Los vecinos del barrio El Real, concretamente los que viven en las avenidas Infantas Elena y Cristina, vienen quejándose desde hace algunos años porque se ven obligados a compartir una acera de apenas dos losas con unas farolas que representan un peligro para las personas mayores y que obligan a los cochecitos de bebé a transitar por la carretera entre motos y automóviles. La solución es tan sencilla como evidente: Las farolas deberían estar instaladas en las fachadas de los edificios en lugar de a ras de suelo.