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Expectativas ambiciosas

LA ONG Voluntariado Islámico de Acción Social (VIAS) no consiguió congregar ayer a los entre 5.000 y 6.000 manifestantes que pretendía reunir en la Plaza de España para protestar contra la prohibición de entrada en Melilla de borregos marroquíes a raíz de un brote de fiebre aftosa en el país vecino.
Como en todas las manifestaciones, las cifras de la Policía (entre 300 y 400 personas) se quedan a años luz de las que manejan los convocantes (3.000 asistentes). Ni eran tan pocos, ni eran tantos. Pero, todo hay que decirlo, había más personas de las que consigue reunir cualquiera de los sindicatos de Melilla por las causas más nobles que se nos antojen recordar.
Las expectativas de VIAS eran demasiado ambiciosas. La concentración se ha celebrado un sábado de agosto por la tarde y, pese a que llegamos al ‘día D’ con los ánimos bastante caldeados, la gente no ha renunciado a marcharse a pasar el fin de semana en Marruecos.
Por eso, quizás, los organizadores han optado por reeditar la protesta el próximo sábado 27, coincidiendo con el inicio de la Feria de Melilla, pero esta vez, transformada en una marcha que saldrá desde la Mezquita Central.
En la concentración de ayer hubo caras conocidas (casi todas de CpM). Mustafa Aberchán, líder de los cepemistas, confirmó a El Faro que estuvo en la Plaza de España, pero quiso quedarse en un segundo plano para no desviar la atención. Las cámaras (al menos las de este diario), lo buscaron y no dieron con él. Tampoco con el presidente de la Comisión Islámica, Driss Mohamed Amar. Si fue, también se quedó en un segundo plano.
Del seguimiento que tenga la próxima marcha del día 27 dependerá el éxito o el fracaso de la protesta contra los ‘manolos’ (borregos españoles) y a favor de los ‘sunna’ (borregos marroquíes).
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado estaban preparadas ayer para lo peor. Hasta un helicóptero de la Policía Nacional sobrevoló la concentración.
Pero finalmente los manifestantes se dispersaron en cuestión de una hora tan tranquilos como llegaron al monolito de la Constitución. Un gesto muy simbólico teniendo en cuenta que reclamaban el respeto a sus tradiciones.
Pero también denunciaban la discriminación que sufre la población musulmana de Melilla, que se ve obligada, según el manifiesto leído ayer, a defender muchos de sus derechos en los tribunales.
Tras la manifestación convocada por VIAS, Twitter se apagó. Ni una sola reacción de una parte ni de la otra. El calentón de los últimos días se congeló como el aliento en los cines tras la proyección de ‘El silencio de los corderos’.

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