Expertos en brillantes y relojes desde hace más de medio siglo

Joyas Victoria es una de las empresas  más conocidas de la ciudad y también en la península gracias a su seña de identidad: la formalidad

Una pequeña tienda en la calle Sidi Abdelkader fue el comienzo de Joyas Victoria. En 1958 era un negocio seguro. Por aquellos años la economía española mejoraba y comprar joyas era una forma de contentar a la esposa y de invertir el dinero. Han pasado casi seis décadas y han cambiado las modas y los clientes, pero no la forma de trabajar de esta casa. Son expertos en brillantes y los únicos que tienen un taller propio de relojería, donde también se arreglan anillos, pulseras, collares.. .
Pero sin duda son conocidos por su formalidad, su compromiso y su pasión por tener los mejores artículos para ofrecer al cliente piezas exclusivas o aquellas que se adapten a su bolsillo.
Juan e Ignacio han continuado con el negocio de su padre. Éste les envió a estudiar a la península, pero no dio resultado. Teniendo en casa un negocio que iba bien, dejaron sus carreras y regresaron a su tierra natal para hacerse con las riendas de una de las empresas con más peso en Melilla.
Fueron los encargados de hacer la Llave de Oro de la Ciudad, un objeto que se le entregó al Rey Juan Carlos cuando estuvo de visita en Melilla hace unos años.
Sin embargo, este negocio no es un camino de brillantes y oro. Han tenido y tienen que trabajar mucho para sacar adelante la empresa. La crisis tocó a su puerta hace años y tuvieron que dar un giro para ir al compás de los nuevos tiempos en los que los cinturones impedían a los melillenses sacar la cartera con más alegría.

Cruzar el mar o la frontera
Juan e Ignacio recuerdan a El Faro aquellos años en los que venían a Joyas Victoria personas de la península porque era más barato comprar en nuestra ciudad piezas exclusivas y de gran calidad. También cruzaban la frontera marroquíes que poseían grandes fortunas y que apostaban por adquirir en Melilla todo tipo de joyas y brillantes. Sin embargo, esa época quedó muy atrás.
Los ciudadanos marroquíes que antes viajaban a la ciudad no quieren hacer colas de horas en Beni Enzar y los peninsulares no quieren dejarse un dineral en los transportes a Melilla.
Otra de las piedras, y no tiene nada de preciosa, con las que les ha tocado tropezarse son los trámites burocráticos para traer las joyas a la ciudad. Hay que pagar aforos y es mucho dinero el que debe poner la empresa para hacer esos transportes.

Los artículos
No obstante, a pesar de los obstáculos que surgieron en los últimos años, Joyas Victoria se ha mantenido viva y en forma gracias a los esfuerzos de sus dueños.
Juan e Ignacio han ido modelando sus tiendas según los deseos de los clientes. Junto a las marcas que definen Joyas Victoria, como los relojes Omega y Tag Heuer, hay otras más asequibles (Lotus, Festina o Viceroy).
La alta bisutería y las casas de joyas que están de moda también tiene su hueco en esta casa. Salvatore, Rebecca y Swarovski son marcas que forman parte de los escaparates de esta joyería, que cuenta con dos tiendas, una en la Avenida Juan Carlos I y otra en la calle Sidi Abdelkader.

La tradición
También han mantenido otra tradición. Los dos hermanos son expertos en brillantes. Los mejores de la ciudad los tienen ellos. Es más, en alguna ocasión les han pedido que tasen o valoren una joya con un diamante porque más allá de trabajar con este artículo y conocer sus características, son profesionales sinceros.

Una cadena de oro rosa con colgante, para San Valentín

Los hermanos Juan e Ignacio de Joyas Victoria afirma que los melillenses no son muy dados a celebrar San Valentín. Explican que los jóvenes que llevan poco tiempo con sus parejas son los que más se animan a celebrar el 14 de febrero. Y nada mejor que un brillante para recuperar el romanticismo en una pareja. Aunque si los bolsillos están algo tocados aún de la cuesta de enero, estos dos expertos aconsejan una cadena de oro rosa con pequeño colgante. Es la joya que más se está vendiendo en estas fechas porque se ha puesto de moda. Son cadenas finitas y muy pegadas al cuello. Para los chicos, un reloj es perfecto. Hay muchas marcas para elegir y siempre tendrán la ayuda de expertos en esta joyería.