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Gutiérrez Díaz de Otazu: “Estoy de acuerdo que en Melilla se quiere, se siente y se hace España”

Nadie puede negar a estas alturas que la decisión del Partido Popular de nombrar como candidato al Congreso de los Diputados al antiguo comandante general de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, supuso un verdadero revuelo en la vida política de la ciudad porque la sorpresa, que en el fondo como nos reconoce nuestro entrevistado, era lo que se buscaba.

En esta primera entrevista que concede horas antes de llegar a la ciudad, circunstancia que se producirá a lo largo del día, para participar de lleno en la actividad pública, nos cuenta como se gestó por encima de todo el ofrecimiento, como cuando se despidió de Melilla ya había tenido la oportunidad de hablar sobre este tema con el mismo presidente Imbroda, nos habla de los principales problemas de la ciudad y relata que uno de sus orgullos es la convivencia que existe y como la misma se podría perfectamente exportar a otros lugares donde ese entendimiento es difícil y existen grandes diferencias.

-¿Cuál ha sido la principal razón que le ha llevado a dar el salto a la política?

-Fundamentalmente, la oportunidad que se me ofrece de continuar sirviendo a los españoles una vez concluida la parte activa de mi carrera militar, que, como la del resto de mis compañeros, ha estado dedicada íntegramente a ese servicio sobre la base del cual se articula y gira la totalidad de nuestra actividad profesional y de nuestra existencia. Si además, la propuesta que se me plantea se hace desde la entrañable ciudad de Melilla en la que he servido seis de los últimos diez años de mi vida en servicio activo y a la que he cogido un respeto y un cariño extraordinarios, pues la negativa a aceptar tal propuesta se hace difícil para un hombre como yo.

-¿Le ha seducido siempre la actividad pública de gestión?

-No realmente, si por gestión interpretamos la burocracia y la superación de las innumerables dificultades administrativas que la gestión de lo público conlleva. Si lo que interpretamos es la implicación al máximo de mis capacidades en la resolución de los problemas y las dificultades de los ciudadanos para que nuestra nación sea más próspera en todos los órdenes, entonces estoy existencialmente seducido por esa actividad.

-¿Cómo le llegó el ofrecimiento?

-Pues paulatinamente, porque cuando me despedí de Melilla en marzo del pasado año ya intercambié alguna conversación de esa naturaleza con el presidente Imbroda, por supuesto que sin concretar nada en absoluto, pero sí considerándolo como una posibilidad que se podría dar en el futuro. Como le he dicho, yo soy un servidor público y el servicio a la sociedad, concretamente a la constituida por la nación española, ha sido y es la razón de ser de mi vida. Posteriormente, esas conversaciones iniciales han ido madurando y se han materializado finalmente en una propuesta por parte de la Dirección Nacional para asumir este reto en primera persona.

-¿Tuvo que pensárselo mucho antes de dar el sí?

-Mucho no, pero un poco sí. Tenga en cuenta que desde que finalicé el servicio activo, en mi nueva condición de Oficial General en la Reserva, fui designado como subdirector general de Planificación y Medio Ambiente en la Dirección General de Infraestructura del Ministerio de Defensa y me encontraba desarrollando esa actividad en un entorno profesional francamente gratificante y con un nivel de responsabilidad alto en la planificación de la Gestión de la Infraestructura del Departamento. No era tarea menor y tenía que provocar un cambio significativo en mi vida para acometer este nuevo reto, empezando por abandonar el agradable entorno de trabajo en el que me encontraba, rodeado por profesionales de altísimo valor personal y profesional; continuando por solicitar un cambio en mi situación profesional por el que he pasado a la situación que se denomina de Servicios Especiales y finalizando por volver a integrarme con toda plenitud en la vida de la ciudad de Melilla, integración que no he abandonado del todo pues conservo un buen número de buenísimos y entrañables amigos con los que volveré a intensificar mis relaciones, lo cual me produce, como puede suponer, una intensísima satisfacción. Sopesándolo todo y con el apoyo pleno de mi familia, empezando por mi propia mujer, Fina, pues todas las dificultades se suavizaron y los atractivos de la empresa aparecieron como muy superiores a dichas dificultades.

-¿Entiende que su nombre haya producido revuelo en el mundo político de Melilla?

