Desde el pasado lunes Melilla, junto a otras comunidades del país, entró en la fase 2 de la desescalada, lo que supone menos restricciones en la movilidad y en la apertura de comercios, restaurantes y lugares de culto.
Antes de empezar a hablar de las restricciones que se han eliminado, hay que recordar que las mascarillas se han hecho obligatorias, exceptuando casos en los que no se pueda, como cuando se sale a hacer deporte.
También sigue prohibida la movilidad interprovincial, entre las ilas y entre regiones sanitarias, si estas han sido delimitadas.
Por lo tanto, aquellos melillenses que querían viajar a la península, deberán de esperar dado que durante la segunda fase, que dura hasta el 8 de junio, las conexiones aéreas y marítimas no serán reabiertas. Solo las personas que tengan justificación médica pueden hacerlo.
Por el otro lado, las franjas de horarios han sido eliminadas, excepto para las personas mayores, que podrán salir de 10:00 a 12:00 horas de la mañana y de 19:00 a 20:00 horas de la tarde. Desde el Ministerio de Sanidad indicaron que las comunidades y ciudades autónomas pueden adaptar estos horarios según el calor que haga en cada zona.
Las reuniones de personas pasa de estar limitado de 10 personas a 15, por lo que más personas pueden quedar para verse.
Los lugares de culto, tan importantes en Melilla, también pueden reabrir sus puertas, pero eso sí, con un aforo limitado de hasta el 50%. Estos dos días ya se podían ver algunos templos abiertos, como la iglesia de Sagrado Corazón, en el centro de la ciudad.
Además, todos los comercios pueden reanudar su actividad sin límite por su tamaño, como ocurría hasta ahora. Muchos melillenses se encontraron a principios de semana numerosas tiendas abiertas que hasta ahora estaban cerradas. El centro comercial se suma a esto, aunque hay que garantizar la distancia entre los clientes y la higiene del lugar.
Los hosteleros también han abierto el interior de sus establecimientos, aunque no la barra, y muchos aprovecharon el cierre para reformarlos.
Para los amantes de la cultura, los museos abrieron ayer y según al que se vaya, hay un límite máximo de personas y hay un recorrido delimitado a seguir.
Los exámenes de la autoescuela se irán poniendo en marcha durante este semana.
Nuria regenta una tienda del centro del Melilla, Dynos, y explica que han puesto unas maparas en los mostradores, un gel en la entrada para que los clientes se laven las manos al entrar y solo son los dependientes los que tocan los objetos. Además, desinfectan el local continuamente y llevan mascarillas en todo momento. Estas son algunas de las medias que han tomado los comercios del centro para adaptarse a la nueva realidad impuesta por el coronavirus.
Aún así, Nuria expresó que la situación ya era complicada antes de que se decretase el confinamiento, pues faltaban más personas comprado en su ciudad, por lo que ahora anima a los melillenses a acudir a estos. Cree que tomando las precauciones sanitarias necesarias, no hay por qué preocuparse.
Rocío está de acuerdo. Ella trabaja en el Centro Hijos de Melilla y la asociación ha aprovechado el cierre por el estado de alarma para reformar el local. Durante la fase 1 no abrieron porque en el lugar donde se encuentran no podían poner terraza.
Rocío contó que han reducido el número de mesas que tenían y que las desinfectan cuando los clientes se van, al igual que otras zonas del bar. Relató que las personas que entran entienden y respetan las medidas de higiene, pero al igual que lo que expresó Nuria, observa como la ciudadanía acude al lugar con timidez, por lo que espera que poco a poco vaya aumentando el número de melillenses que se animen a entrar. “No hay que tener miedo, porque respetando las medidas de seguridad y siendo consecuentes con la situación, hay que salir, disfrutar y despejarse de todo el tiempo que hemos estado encerrados”, expresó.
En la cafetería Brisamar contaron que cuando reabrieron, las autoridades locales les explicaron que la Ciudad no cobrarían el impuesto de la terraza hasta diciembre. Muy cerca, en la Selecta también mostraron su preocupación por la falta de afluencia. Esperan que con el paso de los días, más personas acudan a tomarse algo. Los sectores comerciales no son los únicos que inician el camino hacia la llamada “nueva normalidad”. La Policía Nacional ha informado de que han actualizado el Plan de Actuación frente a la COVID-19 para volver poco a poco a la rutina.
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