FAMPA corrobora la segregación educativa que existe en Melilla

La Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) de Melilla se declara totalmente a favor de las declaraciones establecidas por Save the Children. Su presidente, Joan Casares, asegura que lo más importante es que todos los niños tengan las mismas oportunidades educativas y que se trabaje para conseguirlo.

Casares asegura que la asociación siempre ha defendido que uno de los grandes problemas que se tiene en Melilla es que algunos centros escolares, debido al barrio en el que se encuentran, tienen mucha gente humilde y se dan “muy pocas oportunidades educativas”.

Al respecto, explica que esto se produce porque el entorno es muy importante para el desarrollo académico, a pesar de que haya muy buenos profesionales trabajando en el centro. 

Los colegios Juan Caro Romero, Mediterráneo y León Solá se encuentran en zonas un poco más periféricas y, por tanto, se dan esas circunstancias de segregación que se han generado de manera involuntaria porque, a la hora de acceder a un centro educativo, la proximidad a él siempre es lo que prima.

“A veces pensamos que el Ministerio de Educación cuando legisla no entiende que Melilla es una ciudad fronteriza”, asegura el presidente de la asociación. 

Y es que, tal y como afirma Casares, en la ciudad autónoma se produce de manera constante la entrada de menores y de personas que viven al otro lado de la frontera que lo único que buscan es una situación favorable. Cuando estas personas consiguen cruzar a España, entran en estos centros, que es donde existe una mayor segregación en la ciudad. “Melilla cuenta con los mismos problemas que tiene cualquier ciudad fronteriza”, apunta. “Hay que tener prevista esta situación y tener los medios oportunos”.

Ante este escenario, el presidente de la asociación asegura que muchos padres “luchan” por llevar a sus hijos a los mejores colegios de la ciudad. 

Igualmente, FAMPA se posiciona completamente de acuerdo con las afirmaciones de Save the Children y trabajará para evitar que sean los propios centros educativos quienes puedan decidir algún punto en el baremo de admisión porque eso lo único que hará será “endurecer más todavía el tema”. 

Asimismo, comenta que en la federación ya se viene comentando la situación desde hace bastante tiempo porque se produce una desigualdad y que hay personas que cuentan con más contactos y mayor poder adquisitivo que pueden ir al colegio que ellos quieran. Otros, sin embargo, no tienen la misma facilidad.

Casares explica que en la ciudad hay tres colegios concertados muy buenos, además del Colegio Público Pintor de Morillas que es bilingüe y donde se acumula siempre una gran cantidad de solicitudes porque todos quieren tener esa posibilidad de éxito académico.

La FAMPA, aunque no lo puede constatar, sí que se hace eco de determinados casos en los que los niños que se encuentran en las zonas con más segregación, pueden llegar a pasar educación primaria y luego a la E.S.O. sin saber leer correctamente el español. “Esas situaciones no se están dando en los colegios concertados o en los mejores centros de la ciudad, sino en los de educación más humilde y barrios periféricos”.

En ese sentido, el presidente de la asociación melillense asegura que si actualmente la baremación ya es complicada de por sí, con este tipo de medidas lo único que se consigue es empeorar las cosas y contribuir a la segregación. 

La Ley de Educación pretende ofrecer las mismas oportunidades educativas a todos los niños, pero, sin embargo, con esta aplicación lo único que consigue es todo lo contrario. Por este motivo, Casares asegura que desde la dirección de CEAPA se va a trabajar para que se supriman los puntos de ese borrador e incluso se intentará “darle la vuelta a esa situación” para conseguir un sistema de baremación lo más justo y equitativo posible para todos.