“Estando al otro lado del mar hemos conseguido ser pioneros en muchas cosas”

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Abel Martínez deja la dirección del Conservatorio Profesional de Música de Melilla, hace balance en ‘El Faro’, tras 19 años al frente de esta institución educativa.

 

El Conservatorio de Música se fundó en 1986, pero no fue hasta 1989  cuando el profesor de lenguaje musical y piano Abel Martínez llegó a esta institución, por la que han pasado sólo tres directores. El primero de ellos fue Melchor Rodríguez. Tres años más tarde llegó Juana María Fernández. Y desde el 1992 hasta hace unos días, el director ha sido Abel Martínez, quien afirmó en declaraciones a ‘El Faro’ que egoístamente deseaba quedarse en este puesto y en la ciudad, pero las circunstancias personales le exigen ahora otras decisiones.
Cuando llegó al Conservatorio tan sólo había nueve profesores y fue en esa época en la que se decidió, porque no había otra opción,  ser jefe de estudios, lo que tres años más tarde le llevaría a ocupar el puesto de Dirección.
Actualmente, los alumnos melillenses de este centro educativo cuentan con 30 docentes, lo implica el gran desarrollo que en unos años ha tenido esta institución en la ciudad.

Un poco de historia

Carmen Arana y Julia Cremada fueron las que dieron los alumnos para empezar el Conservatorio. Ellas eran profesoras particulares y venían a Melilla para examinar a los alumnos, así que pusieron el material para comenzar, por lo que años más tarde se les brindó  un homenaje.
“Desde su constitución se ha hecho con un hueco en la sociedad melillense. Todo comenzó como una aventura. Hoy es impensable que no exista”, aseguró.
En este sentido, Martínez comentó que cuando llegó a Melilla la actividades musicales que se organizaban eran gracias a Amigos de la Música y a la Banda. Ahora también el Conservatorio trae a grandes concertistas a la ciudad.
Además, hay una orquesta grande que está nutrida también por el Conservatorio y recordó un detalle, y es que el público aplaudía tras cada pieza musical y ahora respetan ese tiempo y sólo aplauden cuando la pieza está terminada.

Los logros

“De estos 19 años de director me siento muy satisfecho y se han obtenido algunos logros. Estando al otro lado del mar hemos conseguido ser pioneros en muchas cosas”, apuntó Martínez.
Así, declaró que Melilla contó con el primer Conservatorio que tenía un proyecto educativo cuando no se exigía. Para ello, se realizó un seminario de trabajo y venía una inspectora de Madrid cada quince días para instruir al profesorado en esta iniciativa.
Otro de los logros obtenidos ha sido el programa de gestión de alumnos, del que Martínez fue creador. Este tipo de programa permite de forma sencilla, conectando un pendrive en los ordenadores, apuntar las faltas de los alumnos, escribir en sus fichas, realizar anotaciones y escribir las evaluaciones, entre otras acciones y a un precio muy bajo.
En cuanto al sistema de matriculación, el Conservatorio de Melilla es el único en toda España en que este proceso puede realizarse de forma completa a través de Internet. En este sentido, el ex director de esta institución explicó que hay dos procedimientos, el primero es la matriculación y tras dos días, si está conforme el alumno, se le envía la matrícula con la fotografía y el número de cuenta para que se realice el ingreso, y el segundo es igual sólo que permite el pago a través de Internet sin tener que acudir a el banco.

Fuera de Melilla

El viaje a Japón en 2006 fue un orgullo, no sólo para el Conservatorio, sino para toda la ciudad. Se trata de un festival que se celebra cada tres años y en el que los anfitriones deciden a través de las grabaciones que envían cientos de Conservatorios, cuál de ellos tocará en representación de cada uno de los países. Martínez destacó que de esta experiencia, que recuerda con orgullo, no sólo se queda con el hecho de tocar en Japón sino de que fueran los alumnos de  Melilla quienes representaran a toda España con una excelente actuación. Para elegir a los participantes, un jurado nipón tiene en cuenta la calidad de la interpretación y la juventud de componentes de la orquesta, tal y como aseguró Martínez.

Lo más difícil

Ser director de un Conservatorio tiene sus ventajas e inconvenientes. Uno de ellos es que nadie quiere ocupar este puesto por la responsabilidad que exige, a pesar de que sea un cargo respetado de puertas para fuera.
Una de las cuestiones por la que más se tuvo que luchar fue la sucedida en el curso 1994-1995, porque el Ministerio de Educación no quería nombrar al Conservatorio como profesional y tan sólo quería dejarlo como un centro elemental.
¿Por qué iniciar esta batalla? “En orden práctico no había tanta diferencia, pues solicitando determinados permisos se podían impartir clases con titulación profesional, pero con el cambio de la Logse el Conservatorio se reducía casi al fracaso porque no se iban a autorizar estas clases con los nuevos planes de estudio”, indicó Martínez. Si un alumno quería ser profesional, tenía que ir a Málaga, por lo que  si un padre quería apuntar a su hijo y conocía que tras cuatro años de estudio debería continuar en otra ciudad, el número de matriculaciones iba a caer e incluso podría haber implicado el cierre del Conservatorio. Por estos motivos, Martínez lo recuerda como un logro muy importante para Melilla.