-Bueno, en principio, he de decirle que, dada mi formación y mi carácter, yo tiendo a entenderlo casi todo. En lo que concierne a mi nombramiento, pues, lógicamente, dado que no soy una persona inmersa en el mundo de la política de Melilla entendiendo como tales a las personas que forman parte de los cuadros de las diferentes organizaciones políticas, pues lo lógico era que el nombramiento resultase sorprendente o, si usted prefiere, inesperado. Pero yo creo que la inyección de nuevos aires en la actividad política y la incorporación de nuevas perspectivas a la misma son positivas si de lo que estamos hablando es de lo mejor para los intereses de los españoles. Yo creo que ésta es la apuesta del Partido Popular y a ella nos hemos incorporado no sólo yo, sino muchos otros independientes en toda España, con la esperanza de dar lo mejor de nosotros para mejorar la vida de nuestros ciudadanos en el marco de este gran partido que, si por algo se ha distinguido, ha sido por anteponer los intereses de los españoles en todo momento a los de su propio partido, con un alto coste en algunas ocasiones.

-¿Qué ha supuesto para usted Melilla en su vida?

-Un descubrimiento inigualable, tanto desde el punto de vista profesional como el personal en todas sus facetas. Melilla, para empezar es una escuela de convivencia entre diferentes. Muchas partes del mundo que viven de manera conflictiva sus relaciones interculturales e interreligiosas se verían beneficiadas si pudieran importar en toda su plenitud el grado de convivencia existente en Melilla. Por otra parte, Melilla es, igualmente, una escuela de españolidad en la que coinciden de manera natural los que tienen diferentes perspectivas de lo que configura la realidad nacional española. En Melilla, la nación no es un concepto discutido ni discutible, como diría en su momento el presidente Rodríguez Zapatero. Para los melillenses, en su práctica totalidad, España es una nación respetada y respetable. También, como mencionaba para la convivencia, otras partes de España, desgraciadamente cada vez más, se verían beneficiadas en sus expectativas de progreso, si la españolidad no constituyera en su interior un objeto de debate sino una premisa de partida asumida por todos de manera natural y orgullosa. Un buen amigo me dijo hace poco que en Melilla se quiere, se siente y se hace España y yo no puedo estar más de acuerdo. En mi período de servicio activo en la ciudad, tuve la ocasión de decir que a lo largo de los años Melilla me había enamorado y hoy vengo a corroborarlo y, si los melillenses quieren, a corresponder a dicho amor con una continuación en el servicio a la ciudad, ahora desde otro ámbito bien distinto al anterior.

-¿Se implicó durante los años en que estuvo al frente de la Comandancia General?

-Pues todo lo que pude. En cierto modo, eso es lo que sucede cuando uno se enamora ¿no? Que quiere saberlo todo sobre la persona o el objeto de sus amores a fin de corresponder a lo mucho que ha recibido, procurando dar lo mejor de lo que uno, humildemente, sea capaz.

-¿Cuáles entiende que son los principales problemas que tiene ahora mismo la ciudad?

-Pues entiendo que son los inherentes a una ciudad fronteriza en un entorno específico como el de Melilla. En primer lugar, el tejido industrial es escaso, limitándose la actividad laboral de una manera muy importante al comercio y la hostelería con reducido acceso a los recursos económicos procedentes del exterior por la dificultad de comunicación con la península y la necesidad de promocionar el sector turístico para propiciar la afluencia de compatriotas nuestros que desconocen Melilla; aunque sobre esta cuestión, el plan de actuación llevado a cabo por el Gobierno Imbroda, implantando billetes baratos para no residentes, tanto en barco como en avión, facilitará que decenas de miles de personas vengan a conocer Melilla en las próximas fechas a unos precios muy económicos. Mientras la actividad laboral se ciñe a los sectores anteriormente expresados, el índice de población activa es necesariamente bajo y las cifras de paro elevadas.

En segundo lugar, la actividad comercial se ha visto y se ve comprometida por la irregularidad del control fronterizo y por la arbitrariedad con la que desde Marruecos se pretende utilizar el cierre fronterizo, en principio para beneficiar la actividad comercial del puerto de Nador, pero a la postre perjudicando la actividad comercial en el interior de Melilla.

