El faro de la Ciudad Autónoma de Melilla, situado en la Ciudad Vieja, cumplió sus primeros 100 años de historia. Los miembros del gobierno local, acudieron a la inauguración de una exposición con varias curiosidades de la torre.
La muestra está disponible al público a partir de hoy, hasta el 22 de este mismo mes en horario de mañana (de 11:00 a 13:45 horas, partido en tres turnos de 45 minutos) y de tarde (de 18:00 a 20:45 horas con un reparto de tres sesiones). Los grupos deben llegar a un máximo de 10 personas.
En esta breve inauguración, una guía explicó brevemente la historia de la torre del faro, donde se encuentra la sede de la Fundación Melilla Monumental.
La visita continuó en la terraza donde se pudo apreciar mejor el faro y las vistas del puerto y de la Ciudad Vieja.
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, recordó la importancia arquitectónica de la torre alegando las obras de rehabilitación que se realizaron hace 11 años: “Esto fue una obra importante de arquitectura. En 2007, inauguramos este nuevo edificio y se lo dedicamos a la Fundación Melilla Monumental”.
Antiguamente, el farero trabajaba en este edificio pero son las máquinas las que ahora se encargan de que el faro funcione.
Los antecedentes históricos de la torre se remontan al siglo XVI, concretamente en 1515, cuando empezaron a levantar las murallas del fuerte de la Ciudadela. Entre estas, se construyó una torre de forma circular.
Con el paso de los años, se solicitó un faro para que hubiese una navegación más segura.
En el siglo XIX, el ingeniero jefe de la provincia de Cádiz, se redactó el Proyecto de creación de cuatro faros en la costa del norte de África, pero necesitaron modificaciones. Finalmente, el trabajo definitivo lo llevó a cabo el ingeniero José Enrique Rosende.
A principios del siglo XX se estableció al faro de Melilla una “luz blanca con ocultaciones de dos”. El tráfico marítimo era cada vez mayor y la luz de la torre vigía no era suficiente.
En 1916 se enviaron a la Jefatura de Málaga los planos de un nuevo aparato y una linterna para la torre. El ingeniero Manuel Delgado Delgado fue el encargado del proyecto con una financiación inicial de 76.376,83 pesetas.
Las obras comenzaron el 28 de junio de 1917 con la demolición del antiguo faro. A principios de 1918 comenzó la instalación del aparato y su óptica.
El faro de la Ciudad Autónoma fue inaugurado el 21 de julio de 1918. La lámpara era de 500 bujías de luz blanca, visible a 25 millas. El farero Pedro López fue quien puso en funcionamiento el nuevo faro.
Una curiosidad sobre la torre, es que su óptica pertenece a la empresa fabricante de vidrio británica Chance-Brothers, misma compañía que produjo el vidrio de las esferas del Big Ben en Londres.
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