene para quedarse?
–Esa es la idea. La idea es que inauguremos un ciclo que ya lleve ese nombre y que todos los años tengamos en verano actuaciones allí siempre muy especiales. Porque lo que hacemos es cuidar esos detalles técnicos, cuidar el ciclo en sí. Es decir, que el ciclo tenga un cariz que no tienen otros. Porque cuando inauguramos ciclos de música como ha sido el ciclo de ‘Música a la Luna’ yo creo que tienen sello propio, pues la idea es tambiéncrear un sello propio y diferente este verano y que venga para quedarse.
–¿Cómo fue la selección de artistas?
–Normalmente hacemos la selección mediante productoras que son las que nos ofrecen a determinados artistas. Tenemos un elenco que viene, que está disponible en fechas, porque a veces ya sabes que conjugar todos esos factores no es sencillo. Y dentro de todos los que había nos pareció bien los tres grupos que vienen. Bueno, son dos solistas y un grupo. Marwan porque nos lo había pedido el público. Estuvo aquí hace unos meses, vino para hacer un poco de música pero sobre todo poesía y el propio público del Kursaal le pidió encarecidamente volver. Lo hemos traído por eso, porque nos parecía un referente y que seguro que iba a gustar muchísimo.
Vega porque también tiene ese perfil de esa música que queremos inaugurar que siempre es un perfil más íntimo, menos ruidoso, quizá menos efectista en cuanto aglomeraciones y demás que queremos evitar. Algo más sencillo, acústico y sentado. Y Tam Tam Go! es un grupo clásico de finales de los ochenta que creemos que hay que rescatar también porque es una música que nos suena a todos y a todas y que nos hacía ilusión que volvieran a Melilla y estuvieran aquí.
–¿Ha habido dificultades o reticencias a la hora de tener que cruzar el charco para venir a Melilla?
–Los artistas no lo han hecho. Es más les hace muchísima ilusión volver o venir porque es verdad que para ellos Melilla siempre es un enclave muy interesante. Es cierto que ahora sí que tenemos ciertas limitaciones de vuelos y horarios, pasa también y va a pasar con la Semana del Cine, pero bueno eso es gestión también que se hace y si se hace con planificación se solventa.
–También tenemos ‘Música a la luna’, que en esta décima edición la cultura local, con sus artistas, cobran un mayor protagonismo. ¿Qué acogida está teniendo este año?
–Pues muy buena porque es verdad que el público de Melilla apoya muchísimo la cultura y tiene muchísima hambre de cultura. Yo siempre lo digo: cuando hay eventos la gente de Melilla responde muy bien, e incluso cuando se solapan varios. Va mucha gente ye so es muy bueno. Nuestros artistas locales son muy consolidados y que tienen su publico y que cuando hacemos eventos en el Kursaal y otros lugares tienen mucho respaldo de la gente. Este viernes teníamos a Estefanía Saavedra, que ya es una artista consolidada y llenó el Kursaal. Hay muchísima gente que la sigue, tiene una voz potentísima. Creo que es muy importante fomentar, mimar y cuidar la cultura de nuestra ciudad, que es verdad que tenemos un elenco en todas las disciplinas maravilloso. Se trata también un poco de crear ese sello de cultura local y que es de altura: protegerla, cuidarla y mostrarla siempre. Es algo obvio que tenemos que hacer de entrada, y desde luego, no olvidar que traer aire fresco nacional que nos traiga nuevos referentes o referentes que conocemos desde siempre para seguir creando cultura también con referentes nacionales. Es fundamental también porque no vamos a ser tampoco tan endogámicos. Yo creo que ese es el perfecto equilibrio: lo local y lo nacional.
– Las medidas de seguridad en este tipo de eventos se extreman cada vez más, ¿cuáles son las medidas de seguridad de estos conciertos?
–Tenemos un gel hidroalcohólico a la entrada y a la salida, tenemos una medición de las sillas del publico en un aforo reducido. Hemos tenido un aforo muy controlado en lugares como el auditorio que tiene una cabida de 3.000 pues pusimos un aforo máximo de la mitad porque nos parecía siempre que los eventos que estábamos haciendo no íbamos a llenar esa mitad. Entonces teniendo en cuenta una previsión máxima de 700 u 800 sillas que era más o menos también lo que nos permitía las distancias de seguridad, hemos hecho eventos que tenían menos público porque sabíamos que por cuestiones de seguridad era mejor hacerlo así.
Lo hemos ido reduciendo y ahora mismo tenemos previsto no hacer espectáculos en el auditorio que superen las 400 personas a lo sumo en un espacio que es para 3.000. En otros espacios hemos reducido sillas, en ‘Música en el balcón de la ensenada’ hay 250, en la plaza de Estopiñán, 150… Es decir, tenemos siempre las sillas muy controladas son los aforos muy controlados.
Las medidas son distancias, son las mascarillas obligatorias, son el gel hidroalcohólico, también control de temperatura que lo hamos a hacer en los próximos conciertos. Siempre guardando la distancia de seguridad y entendiendo que la gente va a estar sentada entendemos que nos e da ningún tipo de aglomeración. Las salidas y las entradas son escalonadas puesto que abrimos las puertas una hora antes y cuando abrimos para que termine el acto damos unas instrucciones de salida. Eso lo vamos a hacer en los conciertos que vienen y a medida de que las cosas se vayan poniendo a peor nosotros vamos tomando decisiones más drásticas en cuanto a seguridad. Es normal. Pero no corre ningún peligro el público que va a ver los eventos culturales, no ponemos en riesgo la salud de nadie porque todo está escrupulosamente medido y pautado.
