Este miércoles se celebró, en el Congreso de los Diputados, la primera sesión del debate de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno para la próxima legislatura, cuya candidatura previsiblemente se aprobará este jueves, ya que el PSOE cuenta con los votos de Sumar, Junts, ERC, PNV, Bildu y CC. En total, 179.
A la entrada de los políticos al hemiciclo, algunas personas seguían protestando en el exterior, como viene sucediendo desde hace días, por lo que ellos consideran cesiones de los socialistas a los independentistas catalanes por la amnistía a cambio de la investidura.
Tras agradecer a quienes, de ellos, se manifiestan pacíficamente, Sánchez comenzó señalando, en su discurso, la importancia de seguir con las transformaciones que su Ejecutivo está acometiendo durante los últimos cinco años en materias como la igualdad entre sexos, el medio ambiente o “emergencia climática” o la globalización, para evitar las “desigualdades” que crea.
Sánchez empezó hablando de política internacional y criticó tanto a Hamás como a Israel, pero a este le pidió un alto el fuego y a la comunidad internacional, la creación de un estado palestino.
También pidió la paz en Ucrania y, a continuación, se centró en España, que ha conseguido bajo su mando, según dijo, un liderazgo en debates globales y que el país sea visto como “un socio fiable y comprometido”.
Prosiguió el presidente hablando de las personas que están desprotegidas ante los cambios climáticos que ocasionan sequías o incendios, o quienes no llegan a fin de mes, momento que aprovechó para apuntar a un aumento de las ayudas sociales, ya que, en su opinión, la democracia debe proporcionar seguridad para evitar que surjan grupos que quieran subvertir el orden establecido.
Según repitió en varias ocasiones durante su discurso, la derecha clásica está claudicando ante la ultraderecha, con diversos pactos en ayuntamientos y comunidades autónomas que habrían supuesto un retroceso en derechos sociales de la ciudadanía de no ser por la acción gubernamental.
No es algo propiamente españo, ya que han aumentado los regímenes autocráticos este siglo en un 20 por ciento –según sus cifras–, lo que está afectando a asuntos como la diversidad sexual o la integración de los inmigrantes.
Así, Sánchez manifestó que en España hay dos opciones: “la derecha retrógrada” y las fuerzas progresistas. En el caso de los primeros, manifestó que los ciudadanos de izquierdas son “tan españoles” como ellos y alertó del aumento de la presencia de la ultraderecha en Europa favorecida por el amparo de la derecha tradicional. En el caso de España, Vox sería la ultraderecha y el PP, la derecha más tradicional, que, recordó, ha concedido a la derecha más radical la entrada en ciertos gobiernos de Comunidades Autónomas –cinco–, Diputaciones –cinco– y Ayuntamientos 135–.
El pacto por la comunidad LGTBi, la educación y la sanidad fueron tambien parte de un discurso en el que criticó a la coalición de derechas por no haber respetado zonas de bajas emisiones o haber censurado algunas obras de teatro y películas.
“Si seguimos normalizando a la ultraderecha, les damos alas como en algunos países de la Unión Europea”, pronunció Sánchez, quien volvió a cargar contra las políticas llevadas por estos partidos en medo ambiente, en inmigración o en censura a la prensa en las comunidades donde gobiernan, como Castilla y León, Murcia, Madrid y Andalucía.
Sánchez repasó las mejoras logradas por su Gobierno, como la subida del salario mínimo interprofesional, la reforma laboral, la supresión de los recortes y el copago farmacéutico, el aumento de los impuestos a las grandes fortunas y el aumento del número de becas para el estudio.
El dirigente socialista aseguró que el Ejecutivo goza de la máxima legitimidad pese a lo que puedan decir los partidos de la derecha y que así lo demuestra su apuesta por las energías renovables, el escudo social frente a la crisis del covid-19 o la apuesta por los derechos de la comunidad LGTBi, medidas a las que se opuso el PP pese a que la mayoría de los españoles –incluidos sus votantes– las apoya, afirmó.
Gracias a ello, España es hoy, ratificó, un país próspero que va a seguir creciendo en 2024 y que cienta con los mejores datos de empleo y un Estado del Bienestar más robutso. En este aspecto, explicó Sánchez, la inversión por año y ciudadano ha subido durante los cinco años de 6.300 a 7.600 euros.
Hoy, prosiguió, España es más justa porque se han reducido la desigualdad y la pobreza, hay menos brecha salarial y, por contra, avances en sanidad y educación. También considera que el país ha ganado en calidad democrática y prestigio internacional.
En este punto, Sánchez pasó a enumerar ocho compromisos del nuevo Gobierno que presidirá a partir de hoy, a saber: la transformación del tejido productivo y la digitalización, el refuerzo del Estado del Bienestar, la mejora del acceso de la vivienda, el impulso de la transición ecológica, la consecución de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres –aquí habló d e igualar el permiso de de paternidad a 20 semanas–, el fortalecimiento de la cohesión territorial y la disminución de la desigualdad entre provincias y el aumento del protagonismo de España en la UE.
La amnistía
El octavo punto –séptimo en su alocuión–, y en el que se detuvo más tiempo, fue alrededor de todo lo relacionado con la amnistía a los políticos catalanes que participaron en el procès.
En este punto, manifestó que hay que impulsar la convivencia y el perdón para lograr un futuro de convivencia entre todos, ya que “una España unida es mejor”.
