La UD Melilla apenas sufrirá recortes por parte de la Ciudad Autónoma con respecto al montante de la subvención de esta temporada pero exige al club azulino que la mitad de la plantilla esté formada por jugadores melillenses.
Miguel Marín, consejero de Fomento, Juventud y Deporte, adelantó ayer en rueda de prensa algunas de las premisas sobre las que se basará la Ciudad a la hora de conceder y cuantificar las cantidades que recibirán los clubes profesionales de la ciudad, entiéndanse UD Melilla y Melilla Baloncesto.
Con respecto a la Unión Deportiva, Miguel Marín, anticipó que la Ciudad ya había recortado el montante de la subvención a la entidad azulina en comparación a lo que recibía hace dos y tres temporadas en las que el equipo profesional de fútbol percibía poco más de dos millones de euros de las arcas autonómicas; y hacía referencia a que la entidad que ahora preside Cristóbal Sánchez podría recibir entre patrocinio, acuerdos por adquisición de derechos de imagen y otros aspectos, una cantidad cercana a la subvención concedida esta temporada que ronda el millón seiscientos mil euros.
Dicho esto, el club decano de la Segunda División B debería estar más que satisfecho ya que, en principio y tal y como están las cosas, supone un alivio para los dirigentes azulinos ver confirmadas sus expectativas en cuanto a que la Ciudad sigue apostando por la UD Melilla. Sobre todo si tenemos en cuenta las penurias por las que atraviesan prácticamente la mayoría de los equipos de la categoría, salvo contadas excepciones y el nivel que ofrece, a día de hoy, la Segunda División B. Esta temporada la categoría de bronce del fútbol español ha dado prueba de ello con la retirada de la competición de varios equipos y precisamente dos de estos, militantes en el Grupo IV como el Sporting Villanueva y el Polideportivo Ejido.
Eso sí, el consejero de Fomento, Juventud y Deporte dejó muy claro que una de las premisas que exigía a la entidad con sede en la Explanada de Camellos, es que la mitad de la plantilla de la temporada 2012-2013 deberá está compuesta por jugadores de la tierra. Miguel Marín también anunció que dicha exigencia ya se la había comunicado a Cristóbal Sánchez, presidente de la UD Melilla.
Ahora toca digerir la propuesta y analizar los pro y los contras de la situación planteada y en ello habrá que profundizar más adelante pero por lo pronto la noticia debe suponer un auténtico alivio ya que la percepción generalizada y prácticamente asumida entre la afición era de de que el recorte iba a ser de aúpa. No tanto como la amputación sufrida por el equipo de la ciudad hermana de Ceuta que está abocado a la desaparición si no lo remedian los dirigentes del Gobierno ceutí pero sí algo más que notable.
La propuesta del mandatario autonómico no es novedosa ya que tal exigencia se hizo también a la UD Melilla en la temporada 2003-2004 cuando la entidad azulina la presidía Francisco Benítez Muñoz y el responsable económico era Modesto Aznar. Dicha temporada fue la última de Paco Benítez como presidente azulino. También fue la última de un gran hombre que ha dedicado gran parte de su vida al mundo del fútbol y, en concreto, a la UD Melilla como es Modesto Aznar. En dicha temporada Paco Montoya, actual secretario técnico y que había cumplido su contrato como primer entrenador del Melilla, firmó como segundo entrenador para las cuatro temporadas siguientes. El entrenador que se hizo cargo de las riendas del equipo unionista y que continuó con el trabajo de temporadas anteriores que el club había realizado con la cantera fue Miguel Rivera, actual máximo responsable técnico del Écija Balompié. El malagueño no puso ningún reparo a la imposición de la Ciudad en cuanto a la constitución del plantel y no cabe la menor duda de que realizó una magnífica labor al frente del equipo azulino. El Melilla acabó la temporada en séptima posición con 59 puntos empatado con la AD Ceuta que ocupó la sexta plaza con la misma puntuación. Los de Rivera quedaron a tan solo cinco puntos del tercer y cuarto puesto que ocuparon Sevilla Atlético y CD Badajoz respectivamente; a seis puntos del subcampeón, el Pájaras Playa y a siete del campeón, el CD Lanzarote que sumó 66 puntos. La UD Melilla ganó 14 partidos; empató 17 y perdió en siete ocasiones; con un bagaje goleador de 42 goles a favor y 32 en contra.
Hay que reseñar que a pesar de ser en la temporada 2003-2004 donde la Ciudad Autónoma realizó la misma exigencia que para la próxima temporada, la plantilla de la UD Melilla ya estaba nutrida en un porcentaje muy alto, algunas temporadas rozando incluso el 50 por ciento, de jugadores de la tierra.
Con la situación en la que se encuentra el fútbol en esta categoría y con la subvención que va a recibir la UD Melilla está claro que, con una buena planificación y recortando donde hay que recortar así como acertando donde hay que acertar, cosa que no es fácil, la entidad que preside Sánchez Sampalo podría volver a confeccionar un equipo competitivo, sin las exigencias de las últimas temporadas, y aprovechar para reducir la enorme deuda que acarrea para que dentro de un tiempo, más bien cercano, el club pueda ir de nuevo a por todas en busca del tan ansiado ascenso. Para ello, el Melilla debería de dejar de ser 'El Dorado' en el que se ha convertido en las últimas temporadas, sin provecho en lo deportivo, e intentar contratar a hombres en lugar de nombres. También debería cuidarse de no pagar bronce a precio de oro y, por supuesto, intentar mantener un equilibrio razonable a la hora de valorar a los componentes de la futura plantilla. Lucena CF, Real Jáen y Balompédica Linense podrían ser algunos de los modelos a seguir.
El cuerpo técnico y, sobre todo, los dirigentes de la entidad azulina que son quienes han de marcar las directrices en cuanto a la gestión del club, deberían tomar buena nota de los errores cometidos para no volver a caer en los mismos. Deberían pensar también en el mensaje que le ha hecho llegar la Ciudad Autónoma, a la vez que valorar la opinión de una afición desencantada que quiere ver a más jugadores de la tierra defendiendo la camiseta de su equipo de fútbol. Tiempo hay para renovar a los que ya están en el equipo y pueden aportar la experiencia necesaria a la vez que más protagonismo y, por supuesto, habría que dejarse de excusas timoratas y recuperar a jugadores de casa que en estos momentos están defendiendo otras camisetas y además en categoría superior como es el caso del melillense Aloisio cuyo caso no termina de entender la afición azulina ya que parece que no valía para jugar en Segunda División B y lo está haciendo a las mil maravillas en Segunda División A con el Alcoyano. ' De sabios es rectificar', reza el refrán.