No hubo apenas debate político y los momentos de tensión se limitaron al abierto desencuentro entre PP y PPL. El primer Pleno de Control de la nueva Asamblea de la Ciudad pasará a la historia como uno de los más tranquilos y calmados de los últimos años. La presidenta de la sesión, la diputada local Cristina Rivas, no tuvo apenas que llamar la atención al resto de diputados y los momentos de tensión, escasos, realmente más que producirse evidenciaron el abierto desencuentro entre PP y los ‘disidentes’ de Populares en Libertad, que a modo de coletilla no dejaron de afear al Gobierno Imbroda que hiciera en Melilla “lo contrario que el Partido Popular a nivel nacional”.
La sesión, singular por su baja intensidad en los habituales enfrentamientos personales que venían caracterizando sistemáticamente los Plenos de Control de nuestra Asamblea Local, fue sin embargo plúmbea y, como siempre, muy densa y espesa, con infinidad de temas para el debate a propuesta de los grupos de la oposición, aunque, en gran medida, sobre asuntos ya reiterados o debatidos anteriormente en el mismo marco plenario.
Debate Político
Tampoco hubo mucho debate político porque, como reconociera el propio líder de la oposición, el cepemista Mustafa Aberchán, aún no se han cumplido siquiera cien días desde que el nuevo Gobierno local tomara posesión y más que un ejercicio de control lo que, en realidad, se produjo, fue una sesión de intercambio de pareceres o exposición de asuntos que se incluyeron en los programas electorales de los distintos grupos con representación en la Asamblea.
La mayor intensidad de tono político se centró, una vez más, a instancias de CpM, en el problema de paro endémico y altos índices de pobreza que registra Melilla.
La interpelación cepemista en tal sentido –de la que damos más cumplida cuenta en la página 5 de esta misma edición- gravitó a lo largo del Pleno a instancias siempre de Coalición por Melilla y dio pie, en algún momento, a un debate cruzado con el PSOE sobre las responsabilidades del Gobierno central de Zapatero y del Gobierno local de Imbroda en los 11.000 parados que hoy en día existen en nuestra ciudad.
Detalles
Por acuerdo de la Junta de Portavoces, los grupos de la oposición sólo presentaron cada uno una interpelación y un total de 31 preguntas, 7 de PPL, otras tantas de PSOE y 17 de CpM.
El Gobierno local las contestó todas, salvo una, del PSOE, referida al número de trabajadores eventuales que por decisión judicial han pasado a ser fijos en la Ciudad Autónoma en los últimos cinco años. Un asunto que el exconsejero de Administraciones Públicas y vicepresidente primero del Gobierno local, Miguel Marín, remitió a su contestación por escrito, por su relación “con datos personales” que, alegó, no podían ser desvelados en un Pleno público. La contestación no satisfizo a los socialistas que, subrayaron, reclamaban el número y no la identidad de los trabajadores que han pasado a tener contrato indefinido en la Administración local.
Anécdotas
Entre las anécdotas, el distinto lugar que ocupaban en el Pleno de ayer quienes durante los últimos cuatro años han contado con escaño en la Asamblea. Así, entre el público, se encontraban sentados entre otros los exdiputados por el PSOE, Celia Sarompas y Amín Azmani, o el exconsejero de Hacienda y actual viceconsejero del mismo área, Guillermo Frías.
Entre el público también, jaleando sin demasiada alharaca pero con comentarios audibles por quienes nos encontrábamos alrededor, la asesora y la secretaria del grupo del PPL, que no dejaban de respaldar con frases de apoyo las intervenciones de sus diputados o de reprobar al PP cuando sus comentarios no eran favorables a las intervenciones de Populares en Libertad. Este fue el caso, por ejemplo, de la reacción contra Miguel Marín de la asesora Paz Velázquez, cuando el portavoz del Gobierno local afeó a la diputada Rosa Cuevas que pusiera en tela de juicio la validez del nuevo Túnel de Alfonso XIII. “Qué sinvergüenza” musitó la asesora del PPL al oír a Marín denostar la apreciación de Cuevas alegando que la diputada desconocía la realidad porque no circulaba por Melilla “más que para ir de su urbanización al centro y del centro a su urbanización”.
Entre el PPL y el grupo del PP la tensión se hizo presente también cuando el diputado Liarte Parres fue reprobado por el portavoz del grupo popular, Daniel Conesa, recordándole que durante ocho años ejerció como técnico de la Administración local en un cargo de confianza de los anteriores Gobiernos presididos por Imbroda. Una circunstancia que, según Conesa, le tuvo que provocar tal “conflicto interno” que es posible comprender su “dramatismo y visión catastrofista” de la gestión del Ejecutivo melillense. Liarte pidió ejercer la réplica por lo que entendió como una alusión personal pero la presidenta de la sesión se negó a concederle un nuevo turno de palabra.