Hace unos días mi querida amiga Olga Milán me hacía partícipe de un gran acontecimiento familiar. El pasado 27 de abril ella y su familia habían ido a Huelva a celebrar los 100 años de 'Tita Mari', una de las tías de su marido Javi Ríos.
Cuando vi la fotografía de la celebración me quedé asombrada al contemplar el maravilloso aspecto de la cumpleañera, que para nada aparentaba el siglo de vida.
Seguimos hablando y me comentó que en breve tenía proyectado venir a Melilla de la que se había ido hacía ya varias décadas. Una mente como la mía, algo inquieta, me llevó preguntarle cosas y por otra parte a realizar mi propia investigación.
Mari es hija de Manuel Cubo y de Emilia Jiménez. Este matrimonio tuvo cinco hijos. La primera fue Carmen, luego llegaron las gemelas María y Emilia y posteriormente los mellizos, Encarna y Manuel.
Una familia feliz que disfrutaba de sus retoños hasta que un día de 1939 la joven Carmencita se fue, víctima de una cruel enfermedad, con apenas 18 años. Aquello lo cambió todo, pero debieron seguir adelante. Ya nada fue lo mismo porque su bella sonrisa y su luz se apagaron para siempre. Su recuerdo se mantuvo vivo en el corazón de sus padres y hermanos.
El tiempo fue pasando y esos niños se convirtieron en adultos e hicieron sus vidas, algunos fuera de la ciudad, como el caso de Mari, que marchó cuando aún no había cumplido los treinta años.
En estos días ha vuelto a su Melilla, a la ciudad que vio nacer a ella y a su hermana Emilia aquel lejano domingo 27 de abril de 1924. A buen seguro que su madre fue atendida en un parto nada fácil, al ser de gemelas, por doña Encarnación Navarrete o por doña María Canillas que entonces ejercían como matronas. No sabemos si fue en el hospital de la Cruz Roja, que funcionaba como tal desde dos años antes, o en su domicilio.
Una Melilla muy distinta a la que hoy conocemos, en la que se habían ido asentando gentes que procedían de muy diversos lugares en busca de una vida mejor.
Quiero que estas líneas sirvan de felicitación a Mary por su cien cumpleaños y también de bienvenida a su tierra, a su Melilla.
Este viernes 17 ha sido recibida por nuestro presidente Juan José Imbroda Ortiz en el Palacio de la Asamblea. Emotivo y merecido homenaje a una melillense centenaria. A quien ha sido y es una gran embajadora de su ciudad natal.
¡Feliz cumpleaños, Mari!
¡Llévanos siempre en el corazón!