La conferencia ‘Morir en el Mar, hundimiento del dragaminas Guadalete’ tuvo lugar ayer en el Real Club Marítimo de Melilla con el objetivo de aportar un poco de luz a las causas del naufragio que sufrió este buque hace más de 60 años. El fuerte temporal y el mal estado del barco serían los principales desencadenantes del siniestro.
La presentación estuvo a cargo del comandante naval de Melilla, capitán de navío Antonio Bergoñós, mientras que la ponencia fue impartida por el comandante de Infantería en la Reserva, Ignacio Mollá, quien también quiso dedicar esta conferencia a las familias de los “heroicos marines” que perdieron la vida en ese “trágico accidente”.
El naufragio
Mollá se remontó al 25 de marzo del año 1954, cuando el dragaminas Guadalete partió del puerto de Ceuta para cruzar las aguas del Estrecho y alcanzar Melilla con el objetivo de acabar su viaje en las islas Chafarinas. Sin embargo, el buque nunca llegó a su destino.
El comandante de Infantería explicó que “un temporal de levante muy, muy cruel” azotó el barco hasta hundirlo cuando se encontraba a 19 millas (50 kilómetros) de la costa de Ceuta. De acuerdo a Mollá, el fuerte temporal sumado a las deficiencias que presentaba el barco en su construcción, y el hecho de ser un buque antiguo, fueron los desencadenantes de una tragedia que costó la vida a 35 de los 78 marines que navegaban en él.
Según el comandante, también hay que tener en cuenta que el barco utilizaba el carbón como combustible y que la calidad de éste “era muy baja, sobre todo los años posteriores a la Guerra Civil”. Así, el carbón se mojó y no tenía suficiente fuerza para mantener el buque estable y a flote, por lo que “no pudo volver al puerto de Ceuta a tiempo”.
La investigación
“Muy poco se sabe de este naufragio”, comentó Mollá, quién agregó que “se pasó página rápidamente”. El comandante de Infantería también señaló que este hundimiento representa “sin lugar a dudas, la mayor tragedia de la Armada junto al submarino C4 en tiempos de paz”.
Desde hace tres años Mollá realiza esta conferencia en distintas partes del país para dar a conocer este caso, el cual considera que “prácticamente se desconoce a pesar de la magnitud de la catástrofe”. Estos encuentros se han convertido en una especie de “pequeño homenaje” a las víctimas, pero también a los familiares, que hasta el año 2014 no recibieron el primer reconocimiento en Ceuta.
El comandante aseguró que en estos últimos tres años, tanto la Armada como las autoridades navales pertinentes han reconocido en numerosas ocasiones el valor de quienes murieron en este accidente, así como el de los supervivientes, y han mostrado su apoyo a sus familias.
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