–Desde el área que dirige apuesta por ese equilibro entre seguridad y protección de la Cultura, ¿cuesta hacer que esto sea posible?
–Es complicado ahora hacer cualquier tipo de gestión en tiempos de pandemia porque hay que medir precisamente ese equilibrio que a veces es funambulista y que te impide hacer con libertad. Pero es lo que nos ha tocado vivir y es responsabilidad también de la administración. Entonces, yo creo que ahora mismo cuidar también de la cultura es cuidar de la vida. De la vida local, de la vida económica, del trabajo y del sustento de lo que come muchísima gente que vive de esto. Entonces, es nuestra responsabilidad hacerlo como administración porque cuando terminó el confinamiento yo me encontré el sector cultural muy dañado, como otros sectores. Si ahora mismo es posible hacer eventos culturales, es decir, sostener una cultura segura y a la par, seguir avanzando porque tenemos que seguir viviendo y seguir haciendo vida cultural y eventos culturales, creemos que a la par que se guarda esas medidas de seguridad, yo creo que se puede encontrar el equilibrio necesario que también vital para muchísima gente porque la salud es lo primero y eso lo tenemos clarísimo desde la consejería. Pero también la salud económica, la que te permite vivir y sacar adelante a tu familia es fundamental. Es que hay muchísima gente que vive directamente de esto.
Creo que lo difícil es encontrar ese equilibrio pero que s puede lograr y es lo que estamos haciendo. Trabajamos para ello. La cultura es segura y nuestro país ha hecho la tarea: ha reducido aforo, ha tomado medidas de seguridad, distanciamiento… Es decir, se ha puesto a hacer la tarea y lo ha hecho muy bien. Es uno de los sectores que mejor ha respondido. Entonces, creo que vincular a la cultura como un lugar de riesgo es contraproducente y solamente produce daños. Además, creo que es un desconocimiento de cómo se están haciendo los eventos porque no está siendo ninguno así. De hecho la gente sigue yendo a espectáculos culturales, los teatros tuvieron que cerrar, pero se han vuelto a abrir con todas las medidas, así como los cines y todos los espacios culturales. Los conciertos, siempre que no sean un concierto como el que vimos el otro día en los medios que fue un error enorme, el de Taburete, que fue un descontrol y eso no debería permitirse. Si todos los eventos se hacen de forma segura, yo creo que no se tienen que suspender.
–A pesar de la adversidad de lo que supone la pandemia, ¿cree que es una oportunidad también de dar a conocer el patrimonio cultural de la ciudad a los propios melillenses?
–Totalmente, una de las apuestas que está haciendo ya la Consejería de Cultura es reconocer el contexto en el que se están haciendo estos eventos culturales y que eso también forme parte del paisaje cultural y urbano de nuestra ciudad. Es decir, que todos estos eventos estén enmarcados en la Ciudad de Melilla. Lo hicimos en el centro de la Ciudad con el concierto de música en vivo que hacemos durante el verano, lo hacemos ahora recuperando un espacio emblemático como es el Auditorium Carvajal que durante mucho tiempo había estado infrautilizado, incluso en cierta situación de abandono y lo hemos puesto en marcha. Lo queremos hacer en lugares emblemáticos de nuestra ciudad como Melilla la Vieja. Entendemos que hay que hacer una enorme inversión y planteamiento enorme de lo que es el patrimonio de nuestra ciudad en todos los sentidos y entendemos que el pueblo puede ser uno de los lugares más maravillosos y quizá potencialmente más atractivos para la ciudad y para la gente que viene de fuera de la ciudad.
Todos los eventos que allí se enmarquen entendiendo Melilla la Vieja con otra geometría distinta, viendo esa policromía que te da, esa capacidad y esa diversidad de matices, colores y lugares que tiene y que se puede explorar desde el punto de vista cultural o patrimonial es un poco la linea que queremos indagar. Hay muchos proyectos que queremos lanzar desde esta consejería y uno es “Cultura viva, cultura cerca y cultura de calle” aprovechando que tenemos una ciudad tan hermosa y mostrarla al mismo tiempo.
–Cambiando de tercio, hace unos meses anunciaba que se suspendía la Feria de Melilla. Además de las actividades propias de homenaje a la Patrona, ¿están trabajando ya en propuestas desde las áreas de Cultura y Festejos?
–Nosotros ya hemos tenido reuniones precisamente para los actos religiosos que se hacían para ver cómo los íbamos a llevar a cabo y la semana que viene concretamente tenemos una reunión para perfilar cómo serían esos actos religiosos porque ahora las limitaciones de aforos de la pandemia nos va a seguir perfilando lo que en un inicio hace un mes teníamos pensado hacer. De momento la idea es que como hemos llenado todo agosto de eventos culturales, quizá a principios de septiembre cerrar con esos eventos que ya tenemos porque algunos de los conciertos de ‘Música a la Luna’ entran ya en septiembre, el último es el 11. Pues cerrar con esos eventos, tenemos también a continuación la Semana del Cine. Que quizá se le de el carácter religioso o institucional que se le quiera dar con todos los homenajes a la Patrona, pero que los actos culturales sean el broche final de un verano entero de eventos culturales, que más que incidir esa semana en otro tipo de actos más masivos, que en un principio lo habíamos pensado, pero viendo las cifras los que vamos a hacer es mantener esa calidad y aforo reducido de eventos hasta que terminen a mitad de septiembre. De momento, esa es la idea: no hacer nada que implique a mucha gente porque no es el momento ahora mismo.
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