Los datos hasta las 18:00 horas eran que habían efectuado alguna compra más de 2.500 clientes, aunque el número de personas que acudieron hasta el supermercado supera con creces los 5.000. “La afluencia de gente en este primer día de apertura del Lidl ha superado todas nuestras expectativas”. Con estas palabras explicó ayer el gerente del Departamento de Comunicación de la cadena alemana de supermercados baratos, Alexander Faull, la respuesta de los melillenses a esta nueva gran superficie comercial.
Según los datos que maneja la cadena, y hasta las 18:00 horas de ayer, el número de personas que habían efectuado hasta entonces una compra fue superior a 2.500, lo que en realidad supone casi el doble de los melillenses, unos 5.000 los que se acercaron ayer a este centro comercial.
Además, en este primer día, ya se han agotado algunas de las existencias, al menos en las ofertas de bazar, caso de los televisores o las camas plegables, como indicó Faull quien, sin embargo, anunció que en fechas próximas se volverán a poner a la venta, a tenor del éxito alcanzado.
Igualmente se han agotado las 700 entradas del aforo del teatro Kursaal para el concierto de Gisela, que actuará este próximo domingo a partir de las 19:00 horas.
Faull señaló que por cada 25 euros de compra se regalaba una entrada, hasta un máximo de cuatro por cliente.
La jornada de ayer se inició mucho antes de lo previsto, y en lugar de abrir las puertas al público a las 10:00 horas –horario habitual– la Dirección de la cadena acordó que fuera casi tres cuartos de hora antes debido a la gran afluencia de personas que a esas horas ya esperaban la apertura del local.
En esos primeros instantes la avalancha fue total y fue necesario ir controlando la entrada para que al menos la gente pudiera circular por los pasillos y así adquirir los productos deseados.
Sin duda alguna el pasillo de las ofertas de bazar fue el más visitado, y prácticamente era imposible que circularan por él ni los clientes ni los empleados que intentaban reponer las estanterías.
Fuera del establecimiento, la afluencia de gente no era mucho menor. Las 106 plazas de aparcamiento se quedaron pequeñas y fue necesario, al menos en el aparcamiento de superficie habilitar algunas plazas más –las que dejaba el espacio existente– para dar cabida a algún vehículo más. Pero además, los alrededores del supermercado se convirtieron en zonas de aparcamiento improvisadas.
Como consecuencia del tránsito de vehículos se produjeron atascos tanto en la carretera de Farhana como en la carretera de la Purísima –el primero por ser la salida habitual del supermercado y el segundo por ser una de las entradas– en algunos franjas horarias hasta de casi media hora de retención.
Sin embargo, pese a todos los inconvenientes, muchos de los clientes, al menos los más madrugadores, salían contentos, pues habían logrado comprar el producto deseado. No era raro ver carritos repletos de varias de estas ofertas, como por ejemplo televisores o camas plegables, que algunos se llevaban hasta de seis en seis.
Pero aunque la mayoría de estos clientes acudieron llamados por las ofertas, otros muchos lo hacían por conocimiento de esa buena relación calidad-precio en sus productos que, como dijeron, habían comprobado bien en algunas localidades de la península e incluso en Alemania, de donde es la cadena y también muchos de los compradores de ayer.