Según Sánchez, las políticas del PP sólo consiguieron incrementar el número de independentistas, mientras que, después de este Gobierno de coalición, las cosas están mejor, como se probó en las pasadas elecciones generales, donde en Cataluña ganó el PSC.
En este aspecto, el presidente se preguntó cómo está mejor Cataluña, si en 2017 ó 2023.
De hecho, para Sánchez, el problema del PP y Vox no es tanto la amnistía como que no aceptan los resultados electorales, pero indicó que deben seguir gobernando para completar estos avances.
Es más, el presidente recordó al PP que ellos también indultaron a mucha gente –más de 1.400 en un solo día–, entre ellos, a miembros de Terra Lliure.
Con estos ocho ejes pretende el Gobierno que se formará en breve mejorar la vida de los españoles en un país que, en opinión de Sánchez, tiene potencial para seguir avanzando más allá de la 16ª potencia mundial y la cuarta de la UE.
“Víctimas de un engaño”
En respuesta, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no ahorró reproches a Sánchez. Feijóo comenzó asegurando que no se callarán en las calles ni en las instituciones, puesto que, reiteró, al fin y al cabo fueron el partido más votado en las elecciones del 23 de julio, y recordó que muchos españoles se sienten “víctimas de un engaño” a causa de la amnistía que próximamente se concederá.
El dirigente popular calificó el discurso del presidente como “un delirio” y aseguró que no abandonará a la mayoría del país.
Feijóo también recordó todas las promesas incumplidas del presidente respecto a que no pactaría con Podemos, ERC o Bildu o los indultos a los políticos catalanes presos y, en este aspecto, aseguró de Sánchez que no tiene límites éticos, políticos ni legales y que ha “comprado” el apoyo de estos grupos a cambio de la amnistía. “Nadie ha hecho más por el independentismo que Pedro Sánchez”, añadió.
Por ello, se deben, dijo, encender todas las alertas democráticas, “porque de Sánchez se puede esperar cualquier cosa”. Así, le pidió de nuevo al dirigente socalista que se convoquen elecciones para que los españoles puedan decidir con conocimiento de causa.
De hecho, el dirigente popular apuntó que la mayoría progresista como tal no existe, habida cuenta de que el PNV y Junts no son fuerzas de izquierdas, pero dijo que Sánchez todo lo hace con tal de evitar un Gobierno conjunto del PP con Vox.
Respecto a Cataluña, le insistió al presidente en que no hay necesidad de traer mediadores internacionales para un asunto nacional y manifestó que no acepta que se diga que España es un país opresor.
“Usted es el problema”, “su legado será la división”, “la historia no le amnistiará” o “nunca nadie le creerá” fueron algunas de las frases que siguieron en el parlamento de Feijóo al referirse al presidente, antes de preguntarle sobre qué pactos secretos tiene con Arnaldo Otegi o qué política europea planea ejecutar con el PNV y Bildu. Además, dijo Feijóo que el PP recurrirá la amnistía ante la UE y que promoverá una ley de lealtad constitucional.
“No hay esperanza en el actual PSOE. Felicito a los independentistas, porque tienen al presidente que quieren”, concluyó.
Más apoyos que el PP
En la réplica, Sánchez acusó al PP de reclamar irregularidades en cualquiera de las elecciones que no han ganado desde 1993 y negó que se rompa España, como lo prueba que los españoles han elegido otros cuatro años de “convivencia y progreso” al mando del PSOE.
Así, Sánchez insistió en que el presidente es elegido por el Parlamento y que él –Feijóo– no disponía de los votos necesarios, como quedó claro en su sesión de investidura previa, al tiempo que citó que son 12.6000.000 votos progresistas contra 11.000.000 del PP.
“Progreso frente a retroceso. Eso decidimos”, dijo, y subrayó el acercamiento del PP a la ultraderecha para apuntar que Feijóo es “un falso moderado” y “un mal gestor”.
Además, Sánchez apuntó que el PP nunca podría haber logrado los apoyos suficientes, porque el resto de partidos del arco parlamentario son “incompatibles” con Vox.
“Feijóo es un falso moderado que abraza a la ultraderecha”, continuó Sánchez, quien recriminó al líder popular que, en su discurso, no había mencionado una sola preocupación de los españoles. También le preguntó por cuál habría sido su solución para Cataluña.
Ante ello, el presidente popular le respondió que, si no es presidente, es porque no se vende y atacó a Sánchez por sus críticas a sus compañeros en los gobiernos del PP en Castilla y León, Aragón o Madrid.
“Ustedes perdieron las elecciones y, cuanto antes lo reconozcan, será mejor para todos”, contraatacó Sánchez para terminar.
Por cierto, ¿quién paró las obras del nuevo Hospital?: el PP, mientras se repartían sobres en Génova 13. Fue el gobierno de Sánchez quien retomó las obras y terminó el Hospital. Hay que tener la cara de hormigón armado para ser del PP y venir a quejarse de nada con el destrozo que hicieron ellos con la sanidad y el resto de servicios públicos en Melilla.
¿Pero es que acaso ese zoquete de Feijóo sabe dónde están Ceuta y Melilla? Que se dé un rule por la sanidad pública de Madrid o de Andalucía, verá qué bien le reciben. Menudo farsante bulero.
Feijó no está en condiciones de retarse ni así mismo. Parece un chiste la noticia. Q se dé un paseo por Madrid o ya por Andalucia por cercania a Ceuta y Melilla. Todo todito todo en manos de Asisa Adeslas Sanitas Usureros y Amigos Del Narco. El PP quiere pasar directamente a enterarnos vivos.