Son las cuatro y media de la tarde y una mujer sale llorando del CETI cargada con una maleta y su hijo detrás de ella. Son en total 14 personas a las que han expulsado del CETI y casi todos son familias de Marruecos con niños. La más pequeña es una bebé de dos meses que nació en el CETI y que esta noche, lo más probable es que la pase en la calle. Su hermana de dos años, su madre y su padre la acompañan y es por las manifestaciones en Nador a favor del Rif que este tuvo que huir de Marruecos junto a su familia. Según explicaron, por la mañana les pidieron que acudiesen a la Asamblea, donde les mostraron los papeles de su expulsión y les explicaron que si no lo firmaban, la Policía vendría a buscarles. Según contaron testigos, una de las mujeres se negó a firmarlo y la han detenido y los que firmaron se encuentran en este momento en las inmediaciones del CETI sin saber qué va a ser de ellos. Una de las mujeres contó que estaba divorciada y que se vino a Melilla porque sufrió el rechazo de su familia e iban a entregar a su hijo a su marido, perdiendo ella todos los derechos sobre él. Protestan porque han sido informados y expulsados en el mismo día y que “no pueden volver” a Marruecos. El padre de la bebé enseña sus fotos en las manifestaciones de Hirak del Rif y su tarjeta de prensa; si vuelve, asegura que lo meterán en la cárcel. Además, les han informado que hasta el próximo martes no les entregarán los pasaportes y los abogados están de vacaciones, por lo que se encuentran en una total incertidumbre y preocupados por los más pequeños, que pasarán la noche en plena calle. Y aseguran que aún van a expulsar a más.
Papeles
En en documento que fueron obligados a firmar, se indica que al haber sido rechazada la solicitud de asilo, estos “han perdido la condición de persona beneficiaria de los programas de la Dirección General de Integración y Atención Humanitaria” y que “esta finalización de estancia se extenderá, en caso de hacerse extensible la misma situación, a los miembros de su unidad familiar”, es por ello que muchos de los expulsados se encontraban en con sus hijos en la calle, que algunos de ellos habían nacido en Melilla.
Estos reclaman porque aseguraron que ellos “no han hecho nada malo” y que “dónde está el derecho español”. El activista rifeño había recurrido la sentencia que le denegaba el asilo y se había buscado un trabajo para poder quedarse en Melilla. “Yo no soy marroquí, soy rifeño y no quiero volver allí”, aseguró a El Faro.
En el 2019, España batió récords de solicitudes de asilo, según la La Oficina de Asilo y Refugio (OAR) del Ministerio del Interior, que resolvió un total de 62.641 solicitudes de protección internacional; a 3.155 se les ha concedido protección internacional y a 39.803 una autorización de estancia o residencia en España por razones humanitarias.
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