Lo entienden por qué se autoriza la salida a la península de mujeres y niños sin el cabeza de familia.
Los sirios son de armas tomar. Ayer, por segundo día consecutivo, otra treintena de ciudadanos procedentes de Siria volvió a protestar en la Plaza de España, frente al edificio de la Asamblea. Según adelantaron a El Faro, volverán a hacerlo cada mañana hasta que les devuelvan a sus hijos.
La de ayer no era una manifestación improvisada, sino una concentración en toda regla, con pancartas y camisetas reclamando la devolución de los niños que, aun teniendo su familia en Melilla, están tutelados por la Ciudad Autónoma a la espera de que lleguen los resultados de la prueba de paternidad que les han practicado para demostrar que de verdad son hijos de quienes dicen ser sus padres.
A diferencia de la protesta del pasado miércoles, ayer se sumaron a la concentración mujeres con bebés, descontentas porque tienen autorización para abandonar Melilla sin el cabeza de familia o, incluso, sin algún hijo.
Desde la Delegación del Gobierno aseguran que esto sólo ha ocurrido en un caso puntual. Ayer volvieron a explicar a El Faro que esto se debió a que el cabeza de familia no tramitó su documentación a tiempo junto al resto de la familia.
Este punto lo niegan los núcleos familiares consultados ayer por este periódico. “Hemos ido todos juntos a la Policía, pero le han dado permiso de salida de Melilla sólo a las mujeres y a los niños. Aquí llegamos juntos y queremos seguir juntos”, apuntan.
Agradecidos a España
La pancarta que exhibió ayer el colectivo de sirios en la Plaza de España deja patente el agradecimiento que sienten hacia nuestro país por haberles acogido.
Sin embargo, solicitan la reagrupación con los hijos que permanecen separados de las familias en centros de acogida.
Fuentes de ONGs de Melilla consultadas por El Faro aseguran que lo que está ocurriendo con los sirios es una práctica habitual con los inmigrantes subsaharianos. Según explicaron a este periódico, ese problema no trasciende porque este colectivo es mucho más pasivo y no acostumbra a reclamar sus derechos como sí hacen los sirios que llegan a Melilla.
De hecho, estas mismas fuentes aseguraron a este periódico que en el CETI hay una joven subsahariana que lleva más de dos años a la espera de que la dejen salir de Melilla con su sobrina. Aunque le han dado permiso para abandonar la ciudad, la mujer se ha negado porque no quiere dejar la niña detrás. Nadie escucha su reclamo.
La Delegación les da a escoger entre partir o esperar
La Delegación del Gobierno ha ofrecido a las familias sirias que reciben el permiso para abandonar Melilla de manera fraccionada la oportunidad de marchar a la península unos delante y otros detrás o a esperar en la ciudad hasta que todo el núcleo familiar consiga el permiso para ser trasladado al completo a un centro de acogida. La decisión depende de ellos. La mayoría, según ha podido saber El Faro, opta por que las mujeres y niños que consiguen los permisos finalmente viajen primero. “Hay madres con niños esperando en Málaga a que llegue el cabeza de familia para continuar viaje hacia otros países de Europa”, aseguraron a este periódico desde ONGs de la ciudad.
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