Otros recuerdos

¿Cómo consiguieron que el Conservatorio tuviera el título de Profesional? Realizaron un maratón musical en el que participaron los alumnos y profesores del Conservatorio, el Orfeón, la Banda, la tuna y Aulas de Mayores que tuvo una duración de cerca de doce horas y que se realizó en frente de la iglesia del Sagrado Corazón, donde además, recogieron firmas. Esto motivó mucho a los políticos de la época, entre los que se encontraba el actual director provincial de Educación, José Luis Estrada, y tras marchar a Madrid consiguieron este título que salvaba lo que ahora es una institución consagrada de la vida cultural y educativa de Melilla.  
También costó su tiempo conseguir que se insonorizaran las clases, ya que era un proceso costoso, aunque tras varios años se pudo hacer en once de las aulas de este edificio.
“Me acuerdo más de momentos agradables que difíciles”, aseguró Martínez a ‘El Faro’.
En cuanto al perfil de los alumnos, el ex director del Conservatorio apuntó que es más o menos igual que al de hace años, aunque la edad de entrada ha bajado.

Competir con los videojuegos

Otro de los cambios es que ahora tienen que luchar contra más ocio tecnológico, como las consolas y videojuegos, “por lo que nos toca vender mejor los instrumentos, ya que en una sociedad en la que todo el mundo está acostumbrado a conseguir la información con un click de ratón, decirle a una persona que cuesta diez años dominar un instrumento puede echarle para atrás. Y estas alternativas de ocio es un factor que no teníamos antes”, destacó.
Al principio, la mayor parte de las clases se centraban en piano, y ahora se cuenta con otras especialidades, como viento, cuerda y percusión, la última en incorporarse. El número de profesores aumentó y el de alumnos se ha mantenido entre los 280 y los 300. “Antes había menos profesores y más alumnos y ahora la calidad de enseñanza es mayor. Nuestros alumnos han ido fuera y se han incorporado con las pruebas de acceso y continúan sus estudios musicales sin problemas”, remarcó.

La música

El  ex director del Conservatorio indicó que los padres deben buscar espacio de estudio y tiempo para que su hijos puedan ser buenos músicos, pues se trata de una destreza manual que tarda mucho en adquirirse. Así, apuntó que es un proceso lento y además se debe ser paciente y disciplinado.
No obstante, ser músico tiene sus compensaciones, como hacer sonar un instrumento y disfrutar de la música tocando con otros, según destacó Martínez.
Por otro lado, insistió en que los músicos son más disciplinados y que tienen mejor maña para las matemáticas y para los idiomas, algo que ya conocían los griegos  pues creían que la música abría las puertas para el resto de las ciencias.

25 aniversario

En septiembre se cumple 25 años del Conservatorio, pero comentó que no sabía si la nueva directiva que comenzará su andadura hoy realizará alguna actividad especial.
Entre sus proyectos que presentó en su candidatura se ha quedado sin realizar el que los discos de vinilo pasaran a un formato digital.
El cambio de edificio será algo fundamental, pues se contará con más medios y espacios para más profesores y alumnos, siempre y cuando la sociedad melillense lo solicite.  
Uno de los trabajos más interesantes del Conservatorio de Melilla es que realicen más de 70 actividades este año fuera de las asignaturas. Así, Martínez explicó que lo normal es programar tres cursos para los alumnos y tres o cuatro conciertos pagados a ponentes de fuera y el resto, conciertos de alumnos y profesores y audiciones. Así, en el curso pasado se llegó también a unas 50 actividades ‘extraescolares’.

Un balance positivo

“Han sido muy gratos los momentos en estos 19 años. Tengo más recuerdos buenos que malos, y agradezco la oportunidad de entrar en la dirección, algo que fue accidental, pues no había personal para ello”, destacó.
“También siento la satisfacción de haber hecho crecer el Conservatorio en la ciudad y así continuar con la labor que otros comenzaron, y haber conocido a grandes profesionales de Melilla que han aportado tanto para que el centro existiese”, señaló Martínez.
Y es que el Conservatorio ha sido también un centro mimado por Dirección Provincial y por el resto de las autoridades de la ciudad, según comentó, de forma que “el trabajo no ha sido tan difícil por todo este apoyo institucional”.  
Por último, confesó que le va a costar dejar de mandar, y se mostró contento de que continúen en la dirección del Conservatorio personas que pertenecen a la institución desde hace años.

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