Jesús-García-Luengos, cofundador del Centro de Investigación sobre Seguridad y Gobernanza Transnacional, considera que a nuestro país le conviene un aliado contra el terrorismo, la inmigración ilegal y la crisis económica.
Las “excelentes” y “omnicomprensivas” relaciones que, según el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, mantiene España actualmente con Marruecos son para expertos en relaciones internacionales “cíclicas” y “con altibajos recurrentes”. Además, afirman que si ahora son “dulces” es porque España se esfuerza en ello. Es lo que piensa Jesús García-Luengos, cofundador del Centro de Investigación sobre Seguridad y Gobernanza Transnacional, un órgano de reflexión con el que cuenta la Casa Árabe de Madrid, que depende del Ministerio de Exteriores.
Para García-Luengos existen buenas relaciones entre Madrid y Rabat porque a España le interesa que así sea. “El motivo más obvio de que actualmente existan buenas relaciones entre ambos países es que a España le interesa más que nunca un Marruecos próspero y estable que permita incrementar los flujos económicos en un contexto de crisis muy aguda en nuestro país”.
Consultado por El Faro, García-Luengos destacó que “la teoría tradicional de los gobiernos españoles consiste en pensar que los lazos económicos (comerciales, de inversión directa empresarial) bastan para amortiguar las tensiones cíclicas con Marruecos”.
Este punto, en su opinión, “es sólo una parte de la estrategia que España y Marruecos deberían desarrollar” a largo plazo.
Las excelentes relaciones actuales, insiste el investigador, están basadas en la “diplomacia económica” que sustenta actualmente la política exterior española.
Beneficios a ambos lados
García-Luengos entiende que la alianza actual entre Madrid y Rabat beneficia, y mucho, a ambos países. “El calado de la crisis hace que sea determinante que las empresas españolas incrementen sus exportaciones y consigan contratos en el exterior. Para España es además clave tener a Marruecos como aliado en cuestiones de seguridad vinculada, sobre todo, al terrorismo yihadista, además del control de los flujos migratorios”.
Por su parte, añade el investigador, “a Marruecos le interesa igualmente más que nunca mantener buenas relaciones con España también por motivos obvios: Varios cientos de miles de marroquíes viven en España y el régimen marroquí necesita aliados como España, tanto en la cuestión del Sahara como en la Unión Europea, donde nuestro país ha sido el primer valedor de Marruecos para la concesión por la UE del Estatuto Avanzado (que intensifica relaciones diplomáticas y económicas de la UE con Marruecos)”, recalca.
Pero las relaciones hispano-marroquíes van más allá de lo económico, aunque sean estos motivos los que manden. “A España le interesa enormemente una sociedad marroquí fuerte, sana y con capacidad de propuesta e incidencia” en su país, subraya el experto..
Melilla y Ceuta, en la mira
García-Luengos recuerda que detrás de la buena vecindad sigue la reivindicación sobre Melilla y Ceuta, “que siempre estará presente en la agenda de Marruecos en menor o mayor medida”. No obstante, el investigador cree que “es difícil pensar, aunque sea a largo plazo, que ambas ciudades podrían incorporarse bajo soberanía marroquí”.
Si bien es cierto que hoy por hoy las relaciones hispano-marroquíes atraviesan “una buena fase” el investigador advierte de que “no hay que perder de vista que existen muchos frentes y contenciosos potenciales, al igual que muchos ámbitos de interés común, que son los que deberían primar, como sucede ahora, de forma continuada”, señaló en declaraciones a El Faro.
Propagación de ideas fundamentalistas
Hay quien opina que la popularización del velo integral y las chilabas entre los musulmanes de Melilla comenzó a notarse en la ciudad a partir de la caída de las torres gemelas el 11-S. El investigador en relaciones internacionales Jesús García-Luengos no certifica esta afirmación. A preguntas de El Faro sobre los motivos que provocan una mayor radicalización de la vestimenta en la ciudad frente a un Beni Enzar o un Nador cada vez más occidentales, el experto “intuye” que las causas “son históricas y sociales, de comunidades que se han ido instalando y desarrollando en la ciudad de Melilla y de la propagación de las correspondientes ideas fundamentalistas”.
Asimismo reconoce que en las grandes ciudades de Marruecos se observa “ya desde hace años un componente social salafista en alza, aunque todavía muy minoritario”, explicó a El Faro.
En cuanto a la incidencia de la Primavera Árabe en la población marroquí, García-Luengos aclara que “pese a que existen cambios significativos, por el momento sólo formales en la Carta Magna, la arquitectura del poder en Marruecos lamentablemente no se ha visto alterada. El rey sigue concentrando en su figura las prerrogativas soberanas y, junto con sus consejeros, siguen controlando las grandes decisiones estratégicas de Marruecos”, añadió.
Por otro lado, destaca que siguen pendientes “las grandes cuestiones para el futuro democrático de Marruecos, como el proyecto de regionalización, la lucha contra la impunidad y la corrupción o la separación efectiva de poderes”.
Sale de prisión un marroquí encarcelado en Marruecos por convertirse al cristianismo
Aunque Marruecos avanza en la adecuación de su legislación a la de la Unión Europea, su normativa aún mantiene leyes estridentes para Occidente. Ahí está el caso del joven marroquí Mohamed al Biladi, condenado a principios de mes a dos años y medio de cárcel por convertirse al cristianismo. Al Biladi acaba de ser puesto en libertad provisional, antes de ser juzgado en apelación en Fez el 10 de octubre.
Según explicó Larbi Serghini, representante de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) en la región de Rhafsai, de donde es originario Al Biladi, su puesta en libertad puede deberse al escándalo originado internacionalmente al conocerse su condena a 30 meses de cárcel.
Vendedor ambulante, Al Biladi fue condenado por “convertirse a la religión cristiana y quebrantar la fe de un musulmán”. La sentencia recoge que quedó probado no sólo que se había convertido, sino que había tratado de convencer a un menor para que lo siguiera.
Serghini denunció las condiciones en que se celebró el juicio en primera instancia el pasado 2 de septiembre: “En sólo 28 horas fue detenido, interrogado, juzgado y condenado” y ni siquiera tuvo derecho a una defensa en condiciones normales.
Asimismo subrayó que diez abogados designados por la AMDH, la asociación que con más ahínco defiende en Marruecos las libertades individuales, van a defender a Al Biladi, casi todos ellos de manera voluntaria.
El joven converso, encarcelado en la prisión provincial de Ain Aicha, ha sido objeto de maltrato por parte de otros reos por su condición de cristiano durante las semanas que ha permanecido en reclusión, aseguró Serghini, y su familia sometida a una especie de ostracismo en su propio pueblo, aunque en su opinión éstas no parecen haber sido las razones por las que su caso ahora será visto en apelación.
El proselitismo cristiano está prohibido en Marruecos, donde el islam es la religión oficial, y es castigado con penas de entre seis meses y tres años de prisión y una multa de 500 dirhams (45 euros). El Gobierno marroquí suele expulsarlos del país a los extranjeros que intentan evangelizar musulmanes.
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