En tercer lugar, la inmigración ilegal somete a Melilla a una presión migratoria difícilmente asimilable y con necesidad de cooperación inmediata con las autoridades nacionales desde Madrid, lo cual no siempre se produce en la medida deseada por una diferente aproximación al problema migratorio.

En cuarto lugar, la cada vez mayor presencia de menores extranjeros no acompañados, colapsando las capacidades físicas de la ciudad para acogerlos adecuadamente.

En quinto lugar, el colapso de la circunvalación en las inmediaciones del paso fronterizo de Farhana como consecuencia de la inmensa cantidad de vehículos marroquíes dedicados al cruce fronterizo con mercancía melillense que se acumulan sobre dicha circunvalación esperando al paso regulado por las autoridades marroquíes.

En sexto lugar la educación, aunque tenemos la suerte de contar con magníficos profesionales de la docencia, Melilla tiene una de las ratios alumno-profesor más altas de España, y esto dificulta la labor de los profesores, son necesarios más centros de primaria y secundaria, y la contratación de más docentes; y en séptimo y último lugar la falta de capacidad sanitaria adecuada para asumir la cada vez mayor solicitud de prestaciones sanitarias por parte de personal de la provincia de Nador que entra libremente en Melilla y una vez aquí solicita asistencia médica no rechazable. En fin, creo que son los problemas a priori que más preocupan a los melillenses y a los que hay que hacer frente por parte de todas las administraciones.

-¿Confía en que contará con escaño en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo?

-Como es natural, depende de la voluntad de los melillenses pero confío en que la propuesta del Partido Popular cuente con el beneplácito y la confianza de los melillenses como la más rigurosa y creíble.

-¿Cómo será su entendimiento con el Gobierno del presidente Imbroda y con el mismo presidente?

-Creo que con ambos será extraordinariamente fluida, ya que mantengo relaciones de confianza y lealtad con todos los consejero,s así como con el propio Presidente compartiendo diagnóstico y análisis sobre la inmensa mayoría de los problemas de la ciudad y sus potenciales soluciones.

-Muchos compañeros suyos en la reserva o retirados han decidido dar el salto a la política. ¿Por qué piensa que se ha producido esta situación?

-Bueno, habría que preguntar a cada uno de ellos, porque no creo que exista por su parte un interés concertado o corporativo, sino más bien una repuesta individual a las propuestas que a cada uno de ellos se les han formulado desde diferentes opciones políticas y ellos han decidido dar una respuesta afirmativa a dichas propuestas.

-¿Entiende que Cataluña es el principal problema que tiene ahora mismo España?

-No, ninguna región de España constituye ni puede constituir un problema para España. Si acaso, determinadas ideologías que pretenden ignorar nuestro ordenamiento legal y que ello no tenga consecuencias son lo que materializarían un potencial problema para España. En todo caso, la aplicación de la ley de manera firme y contundente, al tiempo que moderada, constituye la solución que desde el Estado de Derecho ha de aplicarse a este tipo de situaciones. Hemos de tener confianza en nuestras instituciones y en nuestra nación, con la certeza de que la perseverancia y la convicción de la legitimidad de nuestras acciones acabarán por resolver el problema y darnos una salida satisfactoria para el mejor interés de todos los españoles.

-¿Cómo piensa que serán estas dos semanas de campaña?

-Plenas de contactos con los melillenses en sus diferentes ámbitos de actividad, lo que me permitirá tener un conocimiento más detallado y profundo de sus aspiraciones y expectativas, que a su vez, orientarán mi actividad en el campo de la política si, contando con su apoyo, acabo representando sus intereses en el Parlamento nacional.

-¿Está preparado para las críticas de sus adversarios políticos?

-Por supuesto. De igual manera que no hay dos seres humanos idénticos, sino que cada uno somos únicos e irrepetibles, las opiniones de todos nosotros son diversas y todas tienen la necesidad de ser conocidas y tenidas en consideración, aunque, como es natural, no todas pueden encontrar cauce de ejecución, especialmente si son antagónicas o radicalmente opuestas. En todo caso, confío en disponer del mismo respeto hacia mis opiniones del que yo pienso atribuir a las de mis adversarios y también confío en que las críticas respetuosas hacia las opiniones de otros no se conviertan nunca en críticas personales hacia sus enunciadores.

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