A las 12:00 horas aproximadamente comenzaron a llegar en caravana al centro un total de diez vehículos, entre los que predominaban los Mercedes y los Volkswagen, ante la curiosa mirada de los residentes del centro, que no dudaron en animarse a observar los coches de cerca.
No obstante,el tiempo no acompañó, como apuntó el director de la Residencia, José Miguel Morales, quien señaló que muchos de los residentes no pudieron salir al patio a disfrutar de esta singular exposición de coches por el viento, el frío y la amenaza de lluvia que pesó sobre Melilla ayer durante todo el día.
Sin embargo, nada está perdido, pues anunció que esta iniciativa volverá a repetirse dentro de unas semanas, cuando los miembros de la Escudería Melilla vuelvan a estar disponibles. Además, recalcó que se trata de una idea surgida de este grupo de amigos del motor, la cual han acogido en la Residencia “con mucho cariño”, pues la visión de los coches antiguos suscitó recuerdos pasados en varios de los mayores.
Fue el caso de Luis, un residente temporal que se está recuperando de una mala caída en las instalaciones del Imserso y que bajó ayer al patio para admirar los coches. Al acercarse a un Mercedes 200 de los años 60, la emoción lo embargó. “¡Este coche era mío!”, exclamó sorprendido al verlo. Su actual propietario, Fernando Cuesta, se mostró igual de alegre por la feliz coincidencia, y explicó que adquirió el vehículo en el año 1992 y que entre otros arreglos decidió cambiar su color crema original por el rojo. “Lo ocurrido me ha resultado muy entrañable”, afirmó.
En palabras del presidente de Escudería Melilla, Ramón Bugallo, la idea de ayer era un mero servicio a la ciudadanía, en concreto a los habitantes de mayor edad, para darles a conocer algunas de la mejores piezas que guardan en el garaje y que pudieran recordar viejos tiempos.
Asimismo, explicó que es algo que suele hacerse mucho en la península, de donde sacaron la idea para ponerla en práctica en la ciudad autónoma. La experiencia, “muy positiva”, aunque también lamentó que el tiempo no acompañara ayer tanto como se deseaba.
Al margen de la pequeña exposición de ayer, comentó algunas de las piezas que tiene en su colección particular, entre las que destacó un Mercedes Adenauer de la II Guerra Mundial, en concreto el que utilizaba un general de la zona francesa del Berlín ocupado.
“La compraventa de este tipo de vehículos se ha visto trastocada por la crisis”, explicó. “Suelen ser de lo primero que se desprenden sus dueños si hay que apretarse el cinturón, por lo que es una buena época para adquirir nuevas piezas si se tiene dinero”.
Así pues, mañana feliz en la Residencia del Imserso pese a la amenaza de lluvia. Además de coches, no faltó un poco de música para que los residentes se animaran. Como señaló Morales, la próxima vez, cuando el tiempo sea más soleado, la actividad se complementará con un aperitivo para los mayores.
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